Shinova, «Cartas de Navegación»

A veces te llegan discos que no esperaban o que no estaban en la lista. Es el caso de Shinova y Cartas de Navegación, el quinto trabajo de la banda vizcaína que uno, la verdad, no tenía muy seguida. Este disco fue un regalo de cumpleaños que, la verdad, me sorprendió. Al principio lo miré con escepticismo, situaba a Shinova en ese grupo de bandas categorizadas como «indies» pero un peldaño por debajo de Love Of Lesbian y Vetusta Morla, toda vez que Lori Meyers están de capa caída y Sidonie transitan en ese ámbito. Ahí aparecen Izal, no me gustan, Supersubmarina, Viva Suecia, etc. Así que, sin apenas expectativas, me tropecé con Cartas de Navegación, un disco que me ha sorprendido para bien. Aunque no deja de lado los parámetros del «indie», sonido «afectado», épica guitarrera y algunas letras que, bueno, se podrían decir que forzadas, no es menos cierto que las canciones no fallan, que hay estribillos que entran muy bien y que, en su conjunto, sólo va decayendo al final. También destaca la voz de Gabriel de la Rosa, que le da un toque muy característico, aunque tengo que reconocer que su sonido me recordó a los primeros Supersubmarina, los más interesantes, aunque con más grandilocuencia.

«Guerra y Paz» recoge la épica y grandilocuencia del «indie», la combinación de guitarras y cuerdas y unas letras crípticas, con un buen estribillo. «El Álbum» no abandona la épica pero es menor, con un sonido más Pop, también un punto más costumbrista, recordando por momentos a los ya señalados Supersubmarina, aunque es una canción que gana con las escuchas. En «Cartas de Navegación» se afianzan en la línea anterior pero es una canción más adictiva, seguramente de las mejores del disco y con unas guitarras muy características de este tipo de sonido. En «Aurora» regresan a la épica y melancolía del comienzo, ese comienzo es muy bonito, y en «Expectativas y Espejismos» se afianzan en esa dirección aunque con un toque ochentero, siendo una de las mejores canciones del disco y que incluso podría aspirar a hit. En «Utopía» retornan al Pop y de nuevo la voz de de la Rosa es de los aspectos más destacados.

La segunda parte se resiente bastante más, las canciones son más irregulares. «En el Otro Extremo» comienzan con un órgano que recuerda a temas de La deriva (2014) de Vetusta Morla para acabar con una canción con algunas diferencias con el resto, como esos efectos aplicados a la voz. «La Buhardilla de la Musa» deja un tanto indiferente, no acaba de funcionar, mientras que «Mirlo Blanco» comienza floja, es un Pop muy intrascendente, pero en la segunda parte mejora mucho. Lo mismo le ocurre a «Solo Una Canción», un inicio «facilón», apuesta por la épica pero luego va creciendo con fuerza. El final es para «El Trayecto Natural», que acaba recogiendo todas las debilidades de la segunda parte, lo cual es una pena.

A pesar de la segunda mitad del disco, que ya hemos señalado que no alcanza el nivel de la primera, Cartas de Navegación va ganando con las escuchas, tiene unas cuantas canciones interesantes, algunas aspirantes a hits, y que seguramente habría tenido mejor suerte en el periodo 2010-2013. Nos quedamos con

 

 

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