«Memorial Device» de David Keenan

David Keenan ha publicado una interesante novela titulada Memorial Device (Sexto Piso), nombre de un ficticio grupo de la localidad escocesa de Airdrie. Cercana a Glasgow, y con pinta de no ser un lugar muy atractivo, Airdrie se convierte en un personaje central de la novela. Tomando como eje central a ésta y a la banda que da título a la novela, Keenan construye el relato de la escena post-punk de la primera década de los ochenta en ese entorno. Una de las cuestiones más interesantes es cómo Keenan construye el relato a partir de las numerosísimas voces que formaban dicha escena. Pero, por otra parte, también complejiza el mismo porque en no pocas ocasiones te pierdes en el marasmo de personajes. Aunque hay dos que destacan por si mismos, Ross Raymond que es el encargado de aglutinar todos los testimonios para un libro sobre la escena musical de Airdrie, y Johnny McLaughlin, que alcanza un protagonismo fundamental, no es menos cierto que luego otros van tomando un papel clave como los integrantes de Memorial Device, especialmente Lucas Black que era el cantante de la banda, entre otros.

El escenario que nos presenta Keenan es el de una gris Escocia donde un grupo de gente se atrevió a soñar, siguiendo la estela del Punk, de la New Wave, de Joy Division, etc., e imbuidos del ‘Do It Yourself» (DYT), pero que acabó como acabó, de forma muy poco favorable. El libro, que en muchas ocasiones te despierta una sonrisa pero que en otras se hace un tanto sobreactuado, aunque seguramente es lo que quiera transmitir el autor, cuenta también con mucha experimentación, sexo y drogas, así como con una mezcla entre el pasárselo bien, vivir el momento y alcanzar la trascendencia. En definitiva, una atractiva obra que cuenta con algunos altibajos pero que destaca en su planteamiento y su coralidad.

Bigott, ‘Candy Valley’

Es bueno y es (muy) breve lo último de Bigott, un nuevo ejercicio de indie recalcitrante, del sonido que en los noventa discurría inocentemente y del que van quedando pocos ejemplos con la autenticidad del díscolo genio zaragozano. Apenas veinte minutos en los que Borja Laudo se muestra algo más «serio» de lo habitual, como ya podía apreciarse en su anterior trabajo ‘My Friends Are Dead’, con un menor desenfado, pero con el mismo acierto y sencillez a los que nos había acostumbrado en sus ocho referencias anteriores.

Tras sus dos brillantes trabajos con Jeremy Jay en la producción, se hizo acompañar en esta ocasión del productor americano David Loca (Part Time) en una grabación que tuvo lugar a finales del año pasado en Los Angeles para, junto a Tony Leal e Izak Arida, conformar una banda a cuatro de la que extrae una efectividad Lo Fi en la que las guitarras conservan el protagonismo y la voz suena algo más profunda y el característico inglés castizo de Laudo queda un poco diluido.

Será necesariamente breve nuestra reseña de esta nueva lista de canciones que se abre con Strangers by the Wall y la tónica ligera de guitarras sencillas que se prolonga algo más eléctrica y exclamada en Don´t Know Why. El baile llega a lomos del funk en Don´t Stop the Dance antes de que Atmosphere introduzca algo de gravedad y distorsión. Juega con el bajo y unas bellas guitarras en la optimista y favorita Take It Easy, tras la que Movin’ On nos devuelve al baile con calma. El punto final lo ponen con fluidez y suavidad las guitarras de Walk in the Hood (otra favorita) y la más densa y arreglada Stranger Eyes.

Cuesta seguirle la pista al zaragozano que en esta pequeña gozada nos obliga (a veces) a tomárnoslo en serio y nos recrea con una nueva demostración en la que, tras la misma apariencia despreocupada, se vuelve a adivinar un talento, un gusto y un bagaje que no dejamos de disfrutar y que ciertamente podrían ser más reconocidos.

