The Killers y las expectativas no cumplidas

La verdad es que a última hora me he acobardado, tenía otro tema y artista para ‘Tengo un Hit’, pero he decidido que no, pero todo llegará, prometemos que nos pondremos con ello. Así que para finalizar esta sección del verano 2017 hemos decidido ir a un valor seguro y hablar de The Killers, una banda que nos cautivó en su debut en 2004 pero que luego nos ha dejado muy fríos, y no puedo con ‘Human’ por mucho que mi admirado Pep Guardiola la adoptase como himno para su segunda temporada en el Barcelona tras el ‘Viva la Vida’ de Coldplay, otros que también barajamos para la sección. Pero volvamos a The Killers y ese 2004 en el que pensamos que el Rock & Roll podía remontar. Había como una especie de nuevo BritPop de aquellas maneras, bandas como Franz Ferdinand recuperaban los sonidos de la New Wave y de las guitarras más destinadas a la pista de baile, debutaban con fuerza Arcade Fire, quedaba poco para Arctic Monkeys, The White Stripes crecían a la par que The Strokes nos iban decepcionando tras su enorme primer disco. Había esperanzas, como decíamos, pero todo era un espejismo. Éramos diez años más viejos y las nuevas generaciones pasaban en gran medida de los sonidos de guitarras. Así que todo aquello quedó en un segundo plano. The Killers estaban en esa hornada y respondían a los sonidos más reivindicativos de la New Wave, procedían de Las Vegas y utilizaban los teclados sin miramientos. The Killers contaban con un líder como Brandon Flowers que no andaba sobrado de carisma pero funcionaban. Su primer tema que se hizo popular fue la adictiva ‘Somebody Told Me’, que podría haber encajado en esta sección perfectamente. Guitarras y teclados para bailar con un tema pegadizo a más no poder.

The Killers habían debutado con Hot Fuss (2004), un disco que no levantó tampoco grandísimas pasiones entre la crítica pero que los colocó en el escaparate. ‘Mr. Brightside’ había sido su single de presentación unos meses antes, pero había pasado un tanto desapercibido y subió aupado por ‘Somebody Told Me’. ‘Mr. Brightside’ es uno de los grandes Hits de ese periodo y una muy buena canción, con guitarras aceleradas y una batería en primera línea. Flowers también realiza una gran interpretación, con un punto furioso, y nos recuerda a las bandas de las que beben The Killers pero con un punto más acelerado. La letra tiene un punto de complejidad, ‘Mr. Brightside’ (‘Sr. Optimista’) parece referirse a mirar al lado bueno de las cosas en un contexto negativo del protagonista del tema, relacionado con su pareja, pero también parece tener un lado amargo, como de autocrítica por esa actitud.

The Killers no lograrían superar su debut, su evolución posterior también ha sido una búsqueda de un camino, pero sin salirse de sus cánones. No cabe duda que son una banda mainstream pero también da la sensación que podían haber llegado algo más lejos.

El golpe en la mesa de Beyoncé con ‘Crazy in Love’

Año 2003, Beyoncé iba a comenzar su carrera en solitario con la publicación de Dangerously in Love, y lo haría con mucha fuerza. Para entonces, la carrera del grupo que le había dado a conocer, Destiny’s Child, estaba también en lo más alto, superando a otros grupos de R&B femeninos que habían volado alto en los noventa como TLC o En Vogue. Habían publicado hasta la fecha tres discos pero estaba claro que a Beyoncé Destiny’s Child, donde compartía formación con Kelly Rowland y Michelle Williams, se le quedaba pequeño. Beyoncé se iba a abrir a nuevos sonidos pero su debut estaría marcado por el R&B contemporáneo y el neo Soul, todavía estaba en formación una carrera que alcanzaría su cima, de momento, con el personal Lemonade (2016). Pero, volviendo a su debut en solitario, Beyoncé participaría en la composición y producción de todos los temas y se rodearía de colaboradores y colaboradoras como Jay-Z, que ya por entonces era su pareja, clásicos del R&B como Luther Vandross, Missy Elliot, Sean Paul, Big Boi (Outkast) o Sleepy Brown.

