La trilogía pop de The Jayhawks

Jayhawks_2014_tour_promo_photo_4_1Resulta difícil de medir el éxito paulatino que The Jayhawks fueron cosechando con sus discos Hollywood Townhall (1992) y Tomorrow The Green Grass (1995), considerados el inicio de su trayectoria musical más trascendente. Para muchos la mejor banda desconocida de los noventa o los grandes tapados de la música norteamericana, sería la falta de reconocimiento popular, además de discrepancias en la evolución musical del grupo, lo que condujo a la ruptura de una de las parejas más talentosas de las últimas dos décadas, la compuesta por Mark Olson y Gary Louris, cuando el primero decidió abandonar la formación en 1995. Juntos crearon discos de una exquisita sensibilidad que combinaban la tradición folk con el gusto por las melodías y para muchos supusieron la apertura de una nueva vía en la música tradici0nal norteamericana que, solapada por el éxito de los movimientos predominantes de los noventa (grunge, britpop…), no conquistaría el primer plano hasta los inicios del siglo actual.

The Jayhawks fueron unos adelantados en la revisitación de la música tradicional americana tan extendida actualmente, pero cuando se discierne la influencia de cada uno de los dos compositores principales generalmente queda clara una diferencia: Olson era el folk y Louris el pop. Por si había alguna duda esta premisa se confirmó cuando Olson dejó la formación para grabar junto a su entonces esposa Victoria Williams y Louris quedó en solitario al frente junto al también miembro fundador y batería Marc Perlman, el bajista Tim O´Reagan y la intermitente colaboración de Karen Grotberg a los teclados. Fue entonces cuando la banda ensanchó sus miras y se abrió a influencias que hasta ese momento no habían expresado y, lo que podía haber supuesto una pérdida irresoluble, se tradujo en el inicio de una trilogía liberadora y luminosa compuesta por Sound Of Lies, Smile y Rainy Day Music, cuyo reconocimiento tampoco sería ni mucho menos inmediato, pero eso es otra historia.

Esta etapa se inició en abril de 1997 con la edición del que para muchos, incluído el propio Louris, es el más completo de los tres: Sound Of Lies. Más allá de la dificultad de clasificar discos de tan alta calidad, lo cierto es que con este trabajo la banda consiguió el equilibrio perfecto entre la energía y la emoción. Contiene estribillos tan rockeros como los de Dying on the Vine, Think About It, Sixteen Down o Big Star junto a preciosas joyas de pop oscuro como The Man Who Loved Life, Stick In The Mud o Trouble, todo ello sin relegar el legado folk como en It´s Up Tou You, Bottomless Cup o en la canción que cierra y da nombre al disco. Como se puede comprobar, una obra sin desperdicio.

Más controvertida fue la aparición de Smile tres años después por su acercamiento al pop más evidente que supondría una pérdida de raíces que muchos de sus seguidores no encajaron bien. Lo cierto es que sí supuso su mayor apuesta por el gran público pero el resultado fue igualmente bello. Para esta grabación la formación incorporó a Kraig Johnson y Jen Gunderman manteniendointacta la base rítmica; la batería ganó protagonismo así como los juegos de voces, las programaciones e incluso las orquestaciones en su mayor apuesta por el éxito que tampoco obtendría resultados comerciales. Lo más cerca que estuvieron del gran público fue Ralph Lauren escogió la optimista I´m Gonna Make You Love Me como banda sonora de su campaña publicitaria, pero contiene otras enormes canciones como la tremenda apertura que supone Smile, la emoción incontenible de A Break In The Clouds y Broken Harpoon, el puro rock americano de Life Floats y Pretty Thing o el intensísimo cierre de Baby, Baby, Baby.

Para su siguiente producción reclutaron a un productor de prestigio como Ethan Jones junto al que, en su quinto y último trabajo al abrigo de Def American (la productora fundada por Rick Rubin en la que les introdujo su descubridor George Drakoulias), recuperaron parte del legado tradicional americano para componer el disco más pausado de esta trilogía. De nuevo Louris, Perlman y O´Reagan, junto a prestigiosos músicos de sesión y colaboraciones de postín como Mathew Sweet o Jakob Dylan, presentaban en 2003 un disco de evocador título, Rainy Day Music, cuyo contenido suponía un regreso a los sonidos más acústicos de sus inicios y una apuesta por un pop más intimista y menos contagioso. El resultado de nuevo fue magnífico desde la primera canción: el más puro pop independiente americano de Stumbling Through The Dark o Save For A Rainy Day, pasando por la desnuda interpretación vocal de Louris en All The Right Reasons, el blues y el rock ligero de Eyes Of Sarahjane o One Man´s Problem, el country moderno de Angeline o Come To The River o las interpretaciones de Louris en las erizantes Don´t Let The World Get In Your Way, You Look So Young o la íntima y conmovedora Will I See You In Heaven conformaron un disco plagado de emoción. 

