Cuando Lauryn Hill pudo reinar

Homenaje a una de las grandes voces de la música soul y hip-hop de las dos últimas décadas, la historia de una carrera truncada y de un verso libre, porque Lauryn Hill tomó sus decisiones, sin mirar atrás. La que se ubicó a un paso de gente como Aretha Franklin, se quedó en el «casi», pero nos dejó un legado imprescindible, y quién sabe si algún día nos presentará otra obra maestra. Es la historia de Lauryn Hill.

A mediados de los noventa, el hip-hop y el rap estaban siendo cada vez más accesibles para todos los públicos. Eran la alternativa al R&B descafeinado que se daba entonces, mientras los sonidos más clásicos del soul y el funk estaban soterrados. En aquel momento, 1996, un grupo llamado The Fugees publicaba «The Score», un gran disco que alcanzó gran popularidad. Ese grupo lo formaban Wyclef Jean, Pras Michael y Lauryn Hill, actriz temprana en películas como «Sister Act 2». «The Score» reunía todos los clichés del género: samplers, rimas combativas y versiones contundentes. Nadie podrá olvidar el impacto de su revisión del «Killing me softly with his song» popularizada por Roberta Flack. Y es que la voz de Lauryn Hill encajaba perfectamente en todos sus registros. Había más revisitaciones, como «No woman no cry», pero también temas muy potentes como «Fu-gee-la» y «Ready or not» (popularizada en España por ser empleada en una campaña publicitaria por los grandes almacenes por todos conocidos).

The Fugees lo tenían todo pero sus integrantes eran muy inquietos y enseguida comenzaron con sus proyectos en solitario, en los que inicialmente participaron el resto de los miembros. Así, Wyclef Jean, el más hiperactivo de ellos, se inició en solitario en 1997. Y en 1998 llegaría el grandísimo debut de Lauryn Hill, «The Miseducation of Lauryn Hill».

El disco lo tenía todo y logró el número 1 en Estados Unidos. Un disco que recogía prácticamente todos los palos de la música negra, desde el soul al hip-hop. Sin duda, es uno de los grandes discos de la década de 1990 y Lauryn Hill tomaba la delantera a divas en retirada como Withney Houston; a estrellas emergentes como Toni Braxton, Mary J. Bligle o Erykah Badu; y a futuras, a las que marcó el camino, como Macy Gray o Alicia Keys. Aclamado por la crítica y el público, todas las canciones fueron compuestas por la propia Lauryn Hill, destacando temas como «Ex-Factor», «Everything is eveything», «Lost ones»…e incluso te regalaban como bonus track una grandísima versión del «Can´t take my eyes off you». Pero, por encima de todo, destacaba «Doo Wop (That thing)», una canción enorme enmedio de tan enorme disco. Creo que este tema recoge todo lo que Lauryn Hill podía haber sido pero no pudo ser, o no quiso.

Con semejante éxito, la vida de Lauryn Hill tomó un giro definitivo. Conoció a Rohan Marley, hijo de Bob Marley, se trasladó a vivir a Jamaica, y a lo largo de su relación tendrían cinco hijos. Convertida en estrella mundial y con las primeras luchas de egos aflorando en The Fugees, especialmente con Wyclef Jean, su carrera también tomaría otra dirección. Lejos de repetir la fórmula del éxito, Lauryn Hill se presentó en 2002 con «MTV Unplugged No. 2.0». Un disco doble, acústico y minimalista, donde Lauryn Hill se postulaba como cantautora, todavía con unas letras más comprometidas que antes. No quiero ni pensar en la cara de los de la discográfica cuando se presentó con este proyecto. Atrás quedaba la exhuberancia de «Doo Wop (That thing)» y la crítica y el público le volvieron la espalda. Confieso que en 2002 no le presté atención al disco, como la mayoría de la gente a la que nos impactó «The Miseducation of…», el cambio nos pilló a contrapié, pero años después me lo compré y también me fascinó. Todavía hoy, ambos discos, siguen sonando muy frescos, y «MTV Unplugged No. 2.0» es un disco incomprendido y olvidado, injustamente. Lauryn Hill fue valiente y demostró que sabía perfectamente lo que estaba haciendo.

Por si no quedaba claro, letras como «I get out» lo dejaban muy explícito. Pero lo que vino después es más difícil de explicar ya que Lauryn Hill se metió en un montón de embrollos. El más sonado sin duda fue el del Vaticano en 2003. En el concierto benéfico de Navidad y ante miles de personas, Lauryn Hill valientemente preguntó a la jerarquía católica, entre la que no se encontraba Juan Pablo II, por los escándalos por pederastia que asolaban a la iglesia norteamericana. Imaginaros las consecuencias. En los siguientes años, también tendría problemas fiscales que irían socavando su reputación.

¿Y la música? Desaparecida. Durante estos años, The Fugees se reunieron, giraron e intentaron grabar, pero la lucha de egos iba a más. Lauryn Hill ha seguido actuando, grabando alguna canción para bandas sonoras, pero no ha habido discos ni ha recuperado su estatus. En relación al gran público, está desaparecida y olvidada. Sin embargo, sigue gozando del respeto de muchos de sus compañeros, con los que aparece en conciertos, como en esta actuación del pasado julio con nuestros admirados The Roots, donde revisa «Lost ones», «Ex-Factor», «Ready or not», «Fu-gee-la», «Could you be loved» y, como no, «Doo Wop (That Thing)» (media hora para no perdérsela):

La esperanza no desaparece, estas imágenes de hace unos meses nos muestran a Lauryn Hill en plena forma, pero ha pasado mucho tiempo desde sus discos. Nos quedamos con el inicio de «The Miseducation of Lauryn Hill», cuando un profesor pasa lista en clase y cuando llega a Lauryn Hill, obviamente ella no responde porque no está. Como dice el estribillo de «Lost ones», «You might win some but you just lost one».

 

 

 

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