Dangerously in Love es un disco que se hace largo, irregular por momentos, en los que Beyoncé muestra su talento pero que se nota que todavía está definiendo su estilo. Hay algunos temas que sobran, especialmente en la segunda parte, pero contaba con un Hit inmenso, el ‘Crazy in Love’ con el que abría el disco. ‘Crazy in Love’ fue una de las canciones más destacadas de 2003 y seguramente de la década, una carta de presentación de la carrera en solitario de Beyoncé sin paliativos. Un golpe en la mesa. En ‘Crazy in Love’ colabora Jay-Z, que también coescribe el tema, y es una canción adictiva, con un ‘hook’ tremendo, un comienzo que ya se te clava, unos vientos poderosos y un estribillo de gran potencia. La letra no tiene mayor misterio, donde se combina la interpretación vocal de Beyoncé con las estrofas rapeadas de Jay-Z.

Fue un número 1 incontestable, una canción que ya no abandonaría nunca a la artista de Houston. Todavía tendría tiempo de regresar a Destiny’s Child para despedir su carrera con su quinto disco, un irregular Destiny Fulfilled (2004). A partir de ese momento, Beyoncé se ha convertido en una de las principales artistas de la música popular de estas dos últimas décadas, controlando una carrera que va ganando credibilidad con discos como el ya mencionado Lemonade pero también con singles incontestables como ‘Single Ladies (Put a Ring on It)’, ‘Halo’, etc. Pero todo comenzó con ‘Crazy in Love’.

 

La delicia Pop de The Cardigans con ‘Carnival’

La industria musical sueca la mayoría de las veces da sorpresas muy positivas y una de ellas fueron The Cardigans. La primera vez que supimos de ellos fue con un tema que, para mí, es una de mis canciones favoritas de la década de los noventa. Era el otoño de 1995 cuando se coló un tema que tenía un estribillo y un sonido fascinante, una melodía Pop que nos llevaba a los sesenta, pero más cosas. The Cardigans eran un quinteto en el que la voz cantante la llevaba Nina Persson, una deliciosa y delicada voz, y el compositor principal era Peter Svensson, el guitarrista. En aquellos años de emergencia de lo ‘alternativo’, The Cardigans lo tenían menos fácil para encajar a pesar de que hacían versiones de Black Sabbath. Podríamos decir que su sonido era más Pop aunque con algunos ribetes de Rock & Roll. Su debut en 1994 se llamó Emmerdale y pasó sin pena ni gloria pero en 1995 dieron el salto internacional con Life y ahí estaba ‘Carnival’, una canción adictiva y que lo tenía todo.

En primer lugar, contaba con ese sonido de canción Pop luminosa pero con un tono de melancolía de fondo, para lo que la voz de Persson era una garantía. En segundo lugar, el uso del órgano Hammond era fantástico, lo que le convertía en la seña de identidad del tema. Y también había un toque de guitarra eléctrica bastante acertado. El vídeo tenía ese punto entre nostálgico y animado que caracterizaba al tema, todo un manifiesto Pop. En cuanto a la letra, ningún misterio, canción de amor-desamor con rimas fáciles como la del estribillo pero que se quedaban. La canción no fue un gran Hit pero sí que sitúo a The Cardigans en el mapa, demostrando que eran algo más que la belleza de Persson. En su siguiente disco, First Band on the Moon (1996) sí que conseguirían todo un número 1 con ‘Lovefool’, que estaba también en la Banda Sonora del Romeo + Juliet de Leonardo DiCaprio, que seguía el mismo esquema de ‘Carnival’ y que es un temazo igualmente. Luego llegaría el endurecimiento de su sonido con el Gran Turismo (1998), el giro hacia lugares más acústicos con el más intimista Long Gone Before Daylight (2003), que es uno de los discos que más me gustan de ellos, y el cierre a su producción con Super Extra Gravity (2005). Llegaría después un parón de 2007 a 2011, discos en solitario y reunión de la banda para girar aunque no han sacado ningún material nuevo. De todas formas, The Cardigans tienen canciones maravillosas que siguen sonando muy bien.