La banda de Minneapolis parecía cerrar con este la que podría considerarse una de las carreras más inmaculadas del rock actual. Si con sus dos primeros elepés ya se habían convertido en referencia para muchas bandas emergentes del denominado sonido americana, con los tres aquí referidos terminaban de redondear una carrera con dos protagonistas principales pero con unos secundarios de enorme peso específico, como quedaría demostrado en los posteriores discos en solitario tanto de Mark Olson (que incluso lo traería en formato acústico a Logroño el invierno de 2011 junto a su esposa, la noruega Ingunn Ringvold) como de Gary Louris (a quien el Blac Crow Chris Robinson produjo Vagabonds en 2008), destacables pero sin aproximarse a la excelencia que alcanzaron con The Jayhawks.

imagesEn este verano de 2014 los artífices de estos tres discos se han vuelto a reunir con el fin de reivindicarlos con una gira europea aprovechando su reedición y entre sus paradas destacan las cuatro celebradas en España, un país al que habitualmente han tratado muy bien.

Aún quedarían dos intentos por reavivar el espíritu de esta gran banda: uno lo haría Chris Robinson quien, tras producir el debut en solitario de Louris, se propuso y consiguió que de nuevo colaborara con Olson, esta vez como dúo, para grabar Ready For The Flood (2008) con más que aceptables resultados como experimento aislado. El último intento fue en 2011 con un Mockingbird Time que de nuevo reunía a la formación original al completo para presentar un irregular conjunto de canciones entre las que había composiciones destacables aunque sin la personalidad de sus más emblemáticos discos. No parecía quedarles mucha más magia que la contenida en las intemporales obras legadas hasta 2003, una magia que durante años estuvo reservada a los melómanos y a los rastreadores de buena música que tuvieron la habilidad de descubrirlos para que la lenta justicia del boca a boca oreja les hiciera cada vez más grandes.

Esperando a Tom Petty and the Heartbrekers (y II)

intothegreatwideopenTom Petty regresaba a los Heartbreakers tras el éxito de «Full Moon Fever» con «Into The Great Wide Open» (1991). Lynne seguía al lado de Petty, como productor, músico y de nuevo en las labores de composición. Aunque el disco obtuvo irregulares valoraciones por la crítica y sólo alcanzó el 13 en el Billboard, colocó dos millones de discos, lo que le situaba entre los más vendidos de la banda. Tenía un single resultón, como «Learning To Fly», y poco más. A pesar de ello, de nuevo los directos eran el fuerte del grupo, que en 1993 publicaba el «Greatest Hits» de turno, incluidos temas de «Full Moon Fever». Esta colección de canciones llegó al 5 del Billboard y se ha convertido en el disco más vendido de Tom Petty and the Heartbreakers, con casi 8 millones de discos en Estados Unidos hasta la fecha. Allí estaban casi todos sus grandes temas, y añadía dos temas inéditos: «Mary Jane’s Last Dance», que fue un éxito y uno de los temas más importantes de Petty, y la versión de corte beatleiana «Something in the Air», de los británicos Thunderclap Newman.

En 1994, Petty decide repetir la experiencia de lanzarse en solitario, pero de la misma manera que en 1989, con Campbell siempre a su lado, y el resto de los Heartbreakers como músicos en el disco, aunque Lynch dejó la banda y fue sustituido por Ferrone a la batería. La gran novedad era la aparición en la producción, junto a Petty y Campbell, del reputado Rick Rubin. «Wildflowers» es, para mí, el último gran disco de Petty, un disco más intimista y sin los hits de «Full Moon Fever». Muy escorado hacia el sonido americano, cuenta con grandes temas («Wildflowers», «You Don’t Know How It Feels», «Crawling Back To You», «Wake Up Time»), pero lo que destacaba era el conjunto.

