Benjamin Booker, ‘Witness’

En 2014 debutó un joven de Virgina llamado Benjamin Booker con un disco homónimo que mezclaba el Rock & Roll con el Garage, el Blues, etc. Aquel fue un gran disco, no cabe duda, y nos convenció como ya señalamos aquí en su momento. Aupado por la crítica y bien valorado en directo, Booker se ha hecho esperar hasta este 2017 para entregar su segunda obra, este fantástico Witness, y la espera ha merecido la pena. Más corto que su predecesor, menos furioso y con una producción donde entran las cuerdas con fuerza, cuenta con una deriva por momentos más Soul. Booker sigue mostrando su voz muy particular, en ocasiones muy baja, otras susurrante, en otras ocasiones frasea. Y también reseñar que ha cambiado de producción, si en su primer disco estaba a los mandos Andrija Tokic (Alabama Shakes), en esta ocasión las tareas de producción han recaído en Sam Cohen, músico de amplia trayectoria en el ámbito que se mueve Booker.

La primera parte del disco destaca con respecto a la segunda, el comienzo es fulgurante, remite a su debut, con la guitarrera ‘Right On You’. En ‘Motivation’ nos encontramos con un medio tiempo de nivel, con un punto Soul que se acomoda a su voz ronca característica y susurrante, con las cuerdas cobrando protagonismo, aunque no se olvida de la eléctrica. En ‘Witness’ cuenta con la gran Mavis Staples (Booker participó en Livin’ on a High Note en 2016) en un tema muy espiritual, con ese toque Góspel del coro y que adquiere un tono de himno. En ‘The Slow Drag Under’ se atisba el Blues con un punto juguetón, aunque queda menos conseguida que las tres primeras. Y ‘Truth Is Heavy’ es más experimental y psicodélica, con un punto de fondo también del Blues, llegando incluso a frasear.

La segunda parte se inicia con un retorno al medio tiempo Soul, en ‘Believe’ vuelven a destacar las cuerdas y es una canción que va creciendo con las escuchas. El tono lo mantiene y lo endurece en ‘Overtime’, gran tema con unas guitarras poderosas y su voz característica. En ‘Off the Ground’ comienza de forma acústica y lenta pero da un giro a mitad del tema con las guitarras distorsionadas y garajeras. ‘Carry’ es una canción lenta, el piano y poco más aunque luego crece, y el cierre es para la breve ‘All Was Well’, que también es más duro y experimental por momentos.

Convencidos por este segundo disco de Benjamin Booker, Witness se deja escuchar muy bien y confirma las expectativas creadas con su primer trabajo. Para ejemplo, el propio ‘Witness’ en directo, emocionante:

 

Sufjan Stevens, Nico Muhly, Bryce Dessner y James Mcalister, ‘Planetarium’

Fue el compositor clásico norteamericano Nico Muhly quien recibió el encargo de componer una pieza inspirada en el sistema solar y para ello reclutó a sus amigos Sufjan Stevens y Bryce Dessner, guitarrista de The National, antes de completar el cuarteto con el batería James Mcalister. Presentada en directo y grabada inicialmente en 2013, la obra no ha visto la luz en su nuevo formato hasta este último mes después de reescribirla y adaptarla durante el pasado año. Acompañados de un cuarteto de cuerda y un septeto de viento, el resultado es tan variado como difícil de clasificar; de tan ecléctica formación, que agrupa a músicos de folk, rock o clásica contemporánea, ha resultado esta suerte de sinfonía trufada de elementos neoclásicos y electrónicos que en compañía de la voz de Sufjan Stevens alcanza momentos de enorme emoción y belleza.

