Bruce Springsteen, «Wrecking Ball»

En un mundo donde la música está fragmentada y dispersa, especialmente el rock, pocas novedades alcanzan la visibilidad que logra Bruce Springsteen. Incluso hemos podido escuchar cuñas radiofónicas (curioso y significativo) con el lanzamiento de «Wrecking ball». Springsteen vuelve con material nuevo después de su irregular «Working on a dream» (2009), aunque no ha dejado de aportar novedades desde remasterizaciones («Darkness of the edge of town», su mejor disco), directos y documentales («London Calling: Live in Hyde Park», «The Promise: The Making Of Darkness Of The Edge Of Town») o el imprescindible disco doble de los descartes de «Darkness…», maravilloso conjunto de canciones. Si a eso le unimos la gira casi permanente, aunque sin llegar a los niveles de Dylan, su colaboración en directo con otras bandas y su activismo, es obvio que Springsteen no para.

«Wrecking Ball» ha sido presentado como una vuelta al rock, pero eso es publicidad. Es un disco ecléctico que se basa en gran parte en retomar los cánones al gran disco «Whe Shall Overcome: The Seeger Sessionss», su trabajo de 2006 donde rescataba canciones de Peter Seeger con una banda impecable y numerosa. Pero hay más, también encontramos canciones clásicas de Springsteen, con la E-Street Band dándolo todo, y otras más intimistas que nos recuerdan más a medios tiempos de «Devil & Dust» (2005) que a «The Ghost of Tom Joad» (1995) o «Nebraska» (1982).

La mayoría de la crítica se ha rendido al disco (http://www.rollingstone.es/noticias/view/entusiasma-a-todos-el-nuevo-disco-bruce-springsteen), pero hay que escucharlo con detenimiento. Vaya por delante que destacan en número y calidad las canciones de tinte folk con coros, violines e instrumentos tradicionales en la línea de «Whe Shall Overcome». Así, «Wrecking ball», «Shackled and drawn», «Easy money» y «Death to my hometown» son temas poderosos. Uno de los momentos más importantes del álbum es «Land of hope and dreams», que Springsteen llevaba años tocando en directo. En ella se puede escuchar a la E-Street Band en toda su extensión y uno de los sus últimos grandes himnos. Tampoco hay que descartar «We take care of our own», «You´ve got it» o «Jack of all trades», una de las canciones donde colabora Tom Morello. Otros temas están menos conseguidos, como por ejemplo «This depression» o «Rocky ground», con el rapeo final que tampoco aporta mucho.

Un buen disco de Springsteen, con letras combativas acerca de la situación actual, y que esperamos con ganas verlo en directo. A pesar de la baja de Clarence Clemons, Springsteen no da tregua en vivo y ha incorporado una sección de viento y más músicos. Para muestra, «Death to my hometown» en el Apollo Theater el pasado 9 de marzo:

 

 

 

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