Con menos repercusión todavía, Petty y los Heartbreakers publican en 1996 la BSO de «She’s The One», una película de Edward Burns, y con Rick Rubin en la producción de nuevo. Pero comenzaron a espaciar su producción y sus discos se fueron instalando en una especie de «piloto automático», sin dejar de girar eso sí. Con Rubin de nuevo, «Echo» (1999) pasó sin pena ni gloria, en un momento complicado de Petty, que estaba atravesando un divorcio en el momento de su composición. En 2000 se publicó una recopilación doble y en 2002 llegó «The Last DJ», donde George Drakoulias sustituía a Rubin. Muy irregular también, nos dejó alguna canción relevante como «The Last DJ» o «You and Me»:

No sería hasta 2006 cuando tuvimos novedades de Tom Petty, que lanzaba su tercer disco en solitario, recurriendo de nuevo a Jeff Lynne, y con Campbell a su lado. De hecho, sólo participaron ellos tres en el disco. El resultado, un trabajo que elevó la calidad de sus últimas producciones, un trabajo que también era más introspectivo y melancólico, que como «Wildflowers» hay que valorar en su conjunto. Curiosamente, llegó al 4 en el Billboard, su mejor posición desde el «Greatest Hits» de 1993.

220px-TomPettyLiveAnthologyEn 2008 reunió a su primera banda, Mudcrutch, incluidos Campbell y Tench, más escorados al country y al rock sureño, y en 2009 publicó un disco en directo de lo más recomendable: «The Live Anthology». Cuatro CDs, y una entrega más en el caso del vinilo, con canciones grabadas en vivo a lo largo de toda su trayectoria. Es uno de esos discos históricos, no sólo por la calidad de las canciones sino por ver cómo evoluciona la banda en su sonido, que suena impecable. Además de la gran mayoría de sus clásicos, ofrecían numerosas versiones, destacando a mi juicio las de «Friend of the Devil» (Grateful Dead) y «Mystic Eyes» (Van Morrison). Ni que decir tiene que sus últimos discos apenas estaban representados. Sin duda alguna, este es un gran disco para adentrarse en la obra de Tom Petty and the Heartbreakers.

Y llegamos a 2010, cuando con un nuevo cambio de productor, en este caso Ryan Ulyate, la banda entrega disco, esta vez de mayor calidad que la errática dirección que llevaban desde mediados de los 90. «Mojo» fue un trabajo con una mayor presencia del blues, y que Petty definió como una jam session, siendo un disco más contundente. Con «Mojo» lograron además alcanzar el 2 del Billboard.

Nos quedamos a la espera de escuchar con detenimiento «Hynotic Eye», presentado como una vuelta a los orígenes. Tom Petty and the Heartbreakers, unos clásicos en vida, una banda que está a la altura de los grandes porque es uno de ellos y cuya influencia se deja notar en buena parte de los grupos de rock americano. Esperamos verlos un día en España, aunque mucho nos tememos que eso no será posible. Tom Petty and the Heartbreakes y su «I Should Have Known It» de «Mojo»:

Esperando a Tom Petty and the Heartbreakers (I)

1323728686tompetty_img02_hiresHace unos días, Tom Petty and the Heartbreakers publicaban el que «Hypnotic Eye», decimotercer disco de Petty y su banda, decimosexto si contamos los tres de Tom sin la compañía de su banda eterna. El disco, que reseñaremos en próximas semanas, ha sido saludado por la crítica como una vuelta de Petty a los orígenes, a los primeros discos de la década de los setenta, y también ha obtenido importantes valoraciones positivas. Nosotros, muy entregados a la causa de Tom Petty & The Heartbreakers, teníamos ganas de escribir de ellos, puesto que son una de las bandas más importantes de la música americana de los últimos cuarenta años. Junto a Bruce Springsteen & The E Street Band y Neil Young, Petty & The Heartbreakers, son esenciales para trazar el recorrido del rock norteamericano y el vínculo con las raíces.

Sin embargo, algo nos pena a los seguidores de Tom Petty and the Heartbreakers, y es el hecho de que nunca haya tocado en España, y difícil parece que vaya a cambiar. El coste de contratarlos (un millón de dolares según decía Rolling Stone hace unos años) y el hecho de que la inversión sea imposible de rentabilizar, ya que no cuentan en nuestro país con suficientes seguidores para llenar un gran recinto, impide que pueda darse este hecho. Pero, esperando que pase el milagro, vamos a recordar la carrera de Tom Petty and the Heartbreakers.

