La cita ineludible de Actual

Cartel totemEnero nos trae de nuevo en tierras riojanas al Festival Actual, simpáticamente denominado siempre como el ‘festival más madrugador del año’ en medios de comunicación. Historia larga la de Actual, con sus diferentes etapas, muchos aciertos y también algunos tropiezos desde sus inicios en 1991, tomando el testigo de Iberpop. Tiempo, por lo tanto, para algunos recuerdos y reflexiones acerca de Actual y para analizar su cartel musical, que es de lo que nosotros entendemos algo. Y es que las programaciones de Actual, como cualquier otro festival, siempre generan debate y controversias, porque todos tenemos nuestro cartel ideal. Que un festival como Actual haya conseguido mantenerse durante más de dos décadas es una gran noticia, es una apuesta que parece estar por encima de colores políticos y de otras consideraciones. Actual se adelantó a la mulitiplicidad de festivales que alcanzó su cenit en los primeros años del siglo XXI, y que luego la crisis redujo. Ya Iberpop era toda una anomalía en la España de los 80 que despertaba hacia una modernidad pero de forma asimétrica. Sí, todo pasaba en Madrid, algo en Barcelona, y poco más. Que una región como La Rioja y una ciudad como Logroño tuviese un festival de aquellas características era inimaginable y nos puso en el mapa. Nosotros éramos apenas unos niños y nos enterábamos por los medios de comunicación y poco más, en un tiempo en el que los medios existentes se podían contar con los dedos de las dos manos. Iberpop dejó un poso que recogió Actual en 1991, con el epígrafe que igual ha quedado un tanto desfasado de Escenario de Culturas Contemporáneas. Queda bien como recuerdo de lo que fue, como esa muestra de lo que había novedoso, pero en la actualidad, con las transformaciones de la sociedad y del propio festival, tendríamos que debatir durante días sobre qué son las culturas contemporáneas y sobre si Actual las refleja. En lo que sí que Actual ha seguido fiel ha sido en contar con diferentes manifestaciones artísticas, por más que la música sea su epicentro, pero el valor del cine es fundamental para entender el festival.

Y es que parece que nos hemos olvidado, pero no hace muchos años era muy difícil ver conciertos en Logroño más allá de Actual y de la programación de San Mateo. Actual era una oportunidad única en tiempos pre-internet para no sólo ver a artistas y grupos de nivel sino para descubrir. Además, y desde sus inicios, Actual se convirtió en un acontecimiento social más allá de la música, algo que se ha extendido con los años, al igual que todos los festivales. Mucha gente iba a Actual, y lo sigue haciendo, con independencia de quién toque o deje de tocar, es lo que toca. Eso tiene sus pros y sus contras, obviamente, y es frecuente que todos los años amigos y conocidos nos pregunten quién viene a Actual, la siguiente respuesta (más antes que ahora por la evolución de las tecnologías) es ‘no los conozco’. Pero hay mucha gente que ha descubierto grupos y artistas gracias a Actual y por haber asistido a esos conciertos, quedémonos con eso. La evolución de Actual también ha sido la de sus escenarios, pasando del entrañable pero incómodo y con horrible acústica del Frontón Adarraga a aquella carpa que se puso en el antiguo ferial mientras se construía el Palacio de los Deportes. Sin duda alguna, este recinto es el adecuado para Actual, olvidando la otra carpa, la del Revellín, o la Plaza de Toros, escenario del Actual más exitoso de público pero donde uno podía quedarse congelado. Y no debemos dejar de recordar otros escenarios como el Vermú Musical o el Café Cantante, iniciativas muy consolidadas y exitosas.

Como decíamos anteriormente, el cartel de Actual siempre da juego a las controversias. Gustos son colores, por supuesto, pero el eclecticismo es la norma en las programaciones, algunas veces pasándose de frenada. Hay grandísimos aciertos en los carteles de Actual, por supuesto, pero también ha habido situaciones chocantes, nos referimos por supuesto a Melendi en 2014 como ejemplo más relevante. Pero por Actual han pasado algunos artistas y bandas de primerísimo nivel, desde gente que estaba empezando y luego se han consolidado hasta artistas ‘de vuelta’ que han ofrecido grandes actuaciones. Uno no puede dejar de recordar cuando vimos a los en ese momento emergentes Vetusta Morla en 2009, con ellos mismos vendiendo sus discos en el Palacio de los Deportes, mientras que en 2015 reventaban la Plaza de Toros. O un cartel histórico, por ser el mejor concierto que yo haya visto en Actual, con Corizonas y Sharon Jones & The Dap Kings en 2012. Sin olvidar ese mismo año la vuelta de Los Enemigos. Y la lista es muy amplia, nos dejamos muchísima gente y seguro que todos y todas tenemos nuestro concierto favorito de Actual. Además, hubo unos años en los que la programación hacía hincapié en la World Music, y eso sí que era un descubrimiento.

¿Qué nos ofrece 2016?, pues de nuevo el eclecticismo señalado. Nosotros estaremos muy atentos a las siguientes citas. En primer lugar, y como no podía ser de otra manea, el regreso de los granadinos 091, una de las bandas de Rock más importantes de España en un retorno muy esperado y con el que Actual se apunta un tanto de primer nivel, como hizo en su día con Los Enemigos. Será el 3 de enero, el mismo día que abren una de nuestras bandas favoritas, los burgaleses La M.O.D.A., que este año han publicado en muy recomendable La primavera del invierno y cuyo directo es sencillamente casi imbatible, como hemos comentado en otras ocasiones. Ante ellos, habrá que ver qué hace John Newman…También en rojo en nuestro calendario está el 4 de enero, con Xoel López junto a Second e Izal. Nos quedamos con el gallego, con su fantástico Paramales y su trayectoria, aunque seguro que buena parte del público apuesta por Second y, especialmente, Izal. Y no vamos a dejar de ver a Igor Paskual y a Jacobo Serra en el Café Cantante en el Círculo Logroñés, dos propuestas muy atractivas de dos músicos con personalidad. Como decíamos, esto va por gustos y seguro que nos dejamos cosas, atentos a la Guerra de Bandas, pero Actual ya está aquí como todos los años, afortunadamente.

Chris Isaak, ‘First comes the night’

cover600x60027Había ganas de escuchar nuevas canciones de este grande del rockabilly y la música americana y es que nada menos que seis años han pasado desde que editara aquel magnífico Mr Lucky, aunque intercalado presentara otro fantástico disco de versiones de los años dorados del sello Sun Records. Y lo ha hecho sin hacer ruido, sin grandes anuncios ni videos en internet, tímidamente, como sin querer despertar demasiado interés, pero lo cierto es que para todos aquellos a los que ha ido conquistando en cualquier momento de su ya extensa carrera (treinta años desde su primer disco) este sorprendente regreso ha supuesto una enorme alegría.

Y el californiano ha vuelto como si no pasaran los años para hacer lo que mejor sabe hacer: exquisitas grabaciones de música añeja que, como buen y aventajado alumno del rey Presley y del maestro Orbison, perfectamente podrían confundirse con la música de los dorados sesenta, canciones nuevas con sabor a otro tiempo.

El disco lo abre una de las mejores canciones, la melódica First Comes the Night, anticipando la limpieza en el sonido que imperará a lo largo de todo el disco. Le siguen el logrado country ligero y contundente de Please don’t Call y el medio tiempo animado por la sección de viento que es Perfect Lover. Acelera el compás el bailable rockabilly de Down in Flames antes de que las guitarras de Reverie, con la slide a la cabeza, ralentizen magistralmente el ritmo. Baby What You Want Me To Do o The Way Things Really Are son claros ejemplos de clasicismo americano y Kiss Me Like a Stranger una muestra de la extraordinaria habilidad vocal de Isaak. Los graves animan la más ligera Dry Your Eyes, los teclados la festiva Don’t Break My Heart y el piano rockero Running Down The Road e Insects.

Se agradecen los cinco temas extra de la versión deluxe, aunque no son necesarios para demostrar que el autor norteamericano conserva intacto el pulso de la buena música. Excelente noticia por tanto el regreso de este veterano ilustre con el que engorda una extensa lista de grandes canciones que, a menudo eclipsadas por sus hits cinematográficos, no han tenido el reconocimiento que hubieran merecido.

Nathaniel Rateliff and The Night Sweats, ‘Nathaniel Rateliff and The Night Sweats’

descargaDe nuevo Sofá Sonoro de Alfonso Cardenal en la Cadena SER nos trae un disco maravilloso y una nueva sorpresa. En este caso, el trabajo de Nathaniel Rateliff and The Night Sweats, del mismo título, un trabajo que respira Soul por los cuatro costados y que ha sido grabado en el mítico sello Stax de Memphis. Rateliff no se dedicaba a este estilo, ni mucho menos, su carrera se situaba en los tonos grises del Folk americano y tampoco había despegado tras tres trabajos anteriores. Pero, de repente, en 2015 se saca de la manga acompañado por The Night Sweats un disco que no te da tregua, un trabajo con el que ha llegado hasta el 17 del Billboard estadounidense, y ha cosechado un éxito moderado y el aplauso de la crítica. Rateliff revisita este género tan acostumbrado a ser retomado y lo hace de forma brillante, con unas cuantas canciones sobresalientes y con mucho ritmo. Es un Soul más sureño, como más ‘pesado’, menos cristalino si se quiere, pero tremendamente adictivo. En el disco están tods los elementos del Soul, desde secciones de viento hasta órganos Hammond, pasando por toques de Góspel y de Blues. Una invitación al baile, en definitiva.

Ya el comienzo es una carta de presentación que no deja lugar a dudas, con esa sección de vientos y ese estribillo que catapultan ‘I Never Get Old’. Más clásico resulta el segundo corte, un menor ‘Howling and Nothing’, un medio tiempo que se remonta rápidamente con ‘Trying So Hard Not To Know’, fuerza y potencia donde se imponen las guitarras claramente. Y muy de los 60 es ‘I’ve Been Failing’, canción que se inicia con un piano que da paso a la sección de viento, un tema muy de Van Morrison sin duda. El plato fuerte del disco es la brutal ‘S.O.B.’, una locura de tema que te pone a bailar sin parar, con un punto gospeliano y donde de nuevo la sección de viento arrasa sin piedad.

En ‘Wasting Time’ nos encontramos con un medio tiempo donde la referencia es también el Country, hay espacio para el pedal steel, y con el sello Morrison muy presente, pero Rateliff y The Night Sweats no van a dar lugar al descanso con las también destacadas ‘Thank You’ y ‘Look It Here’, con la sección rítmica marcando el ritmo. El final se resiente, ‘Shake’ es más oscura, se aleja del Soul más clásico; I’d We Waiting’ crece como canción, presencia destacada para el Hammond; y cierra con la más genérica ‘Mellow Out’, que nos remite de nuevo a los 60, incluso con un punto Doo-Wop en los coros.

Apuntado queda este disco homónimo de Nathaniel Rateliff and The Night Sweats como una de las sorpresas del año, un disco con mucho Soul y esperemos que Rateliff no abandone esta senda, que si sigue siendo capaz de crear canciones como ‘S.O.B’, pues es que el hombre tiene talento.