La preciosa Neptune abre el disco con una orquestación delicada y llena de sensibilidad, a la que siguen los primeros elementos electrónicos y de distorsión vocal en Jupiter, con ritmo y gravedad sobre todo en su última parte. Tras un interludio llegan Venus, mística y acariciante, y Uranus, también evocadora que incluye preciosos coros y teclados antes de su introspectivo final. Algo más inquietante, Mars aumenta la componente electrónica y vira hacia el futurismo. Blak Energy no deja de ser un largo y plano interludio que introduce al piano aislado y carente de matices de Sun. Moon podría identificarse con los nuevos sonidos neoclásicos y una electrónica, incluso étnica, sutil, y en la suavidad de Pluto son más reconocibles unas guitarras y cuerdas que la acercan a la obra de Stevens en solitario. El tema de presentación del disco fue Saturn, con mayor distorsión de la voz y más melódica y bailable por momentos. Earth podría considerarse el tema central, un viaje estelar de más de un cuarto de hora, variado e intenso, que mezcla todos los estilos contenidos, y Mercury busca y encuentra la belleza por vías más conocidas para cerrar en lo alto.

En la línea más experimental de artistas pop como Bon Iver, Radiohead o Sigur Ros y en torno a los nuevos sonidos de músicos neoclásicos como Nils Frahm u Olafur Arnalds, el trabajo es aupado hasta la excelencia en algunas interpretaciones vocales de Stevens que, junto a ciertos pasajes de guitarras y orquestaciones, son lo mejor de su contenido. Resulta efectiva en su evocación de espacios y ambientes y es muy agradable su compañía renovadora, que se aleja de lo que la mayoría estamos acostumbrados a escuchar.

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Paul Weller, ‘A Kind Revolution’

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Como prometimos hace unos días, llega la reseña del nuevo disco del incombustible Paul Weller, un artista infatigable que no falla en sus entregas. Ya adelantábamos que andaba Weller un tanto irregular en lo que llevábamos de década, pero hay que felicitarse por este A Kind Revolution, un trabajo combativo en muchos aspectos como no podía ser de otra manera, incluida la situación de su Gran Bretaña. En A Kind Revolution no encontramos algunos de los giros electrónicos de sus discos anteriores pero sí que ese gusto por la evolución sigue presente. Aunque no es menos cierto que es un disco más melódico apuntalado por buenas canciones y por sonidos que recogen buena parte de las paletas del Weller, desde aquellas que dieron paso al BritPop a las más vinculadas al Soul. Encontramos a los habituales Steve Cradock, Steve Pilgrim o Andy Crofts, junto con algunas invitados de lujo que luego comentaremos. Y destacar también una producción más cuidada, con algunos momentos en los que tira de las cuerdas para apuntalar esas melodías.

El comienzo sin embargo es muy potente, ‘Woo Sé Mama’ se beneficia del uso del Hammond y de unos coros furiosos que se combinan con unas guitarras poderosas. ‘Nova’, que es más oscura, se ve ‘estropeada’ por unos efectos sonoros que incorpora, pero el saxofón y las guitarras logran levantarla. Una de las mejores canciones del disco es ‘Long Long Road’, un Pop sublime con toques Soul en el que las cuerdas destacan y donde el propio Weller juega con su voz. En ‘She Moves With the Fayre’ colabora Robert Wyatt a las voces y a la trompeta, una canción con un punto muy de los 70 y que promete más de lo que ofrece. En ‘The Cranes Are Back’ parece contenerse pero funciona.

La segunda parte del disco comienza con ‘Hopper’, otra de las cimas del mismo, una maravilla muy Pop con un cierto regusto Beatle, con una sección de vientos que acompaña al tema y con un estribillo muy logrado. ‘New York’ también parece que va a aportar algo más pero se queda en un punto intermedio, aunque de nuevo brilla el Hammond. Y uno de los temas más interesantes es ‘One Tear’, donde colabora Boy George, una invitación al baile, con un punto ambiental, y que podría haber encajado en The Style Council. ‘Satellite Kid’ es convincente y de nuevo le da fuerza a través las guitarras, mientras que el final es una preciosa ‘The Impossible Idea’, un tema nostálgico especialmente en el estribillo.

Buen trabajo de Paul Weller, uno de nuestros artistas favoritos y al que siempre estamos esperando porque sus discos no nos dejan indiferentes. Buenas canciones en A Kind Revolution como este ‘Long Long Road’: