Elbow, «The Take Off and Landing of Everything»

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Elbow fueron una banda valiente en su debut a principios de la década anterior con Asleep in the Back dejando clara su apuesta de aparente poco tirón comercial que con el tiempo se ha hecho con más seguidores de los que prometía (especialmente en el Reino Unido donde son muy respetados como quedó demostrado en la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpios de Londres). Rehuyendo las habituales estructuras pop y liderados por la grave y versátil voz de Guy Garvey, acompañada por una instrumentación tradicional arreglada con originalidad, se sumaron a la larga estela de Radiohead para componer piezas de marcado dramatismo y también cierta grandilocuencia.

Lo cierto es que su apuesta no ha variado demasiado desde aquel primer disco hasta el presente, más bien han repetido su personal y exitosa fórmula con mayor o menor acierto. En Build a Rocket Boys, su anterior trabajo, no anduvieron sobrados de inspiración o al menos no alcanzaron el nivel de sus discos de finales de los 00´s, y en este nuevo trabajo tampoco alcanzan la frescura de aquéllos pero sí recuperan una parte de las bonitas melodías que más éxitos les han reportado, aunque algunas de ellas nos puedan recordar a otras anteriores.

The Take Off and Landing of Everything es un disco muy largo; casi sesenta minutos que contienen apenas diez temas. This Blue World es la larga introducción del disco en la que predomina el carácter narrativo en la voz de Garvey. Con Charge aparece algo más de contundencia en las percusiones y gana en ritmo antes del juego de voces declamatorias que abren Fly Boy Blue/Lunette y su irregular estructura que a mitad de canción cambia de registro. New York Morning es su segundo single y uno de los temas más accesibles que incluye algunos de esos recursos recuperados con acierto de anteriores trabajos, especialmente los coros finales entre el piano y las percusiones. Le siguen Real Life (Angel), salvada por la épica ligera que aparece en su parte final y los ritmos programados de la fría Honey Sun. En Sad Captains retoman el pulso melódico y demuestran la huella de su Manchester de procedencia al igual que en el inconfundible crescendo rítmico del tema que da nombre al disco. Entre medio la insípida electrónica de Colour Fields y para cerrar el disco los sonidos cuasi-oníricos de The Blanket of Night.

Pocas novedades por tanto en esta nueva entrega de Elbow que reincide en antiguos sonidos y mantiene intacta una propuesta que los distinguió en sus inicios y que sigue dando frutos interesantes, aunque menos que en sus mejores días.

 

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