Neil Finn, ‘Out of Silence’

Siempre es una buena noticia la publicación de nuevo material de un músico de la talla de Neil Finn, uno de los escasos talentos que continúa creando melodías de pop atemporal desde mediados de los ochenta a través de sus diferentes proyectos. Tanto en solitario como junto a su hermano Tim (The Finn Brothers) o en su desaparecido proyecto estrella (Crowded House), y siempre soportando el peso creativo, Finn ha dejado muchas muestras de unas privilegiadas capacidad y sensibilidad, si bien lo ha hecho con una menor frecuencia de lo que hubieran deseado sus seguidores.

No exenta de riesgos, su agitada carrera no ha recuperado las cotas de popularidad de que disfrutara en los noventa, pese a lo cual ha seguido publicando discos de gran calidad e incluso abriéndose a la innovación como en su anterior trabajo ‘Dizzy Heights’ (coproducido en 2014 junto a Dave Fridmann), pero siempre asentado con firmeza en la edad dorada del pop británico de los sesenta y setenta, con especial querencia por los Beattles. Para este nuevo trabajo también ha optado por la originalidad, al menos en el método de grabación, ya que fue registrado en una única sesión, emitida a través de internet el pasado veinticinco de agosto en los estudios Roundhead que el propio Finn posee en Auckland. Apenas con su piano y la compañía de los coros y una sección de cuerdas, además de colaboraciones de amigos y familiares (con especial presencia de sus hijos Liam, en la coproducción, y Elroy), prescinde de la tecnología para sonar cálido y directo.

Los juegos vocales de Love is Emotional presentan el disco, romántica y suave da una idea de sus reglas; ausente la sección rítmica el piano y las cuerdas son afortunados protagonistas, elementos que comparte con la más ligera More than One of You, bellas ambas. Una preciosa línea de piano rige Chameleon Days, joya que Finn canta en falsete y que introduce una sutil percusión, a la que sigue Independence Day que destaca sobre piano y guitarra. Alone, cantada junto a su hermano Tim, recupera la íntima melancolía y Widow’s Peak la mantiene más despojada si cabe. El ritmo llega en Second Nature, con bajo y batería en primera línea y una elaborada orquestación que suenan de maravilla, para recuperar el piano y la intimidad vocal en The Law is Always on Your Side. Inspirada en el dolor por el atentado del Bataclan en noviembre de 2015, Terrorise Me suena cruda pero también bella y I Know Different cierra el disco en la misma línea de cálida desnudez que ilumina el conjunto.

Una potente lección de oficio y sensibilidad la que ofrece este veterano artista, un regalo que abruma por su sinceridad y riesgo y que sale triunfante con unas maravillosas canciones rebosantes de paz y cercanía. Pleno de instinto e inspiración, el neozelandés reactiva su carrera desde las reglas y los medios más clásicos del pop en su trabajo más personal, generoso y admirable.

Courtney Barnett & Kurt Vile, ‘Lotta Sea Lice’

Las uniones de artistas para realizar discos conjuntos suelen ser un riesgo porque a veces no mezclan bien los estilos o las fórmulas. En el caso que nos ocupa, Courtney Barnett y Kurt Vile, habían compartido festivales y entre ellos surgió una chispa. Lotta Sea Lice es el resultado de esta unión de dos personajes de la música que podríamos categorizar como ‘raros’. Si en 2015 la australiana Courtney Barnett nos convenció de sobra con su excelente debut Sometimes I Sit and Think, and Sometimes I Just Sit, una colección de temas guitarreros de los que ya hablamos en Los Restos del Concierto, Vile lleva una gran trayectoria detrás que le ha llevado a una exitosa y reconocida discografía, además de haber formado parte de The War on Drugs junto a su amigo Adam Granduciel, con un tono más sombrío y lo-fi, como también hemos reseñado aquí mismo. Así que los mimbres estaban asentados y el resultado es muy satisfactorio, un disco que se ha podido ver en un segundo plano ante el volumen de novedades de estas semanas pero que es una joya. Aunque están repartidas las tareas compositivas con cuatro temas de Vile, tres de Barnett, una canción de Jen Cloher que es la mujer de Barnett, y una versión de Belly, el disco en su conjunto tira más a Vile pero la huella de Barnett se nota. Pero el disco tiene una gran personalidad propia y funciona en su conjunto.

El comienzo es excepcional, aunque ‘Over Everything’, un tema de Vile, no será el tono que marque el disco. Canción fantástica que se eleva por encima de los seis minutos, cantan los dos juntos y contrasta el fraseo característico de Vile con la mayor energía de Barnett, siendo un tema que va creciendo y que culmina con guitarras poderosas. ‘Let It Go’ es la primera aportación de Barnett y es más oscura, curiosamente recordaría por momentos a los temas de Vile pero no hay que olvidar que en el disco de Barnett hay canciones en esa dirección, y cuenta con un poso amargo con las guitarras de nuevo como protagonistas. La aportación de Cloher es ‘Fear Is Like a Forest’, una canción más rockera pero que también tiene un tono crepuscular siendo una de las más destacadas en el empaste de la voz de Barnett con la de Vile que queda en un segundo plano. ‘Outta the Woodwork’ es otra composición sombría de Barnett, especialmente cuando cantan los dos, creciendo la intensidad de las guitarras que le dan un tono denso y opresivo. Vile aporta un tono más alegre con la preciosa ‘Continental Breakfast’, un tema más melódico donde vuelven a destacar las dos voces.