‘Consolers of the Lonely’ o la última entrega de The Raconteurs

Jack White está a punto de sacar un nuevo disco, el tercero en solitario que se llamará Boarding House Reach, y desde siempre ha sido uno de los más listos de la clase. En Los Restos del Concierto teníamos ganas de abordar uno de sus proyectos más interesantes, y que hace años dejó atrás aunque con White nunca se sabe, como fueron The Raconteurs, que publicaron únicamente dos discos. El segundo de ellos, Consolers of the Lonely, cumple diez años en 2018, suponiendo la continuación de su debut en 2006 con Broken Boy Soldiers. Hay que situarse en ese contexto, y en que la creatividad e hiperactividad de White necesita muchos canales para expresarse. En 2006, The White Stripes eran una de las bandas más importantes del panorama rockero y con Get Behind Me Satan (2005) habían consolidado su posición tras el éxito de Elephant (2003). Entonces, White, que ya estaba establecido en Nashville y que había producido a otros artistas, sorprendió con una nueva formación que no suponía el fin de The White Stripes, que llegaría años después, formada por Brendan Benson, Jack Lawrence (The Greenhornes y que también estaría presente en otro proyecto de White como The Dead Weather) y Patrick Keeler (The Greenhornes y The Afghan Whigs, entre otros). Aquel debut se contempló como un divertimento de White pero Broken Boy Soldiers era un buen disco, compuesto entre White y Benson, con canciones tan redondas como ‘Steady, As She Goes’, y se caracterizaba por sonidos más garajeros y vinculados al Power Pop que las últimas entregas de The White Stripes. La banda se consolidó y su siguiente trabajo tardaría dos años en llegar, justo un año después de la última entrega de The White Stripes, Icky Thump (2007), y uno año antes del nuevo proyecto de White, los más oscuros de The Dead Weather.

Para Consolors of the Lonely, White y Benson cambiaron un poco de registros, dejando a un lado los sonidos más urgentes para ganar en contundencia a través de unas guitarras más pesadas, e incluso notándose la huella de la deriva final de The White Stripes, esas trompetas en algunos temas. De nuevo jugando a dos voces, The Raconteurs lograron superar su debut con un disco homogéneo y sin fisuras, aunque a veces rozando el peligroso barroquismo marca de la casa White. El primer tema, ‘Consoler of the Lonely’, parece querer mantener el espíritu garajero pero luego se interna en las filigranas de White y cuenta con un final tremendo. ‘Salute Your Solution’ es una canción tremenda, impresionante el bajo de Lawrence, las dos voces de Benson y White, así como unas guitarras muy punzantes. En ‘You Don’t Understand Me’ apuestan por un medio tiempo creciente, con un poso más clásico, con piano ‘barroquista’ incluido. Y en ‘Old Enough’ incorporan violines para una canción con tono más Folk que es una veta que no explorarán demasiado pero que les quedaba muy bien, un tema de mis favoritos. En ‘The Switch and the Spur’ aparece la huella del último trabajo de The White Stripes, esas trompetas ya señaladas, para un tema con el que desciende levemente el nivel. Pero se recupera con la urgente ‘Hold Up’ en la que destaca la sección rítmica y el virtuosismo de White. ‘Top Yourself’ por su parte tiene un comienzo interesante con White prácticamente fraseando y luego avanza hacia a un tono más oscuro.

En ‘Many Shades of Black’ recuperan las trompetas para conformar un sonido más melancólico y en donde destaca la grandilocuencia del tema. ‘Five on the Five’ por su parte vuelve a las guitarras más urgentes, línea que se sigue en ‘Attention’, más rockera posiblemente y accesible. ‘Pull This Blanket Off’ es más minimalista y con una instrumentación reducida, mientras que en ‘Rich Kid Blues’ se marcan una soberbia versión del tema de Terry Reid, caracterizada por la épica. El final es para dos grandes temas, primero ‘These Stones Will Shout’, también definido por una gran fuerza tras un comienzo suave, y en segundo lugar con la intensa ‘Carolina Drama’, un tema fascinante, envolvente y con ese sonido tan característico de White pero más melódico.

The Raconteurs no volvieron a publicar más material nuevo desde entonces. Giraron y White se dispersó entre el final de The White Stripes, la apuesta por The Dead Weather y, especialmente, por su carrera en solitario, junto a producciones varias y otras colaboraciones. Benson, por su parte, entregó en 2009 un imprescindible My Old, Familiar Friend, el punto más alto de una carrera que adquirió más visibilidad gracias al apoyo de White, aunque sus discos posteriores hayan sido más irregulares y no cuente con apenas novedades desde el disco de 2013 You Were Right del que dimos cuenta en Los Restos del Concierto. No sabemos qué llevó al final de The Raconteurs en 2011 ni si tiene White intención de recuperarlos, ya hemos comentado que tratándose de White se puede esperar cualquier cosa, pero no cabe duda que fueron un muy buen proyecto con dos discos destacados y fantásticas canciones.