The 1975, «A Brief Inquiry into Online Relationships»

Finales de 2018 y un disco se cuela como destacado, es el tercer trabajo de los jóvenes británicos de 1975, A Brief Inquiry into Online Relationships. La verdad, ni idea de quiénes eran The 1975, poco más que habían sido confirmados en el cartel del Mad Cool 2019. Escucho dos singles y me parecen interesantes, aunque también me mosquean ciertas comparaciones, una de las más bestias es que era como el Ok Computer de la generación millennial, en otras se hace alusión a la mezcla de sonidos e influencias (cierto) y a cierta búsqueda en los ochenta (también) de algunos de sus sonidos. Sin embargo, también hay algunas impresiones que hablan del tan temido hype al que nos tienen tan acostumbrados algunos medios, especialmente los británicos. Bueno, pues de todo hay la verdad. Lo cierto es que es un trabajo que tiene algunos aciertos pero que también se queda un tanto extenso, algunos temas le sobran. Es ambicioso, eso sin duda, e incluso tiene una supuesta conceptualidad, el título alude a una breve investigación sobre las relaciones en línea, lo cual nos lleva a la tan cacareada posmodernidad y lo que conlleva, y la mezcla de sonidos es la propia del eclecticismo de nuestra época, con ecos incluso a caminos que han tomado gente como Bon Iver, autotune incluido, lo cual lo lleva al campo de la experimentación. También hay que destacar la voz de Matthew Healy, capaz de moldear su tono al ritmo de la canción.

En la intro, «The 1975», ya apuntan en parte su destino, autotune incluido, para dar paso a una canción contagiosa con ribetes electrónicos pero que mira al pasado, concretamente a los ochenta, como es «Give Yourself a Try». «TooTimeTooTimeTooTime» convence con sus sonidos electrónicos y el toque sutil oriental, seguro que será una de las canciones más celebradas en sus conciertos, mientras que «How To Draw / Petrichor» es de las más experimentales, con una parte muy del R&B más moderno y una segunda mucho más electrónica. En «Love It It We Made It» dan un quiebro, Healy cambia el tono de su voz, y regresan a la épica Pop de los ochenta, coros incluidos, siendo otro de los temas más interesantes del disco. En «Be My Mistake» se lanzan con un tema más intimista, habrá varios, que seguramente son las que menos funcionan. Pero luego llega la delicia de «Sincerity Is Scary», un medio tiempo que crece al dejarse llevar incluso por unos tonos Soul con vientos incluidos, seguramente de las mejores del disco. En «I Like America & America Likes Me» regresan al autotune en lo que sería una muestra de Pop posmoderno.

La segunda parte comienza con el discurso de «The Man Who Married a Robot /Love Theme», algo así como una especie de manifiesto sobre la situación a la que nos lleva Internet y las Redes Sociales, cuanto menos curioso. En «Inside Your Mind» retornan al intimismo, no acaba de funcionar en este caso, pero con «It’s Not Living (If It’s Not With You)» retornan al Pop de los ochenta y, aunque dan un poco el tono de «Boy Band», no es menos cierto que es una de las canciones más luminosas y optimistas del disco. Se regodean en ese intimismo que decíamos con las un tanto sobrantes «Surrounded by Heads and Bodies» y «Mine» pero recuperan el fuelle con la deudora del R&B «I Couldn’t Be More In Love», un tema más conseguido con coros y solo de guitarra incluido, para cerrar con una excelsa «I Always Wanna Die (Sometimes)», una canción Pop interesante.

The 1975 han anunciado ya para los próximos meses Notes on a Conditional Form, que señalan irá en otra dirección musical, basada en los clubes nocturnos. Veremos, aunque este A Brief Inquiry into Online Relationships se escucha bien, aunque le sobran canciones, nos queda la duda de si The 1975 son un hype…

Brendan Benson en su cima

Si fuera actor sería un secundario, pero uno de esos que realzan las buenas películas, de los que se les reserva un papel trascendental y que acaban imprimiendo su propia huella y robando escenas al protagonista. Y es que el talento de Brendan Benson no pasa desapercibido por más que esté rodeado por estrellas del rock u otros músicos de prestigio; aunque cuando más ha lucido ha sido en sus trabajos en solitario y de estos (particularmente) en el que publicaba hace ahora diez años bajo el título de «My Old, Familiar Friend».

