Jason Isbell, «Southeastern»

JasonIsbellReview300-300x300Ya en 2014, el año que se ha ido sigue ofreciendo discos notables y sobresalientes. Jason Isbell aparece entre los mejores de 2013, y encabezando las listas del sonido etiquetado como «americana». Isbell es un cantautor de Alabama que entre 2001 y 2007 formó parte de los magníficos Drive-By Truckers (que publican disco en 2014). Su contribución a la banda de Pattersoon Hood fue muy importante, y su marcha se vivió por los fans como un hecho traumático. A partir de entonces comenzó una carrera en solitario, donde ha desarrollado sus dotes como representante del sonido folk-rock-country-etc., que se categoriza bajo el ya señalado «americana». Isbell ha vivido también una trayectoria personal traumática, jalonada de relaciones tormentosas y matrimonios rotos, así como de una profunda dependencia del alcohol.

«Southeastern» es la obra de expiación y rehabilitación de Jason Isbell, donde afronta sus últimos demonios y da la impresión que sale victorioso de ellos. Parece que la influencia de la cantautora Amanda Shires, que colabora en «Southeastern» y con la que se casó al finalizar su grabación, ha sido definitiva. El disco nos remite a ese relato al que son tan aficionados en Estados Unidos: el de la redención. Y el género del «americana» se ajusta como un guante a esas historias, ahí está nuestro admirado Ryan Adams o el sobresaliente Justin Townes Earle, entre otros muchos.

Es un disco intimista, con muy poca producción, casi acústico, exceptuando los momentos donde aparece el violín o el slide guitar, y en el cual la voz de Isbell se impone. El inicio de la desnuda «Cover Me Up» ya transmite sufrimiento. En «Stockholm» se acelera el ritmo y con «Travelling Alone», una de las canciones más destacadas del lote, cobra protagonismo la voz y el violín Amanda Shires. «Elephant» es muy acústica, basada en la voz rota de Isbell y su guitarra acústica. En «Flying Over Water» se electrifica el asunto, y se convierte en otro de los mejores momentos del disco. En «Different Days» regresa a los medios tiempos y con «Live Oak» a la melancolía, a través de nuevo de un tema casi desnudo.

«Songs That She Sang In The Shower» (qué gran título) está también entre nuestras canciones favoritas, una maravilla que va creciendo a medida que avanza, y con otra letra demoledora. «New South Wales» comienza lenta y va ganando con las escuchas. Y «Super 8» es el tema más eléctrico, una canción que sorprende en el conjunto, especialmente el principio, aunque no deja ese aroma de country-folk. «Yvette» es otro tema lento, y termina el disco con la un poco más animada «Relatively Easy».

Un gran disco este «Southeastern» de Jason Isbell, un trabajo que hay que escuchar en numerosas ocasiones, y que no está pensado para disfrutarlo en días luminosos, pero como nosotros somos nostálgicos y melancólicos, pues nos ha encantado. Otra gran obra del llamado «americana», que tantas alegrías nos da.

Primal Scream: «More Light»

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Aunque con retraso (el lanzamiento de More Light fue el pasado verano) llega a nuestras manos el último trabajo de Primal Scream y es para celebrarlo porque en él los escoceses parecen reencontrar el pulso que a lo largo de su extensa carrera tanto les ha costado mantener. Las riendas de la producción en esta ocasión las maneja el norirlandés David Holmes, con quien Gillespie ya había colaborado en varias ocasiones, y junto a él recuperan los sonidos que les han proporcionado sus mayores éxitos, especialmente los dirigidos a las pistas de baile, y despliegan ritmos y grooves tan acertados como los de sus mejores tiempos.

El disco lo abre 2013, su primer single, en una muestra de la capacidad de la banda para crear música de baile. En este caso se sirven de sonidos eléctricos y un saxo que nos transporta a oriente en su particular ración de crítica social. La psicodelia llega en River of Pain, pieza relajada con unos arreglos delicados y sugerentes como los susurros en la voz de Gillespie. En Culturicide se puede reconocer más claramente la mano de Holmes y el sonido de sus primeros discos de finales de los noventa acompañando el rapeado de Gillespie, así como en la más ruidosa Hit Void. La nota trip-hop se encuentra en Tenement Kid en la que se distingue la voz de Richard Hawley aunque no aparezca en los créditos. El r0ck llega en Invisible City, con vientos, coros y guitarras poniendo el toque clásico, así como en la siguiente canción Good Bye Johnny, que se sirve del sonido surf e influencias latinas para añadir otro toque exótico. Los ritmos orientales regresan en Sideman para poner el contrapunto a la energía recuperada de su disco del 1999 XTRMNTR, al igual que al inicio del disco, antes del parsimonioso blues de Elimination Blues, con Robert Plant haciendo coros. Los ritmos orientales reaparecen en Relativity, uno de los temas más enérgicos del álbum y que explota las facetas más reconocibles de la banda. El disco termina con dos temas pausados como son la balada Walking with the Beast o el que sería su segundo sencillo It´s All Right, It´s Ok en el que se sirven de sus sobradamente demostradas virtudes «stonianas» para cerrar con su canción más accesible.

En su conjunto More Light mantiene un alto nivel sin grandes altibajos a lo largo de sus trece temas, si bien alguno se puede hacer largo, lo cierto es que casi todos contienen aciertos y demuestran que los supervivientes escoceses han recuperado la forma para crear un gran disco a partir de las virtudes que les hicieron grandes cuando la escena británica estaba superpoblada de un talento del que quedan pocos representantes dignos.