Petty, en la actualidad en los 64 años, formó en 1976 The Heartbreakers, una banda que ha sido muy estable: el talentoso, y mano derecha de Petty, Mike Campbell a la guitarra; otro virtuoso como Benmont Tench al piano y al órgano; Ron Blair al bajo; y Stan Lynch a la batería. Blair se retiraba cansado de las giras en 1982, siendo sustituido por Howie Epstein, aunque Blair volvería en 2002 y Epstein fallecería en 2003 por problemas con las drogas. En la batería, Lynch dejó la banda en 1994, ocupando en 1995 Steve Ferrone su lugar hasta la actualidad. Finalmente, en 1991 se incorporó al grupo Scott Thurston para hacerse cargo de las guitarras acústicas, fundamentalmente.

Campbell y Tench ya habían formado parte del primer proyecto de Petty, Mudcrutch, pero sería con The Heartbreakers cuando harían historia. Petty, con su icónica melena rubia, iba a componer algunas de las mejores canciones del rock americano, parte en compañía de Campbell, con influencias del blues y del country. Ya en su debut de 1976, con su disco «Tom Petty and the Heartbreakers», ponían el listón alto con temas como la tremenda «American Girl» o «Breakdown».

Tom_Petty_y_The_Heartbreakers-Damn_The_Torpedoes-FrontalEl siguiente paso fue «You’re Gonna Get It» (1978), que seguía la línea de las canciones rápidas y guitarreras de su predecesor, con temas como «Listen to Your Heart» y «I Need To Know». Pero el salto de Tom Petty & The Heartbreakers se produciría con el disco de 1979 «Damm the Torpedos», que continuaba profundizando en los parámetros anteriores, pero con nuevos matices, como lo demuestran éxitos como «Refugee», «Don’t Do Me Like This» o «Here Comes My Girl», que eran más accesibles. Iban quemando etapas a pasos agigantados y llegaron al 2 del Billboard norteamericano, además de lograr vender dos millones de copias. Y en directo es donde Tom Petty & The Heartbreakers mostraban una contundencia que les situaba entre los mejores.

Hasta 1981 no llegó «Hard Promises», que contenía un tema fundamental de su discografía: «The Waiting». Fue 5 en el Billboard, pero no llegó al nivel de ventas de su predecesor. Y en 1982 le tocaba el turno a «Long After Dark», que fue cayendo en repercusión y ventas. En 1985 se publicó «Southern Accents», que contó en la producción con gente como Robbie Robertson (The Band) y Dave Stewart (Eurythmics). Era un disco raro, con temas tan potentes como «Rebels» y otros como «Don’t Come Around Here No More», compuesto por Petty y Stewart, que reflejaba una época como mediados de los 80, con esas bases y sintetizadores. Ni que decir tiene que «Don’t Come Around Here No More» fue un éxito, y es una buena canción, aunque a nosotros nos gusta mucho más «Rebels»:

«Let Me Up (I’ve Had Enough)» (1987), donde Bob Dylan participó en la composición de «Jammin’ Me», continuaba con el lento descenso en posiciones del Billboard. Parecía que la carrera de Petty necesitaba un punto de inflexión y se dieron dos. El primero, formar parte de los Traveling Wilburys, el supergrupo con el propio Dylan, George Harrison, Roy Orbison y Jeff Lynne (E.L.O.). Su primer disco, el maravilloso «Traveling Wilburys Vol. 1» (1988), fue un gran éxito, que tendría su continuidad en 1990 con el «Traveling Wilburys Vol. 3», aunque ya sin Orbison, fallecido a finales de 1988.

El segundo punto de inflexión, y el más importante, fue la publicación de «Full Moon Fever» (1989), el primero de Petty sin los Heartbreakers, aunque Campbell también formaría parte de la producción y tocaría en el disco, además de componer con Petty algunos temas. Igualmente, otros miembros de los Heartbreakers participaron en el disco, junto a George Harrison, Roy Orbison y Del Shannon. El pilar, insospechado por la divergencia en sus sonidos, en el que se apoyó Petty fue Jeff Lynne, que cofirmó gran parte de los temas, coprodujo el disco y participó como músico. «Full Moon Fever» funcionó a la perfección con algunos de los mejores y más emblemáticos temas de Petty: «Free Fallin'», «I Won’t Back Down» o «Runnin’ Down A Dream». El disco llegó al 3 del Billboard y vendió más de cinco millones de unidades en Estados Unidos.

Petty no había acabado con los Heartbreakers, ni mucho menos, y en 1991 volverían con un nuevo trabajo, pero la repercusión de «Full Moon Fever» fue sobresaliente y sacó de la curva descendente que llevaban desde comienzos de la década de los 80, aunque Tom Petty and The Heartbreakers fuesen una de las bandas más importantes de Estados Unidos.