Hablamos de la que sería su cuarta referencia en solitario que llegaba tras un debut ilusionante («One Mississippi», 1996) y dos continuaciones en clara progresión, como serían el más pulido «Lapalco» de 2002 y el excelente «The Alternative to Love» de 2005, en el que ya se apreciaba el sonido que perfeccionaría en el que nos ocupa. Y entre estos dos últimos las que serían sus grabaciones con mayor repercusión como componente de The Raconteurs junto a Jack White (con quien coescribió gran parte de las canciones), Jack Lawrence y Patrick Keeler y cuyos dos fantásticos discos («Broken Boy Soldiers» de 2006 y «Consolers of the Lonely» de 2008) parece tendrán continuación en este mismo año.

Aunque «My Old, Familiar Friend» fue grabado en 2007, entre la publicación de los dos álbumes junto a The Raconteurs, este no vería la luz hasta agosto de 2009 cuando fue presentado A Whole Lot Better como primer sencillo. En su grabación Benson se reservó la ejecución de un montón de instrumentos, pero también contó con la colaboración de gente como su amigo Dean Fertita a los teclados (Queens of the Stone Age) o David Sardy (productor de Oasis o The Dandy Warhols entre otros) y más gente además de una sección de cuerda, y con un productor de campanillas como Gil Norton (Pixies, Foo Fighters) que le imprimió una energía proveniente del rock de la que habían carecido sus anteriores trabajos.

Lo cierto es que todos sus trabajos rayan a un nivel alto, pero este desprende una especial energía y buenrollismo que lo coloca por encima del resto de su producción. Así se abre impetuoso con A Whole Lot Better con unas guitarras agresivas y melódicas acompañadas de unos juegos de voces que supone una estupenda presentación de lo que vendrá a continuación. Eyes on the Horizon sigue la misma línea con algo más de ritmo y profundidad, también preciosas voces en un estribillo de lo más luminoso, antes de Garbage Day, precioso y urgente soul realzado por las cuerdas. Gonowhere es un bello y cálido medio tiempo al piano y Feel Like Taking You Home se inicia suave para crecer poco a poco hacia un rock insistente. Una balada cuidada y emocionante con sección de cuerdas incluida, You Make a Fool Out of Me, precede a una de las incontestables joyas del disco, la mayúscula y vitamínica Poised and Ready.

El cuarteto final del álbum lo abren Don’t Wanna Talk que lo tiene todo: ritmo, potencia, voces, melodía y un estribillo pegadizo, y una Misery plagada de guitarras, teclados y coros en ascenso emocional y potente. El broche lo ponen los suaves teclados de la más íntima Lesson Learned y el derroche instrumental de Borrow, guitarras y más guitarras para un final a todo trapo.

Sin inventar nada pero con la lección mejor aprendida que nadie, el músico de Michigan ejercitaba en esta ocasión y como nunca sus habilidades compositivas para crear, con aparente facilidad, originales y efectivas melodías pop desde el folk y el power pop, con algunos pasajes más rockeros y otros extraídos de la música negra, para completar un disco de una luminosidad y energía que irán diluyéndose en sus dos trabajos posteriores.

Tanto en «What Kind of World» (2012) como en «You Were Right» (2013), discos editados en su propio sello Readymade Records creado a raíz de la grabación del primero, se percibía un sonido simplificado (de manera más notable en el segundo) con respecto al que hoy tratamos, que podría ser considerado la cumbre de su producción en cuanto a medios así como a resultados. Dedicado desde entonces a su familia y a producir a gente como Robyn Hitchcock o Eric Burdon y componer para otros artistas como Jake Bugg, Nick Lowe o The Kooks, su carrera en solitario lleva tiempo aparcada y no hay visos de continuidad por el momento, de modo que seguiremos utilizando sus contagiosas canciones para subirnos el ánimo, especialmente las de este «My Old, Familiar Friend» que le quedó tan estupendo.