 

 

 

 

 

 

El regalo de Reyes de The Right Ons, Delafé y las Flores Azules y Love Of Lesbian

Carpa de Actual, Logroño (La Rioja), Festival Actual, 4 de enero de 2014

Actual 14 vivió su noche de gloria el sábado 4 de enero en la Carpa de Actual, de la que hablaremos más tarde. Superadas con creces las 2.000 entradas vendidas, lo que se vivió en el recinto del festival fue una gran noche con cuatro horas de música de tres grupos en estado de gracia: The Right Ons, Delafé y las Flores Azules y Love Of Lesbian. Tres propuestas distintas pero con un nexo en común: la humildad y la conexión con un público entregado. Sin duda, uno de los aciertos del carte del Actual 14 fue este concierto. Y el público respondió.

6a014e8b4ec018970d019b001d0319970c-800wiA las diez y media abrieron el fuego The Right Ons. Son los que más difícil lo tenían, porque son menos conocidos, a pesar de que su carrera ha dado un punto de inflexión con «Volcán» (2013). Lo que muchos nos temíamos, ocurrió: una explosión de rock y furia, de canciones tremendas que comenzaron a poner el recinto en ebullición (y perdón por la metáfora fácil). Con una carpa a medio llenar, pero que iba viendo como se llenaba a medida que avanzaba su actuación, The Right Ons demostraron esas tablas y experiencias. Un set de sólo 45 minutos que se nos hizo muy corto, cosas de los festivales, en el que la banda compaginó canciones de sus tres primeros discos, los cantados en inglés, y de «Volcán», con una entrega encomiable y digna de elogio. Esa combinación funcionó a la perfección, y para el recuerdo «Adiós» y «Día Perfecto». Entusiasmaron a los ya convencidos y seguro que sumaron nuevos seguidores y seguidoras, a tenor de los comentarios que escuchábamos a nuestro alrededor.

Delafe1Menos familiarizados estamos con Delafé y las Flores Azules, no conocemos tanto su discografía y tampoco nos podemos considerar seguidores, aunque siempre nos han despertado simpatía y hay una serie de canciones que, en los últimos años, forman parte del imaginario colectivo de la escena nacional. Sin embargo, la carpa ya estaba llena para entonces y estaba claro que Delafé y las Flores Azules tenían muchísimos fans allí, que coreaban y bailaban sus canciones. Óscar D’aniello y Helena Miquel nos sorprendieron gratamente con un manejo del escenario, apoyados por tres músicos impresionantes que dotaban de una potente base todos los temas, los cuales ganaron mucho en directo.

Delafé y las Flores Azules dejaron al personal listo para el plato fuerte de la velada, que no podía ser otro que Love Of Lesbian. Era casi la 1:30 de la madrugada cuando el grupo hizo su aparición entre grandes ovaciones. Hace mucho que lo decimos, Love Of Lesbian es un caso digno de estudio. Es un fenómeno que sorprende y que es seguido con una fe inusitada por una amplia base de fans. Es difícil encontrarse un público tan diverso y heterogéneo como el que se encuentra en sus conciertos, y todos tan entregados.

Love-of-Lesbian-LOw-CostFue la primera vez que los vimos en formato festival, con un set más corto, basado en los temas más animados y divertidos. Centrados en «La Noche Eterna. Los Días No Vividos» (2012), desde el comienzo con «La Noche Eterna» el público comenzó a cantar y no paró. Hubo espacio para «1999» (2009), siendo posiblemente «1999» la única concesión a la nostalgia, junto con la grandísima «Noches reversibles» de «Cuentos chinos para niños del Japón» (2007). El resto, la locura total con «Fantástico», «Algunas plantas», «Me amo», «Si tú me dices Ben, yo digo Affleck» y muchas más. Y con la banda demostrando una comunión con el público también para analizar, es posible que allí esté parte de su éxito. Pero hay una conexión que va más allá.

Eran las tres de la madrugada cuando salíamos del aparcamiento del Revellín, exhaustos de bailar y cantar, tras haber disfrutado de estas bandas. Pero no puedo terminar sin hacer referencia al lugar: la Carpa de Actual. Cuando entramos en ella, tuvimos la impresión de volver al pasado, a otras épocas cuando Logroño y La Rioja carecían de ciertas infraestructuras. Al inaugurarse el Palacio de los Deportes, nos encontramos con una instalación fantástica, en la que hemos vivido numerosos conciertos. Sí, es cierto que está alejado del centro. Es cierto que la carpa está a unos metros del resto de actividades y de la Laurel, la San Juan y de los bares de copas. Contra ese argumento, poco se puede decir. Pero, además de las complicaciones de logística y de las dificultades para ir a los tíckets, las barras, los servicios, la temperatura, la aglomeración de gente, el propio sonido, etc., hay que tener en consideración que lo que cuenta es el contenido (los artistas y grupos, los conciertos y la atención y la labor de muchísima gente que nosotros nunca olvidaremos trabajan muy duro, desde la gente de las puertas y las barras a los de producción), pero también el continente. Y el Palacio de los Deportes es excepcional y dignifica el festival. Ayer, en la carpa, lo pasamos muy bien, disfrutamos mucho, pero echamos de menos el Palacio de los Deportes, y como nosotros, mucha gente.