‘On Script’ es una canción de Barnett que sorprende por su tono triste, melancólico, a pesar de unas guitarras si se quiere más sucias y en la que la única voz es la de ella. Los dos siguientes temas corresponden a Vile, un ‘Blue Cheese’ que es interesante, más alegre en la parte instrumental y no tanto en las voces, predominando en este caso la de Vile. La otra canción de Vile ‘Peepin’ Tom’, una de las más destacadas de todo el disco, ese comienzo acústico y minimalista dejado a la voz de Barnett, aunque hay algún giro dramático, pero pronto se recupera el tono acústico que comentábamos y que tan bien le funciona. Y, como decíamos, el final es para la versión de ‘Untogether’, tema de Belly compuesto por Tanya Donelly en aquellos 9o, correspondiente a su disco Star (1993), y que Barnett y Vile llevan a su terreno, de forma desnuda e intimista de nuevo con la voz de Barnett de nuevo en primer plano.

Muy bueno el trabajo conjunto de Courtney Barnett y Kurt Vile, una unión que ha salido fantásticamente y que ha dado lugar a una serie de canciones que te van entrando poco a poco. Disco muy ‘otoñal’ que funciona perfectamente y que seguramente dejará poso, con esas guitarras como por ejemplo las de destacada ‘Over Everything’.

 

Lukas Nelson & Promise of the Real, ‘Lukas Nelson & Promise of the Real’

Como en otras ocasiones, el gran Alfonso Cardenal desde el imprescindible ‘Sofá Sonoro’ nos puso en la pista de uno de los discos llamados a estar en lo más alto de lo que va de año. Nos estamos refiriendo al colosal disco homónimo de Lukas Nelson & Promise of the Real. Desconocíamos la existencia de este vástago del icónico Willie Nelson hasta que en 2015 se convirtieron en la banda de acompañamiento de Neil Young en el notable The Monsanto Years, con el que repetirán en el inminente The Visitor. Ya sabemos que Young es un tipo que no para quieto pero también que no tiene filtro, aunque juntarse con Nelson y compañía sirvió para insuflarle nuevas energías en aquel disco de denuncia. Nelson había publicado tres discos que habían pasado muy desapercibidos y es que también imagino que tiene que pesar el hecho de ser hijo de todo un Willie Nelson, y más cuando tu estilo, aunque más rockero, tira por el Country también, hay un parecido físico y estéticamente recuerdas al bueno de Willie. Pero con su disco de 2017 ha dado un golpe encima de la mesa en la línea de otros artistas contemporáneos que están llevando los sonidos del Country a una mezcla no sólo con el Rock sino también con el Soul, entre otros, como gente que hemos recibido con los brazos abiertos en Los Restos del Concierto, de Chris Stapleton a Sturgill Simpson. Y Lukas Nelson se incorpora a esa lista con un discazo, una maravilla que no tiene ningún punto bajo porque está a gran altura a lo largo de sus doce temas, algunos de ellos sobresalientes.

Ya el comienzo es brutal, ‘Set Me Down on a Cloud’, un medio tiempo creciente, épico, con su voz muy destacada, con unos coros de tono gospeliano (lo repetirá en más ocasiones), junto a unas guitarras punzantes en un tema que te va llevando. ‘Die Alone’ no baja el nivel, es una canción más rockera que cuenta con un punto Soul de fondo, mientras que ‘Fool Me Once’ vira más hacia el Country con un sonido divertido. Y en el cuarto corte llega una de las maravillas del disco, la delicada e intimista, ese tono acústico, ‘Just Outside of Austin’, y a uno le regresan a la memoria esas semanas pasadas en Austin en casa de buenos amigos porque Austin es un sitio especial, un tema que es una delicia. Pero si te has quedado fundido con ‘Just Outside of Austin’ la siguiente te va a levantar, ‘Carolina’ es también sobresaliente, un temazo en toda regla, una locura de canción que cuenta con los coros de una soberbia Lady Ga Ga que se sale, una canción que regresa de nuevo al Rock and Roll con influencias Country. Y para que no caiga el nivel llega el turno de la más sombría, aquí las reminiscencias nos dirigen a Willie Nelson, ‘Runnin’ Shine’, una canción que comienza en tono acústico, que cambia de ritmo a medida que avanza y en la que vuelve a tirar de coros poderosos.

Pero ojo, que todavía está por llegar la gran joya de la corona: ‘Find Yourself’. Y aquí vuelve a hacerse acompañar por una tremenda Lady Ga Ga en una canción que va a estar en mi lista de las mejores del año, un tema maravilloso y emocionante, intenso, una canción que bebe del Soul y el Góspel con un estribillo fantástico. Aunque la cosa está complicada de igualar, ‘Four Letter World’ salva el envite con un Nelson que frasea incluso en una canción divertida. Y no para la fiesta con la rockera ‘High Times’ en la que Nelson se transmuta en todo un Tom Petty. ‘Breath of my Baby’, que es un tema notable, es la canción menos lograda de todo el disco, jugando con el contrapunto entre un pedal steel lejano y la voz de Nelson. En ‘Forget About Georgia’ retorna a la épica y a una cierta grandilocuencia, con un punto melancólico similar al del comienzo del disco, de nuevo con un gran estribillo y el recurso a los coros de tono espiritual. El cierre es para un tema más clásico, piano de fondo incluido, como es ‘If I Started Over’, cuyo peso cae en la voz de Nelson.

Uno de los discos sin duda del año para Los Restos del Concierto. Lukas Nelson & Promise of the Real han dejado el listón altísimo. Yo no me los perdería si es posible y además cuentan con temas que te rompen en dos como el fantástico ‘Find Yourself’.