The Kinks, «The Kinks Are the Village Green Preservation Society»

Estamos muy acostumbrados a la reedición de discos clásicos acompañados de suculentos extras, descartes, otras tomas, remasterizaciones, etc. Dependiendo de la vinculación con la banda o el artista, si eres seguidor o seguidora, puede que tengas esos discos y no te aporten nada nuevo. Pero también se da el caso de descubrimientos a través de estas reediciones. No hace muchos años que me sumergí en The Kinks, la banda de Ray Davies, Dave Davies, Mick Avory y el fallecido Peter Quaife, la formación original de los británicos. Abanderados de la «British Invasion» y con una trayectoria de décadas, marcada por la tormentosa relación entre los hermanos Davies, The Kinks son fascinantes porque conjugan numerosos estilos e influencias. La jugosa reedición de uno de sus clásicos, The Kinks Are the Village Green Preservation Society en su cincuenta aniversario ha permitido a unos cuantos descubrir este excelente disco de carácter conceptual y uno de los puntos de inflexión de su carrera. Ojo, era el sexto disco de la banda en cuatro años. Ya sé que era otra época, que se grababan discos a gran velocidad, pero habla a las claras de la pulsión de Ray Davies, compositor de la banda. Es un disco que nos presenta a una formación que mira hacia el pasado y hacia el costumbrismo más británico, con reminiscencias del Folk y del Music Hall, a tiempos y espacios perdidos. Y les sale de forma fantástica, te lleva a esas imágenes que sólo puedes conocer a través de las películas inglesas, la de las casas de hileras, la campiña inglesa con sus pubs de pueblo y todos los tópicos que queramos, luego Blur tratarían de hacer lo mismo pero esa es otra historia. El disco original contenía quince canciones que no superaban en su conjunto los cuarenta minutos, casi todas ellas por debajo de los tres minutos. En la reedición de doble CD se suman nueve temas más que habían salido en otros discos, caras b, etc., y en la versión Mono del disco las novedades llegan a la decena.

Los y las fans de The Kinks dirán que cómo no habíamos llegado antes a este disco, y con razón. El comienzo con la vital, optimista y costumbrista «The Village Green Preservation Society» da paso a una brutal «Do You Remenber Walter? donde hay reminiscencias beatlelianas. «Picture Book» es una gran obra de Pop y en «Johnny Thunder», otro clásico, vuelven a predominar las acústicas. «Last of the Stearn-Powered Trains» es más rockera y cuenta con influencias del Blues pero es «Big Sky» una de mis favoritas, tiene un punto Folk pero también más oscuro con ese fraseo de Ray Davies. El piano tipo «de variedades» de «Sitting by the Riverside» cierra la primera cara del disco.

La segunda la abre la muy costumbrista «Animal Farm» a la que siguen «Village Green», más barroca, y un temazo Pop como es «Starstruck», otro de mis favoritos del disco, con las cuerdas aportando un toque de distinción. «Phenomenal Cat» es una de las canciones que mejor mantiene el espíritu del disco, combinando el tono barroco con una cierta visión burlesca. «All My Friends Where There» es fantástica, el tono de celebración comunitaria asociada a uno de los tópicos británicos. En «Wicked Annabella» canta Dale Davies y cuenta con un tono psicodélico, más acorde a la época en la que fue grabado el disco. También es diferente «Monica», con reminiscencias caribeñas que le quedan muy bien, dando paso al cierre con la excelsa «People Takes Pictures of Each Other», una canción adictiva con ese piano que se acelera y en la que destaca la forma de cantar de Ray.

Los extras de este primer CD, que es en el que nos centramos, nos presentan la melancólica «Days», la más cercana a a los sonidos de sus inicios «She’s Got Everything», una maravilla, y «Mr. Songbird» que recuerda más al disco, especialmente por esa vuelta a los sonidos del Music Hall. En esa misma línea se sitúa «Wonderboy» que es muy festiva y «Polly» es una canción Pop más ambiciosa. En «Berkeley Mews» nos encontramos una canción en ascenso que también deriva hacia el Pop, mientras que el cierre es para tres temas como «Rosemary Rose», destacando en el mismo la forma de cantar de Ray, la campestre «Misty Water» aunque también con derivas Pop, y la muy teatral, sección de vientos incluida, «Till Deaths Us Do Part».

Sí, nos dejamos las canciones del segundo CD, pero habrá tiempo de volver a The Kinks que luego irían sumando Arthur (Or the Decline and Fall of the British Empire) (1969), otro de esos discos clásicos de aroma pero que muy británico, en el que John Dalton sustituiría al bajo a Peter Quaife que abandonaría la formación para poner en marcha otro proyecto. The Kinks Are the Village Green Preservation Society, un pedazo de disco que te atrapa.