Gorillaz, «Song Machine, Season One Strange Timez»

Gorillaz, la banda virtual de Damon Albarn y Jamie Hewlett, regresaron en el último tramo de 2020 con su séptimo disco de estudio, Song Machine, Season One Strange Timez, que sucedía a The Now Now (2018). Y lo hacían, de nuevo, con una nómina de colaboradores tan ecléctica como estimulante con Elton John, Robert Smith (The Cure), Beck, St. Vincent y Peter Hook a la cabeza, junto con una extensa nómina de artistas vinculados al Soul, el Hip Hop, entre otros estilos, que completan un disco de los más colaborativos de la banda. Con Remi Kabaka Jr. a la percusión, producción y programaciones, como el tercer miembro oficial del grupo, Gorillaz presentan un trabajo muy atractivo y accesible, con esas bases tan protagonistas de su sonido que se basan en el Hip Hop, el Trip Hop y la Electrónica que también dejan espacio para las guitarras eléctricas, el Afro Beat y la Bossa Nova, entre otras. El caso es que Gorillaz presentan un disco interesante, aunque por momentos irregular. Ciertamente, como decíamos, es muy accesible desde el punto de vista que no entra en sonidos muy duros desde el punto de vista electrónico, hay melodías reconocibles y las colaboraciones funcionan muy bien.

El comienzo es para todo un Robert Smith con «Strange Timez», en la que toman elementos del Post Punk pero lo llevan a la electrónica con un sonido machacón pero bien engrasado, siendo una de las mejores canciones del disco. En «The Valley of the Pagans» el turno es para Beck que se escora hacia un Soul más psicodélico y que le funciona también muy bien. En «The Lost Chord» con Leee John siguen con el tono elegante y sutil, una canción con muy buenos efectos y con el falsete de Leee John destacando. Luego, el tono desciende con la más previsible, mezcla de Funk y Hip Hop, que es «Pac-Man» con Schoolboy Q. «Chack Table Towers», con St. Vicent, también es previsible dentro de la línea de sonido del disco, pero va ganando con las escuchas. Y en «The Pink Phantom» aparece una cadencia más Pop con Elton John y el rapero 6lack, contrastes de sonidos que funciona.

La segunda parte comienza con la bailable y las influencias del Post Punk, el bajo corre a cargo de Peter Hook (Joy Division, New Order) y los fraseos de las guitarras remiten a ese sonido, que es «Aries» y que cuenta con la percusión de Georgia, aunque creo que se queda un tanto a medias la canción. Y también le pasa lo mismo a «Friday 13th» con Fabian, un Trip Hop que es también muy «marca de la casa». En «Dead Butterflies» siguen instalados en la zona de confort, esta vez con una canción más Hip Hop con Kano y Roxani Arias. Sin embargo, el final levanta el nivel con «Désolé» que cuenta con la participación de Fatoumata Diawara, la vinculación con el trabajo de Albarn con músicos de Malí, una canción que tiene tonos de la Bossa Nova, entre otros, y que es una de las más destacadas del disco. Y cierra el disco la también notable «Momentary Bliss», una canción ecléctica en la que conjugan al rapero Slowthai y al Punk Hardcore de Slaves, aquí más contenido, derivándose hacia un Ska acelerado a medida que avanza el tema.

Gorillaz siempre resultan interesantes, y este su séptimo disco, del que hay anunciada su segunda parte para 2021, nos parece atractivo, demostrando una vez más que Damon Albarn es uno de los más listos de la clase. Las colaboraciones, como casi siempre, funcionan muy bien en este proyecto colectivo. Y, ojo, tampoco hay que perderse el trabajo de Hewlett, atentos a los vídeos.

«Demon Days» o cómo Gorillaz no eran una broma o un capricho

Era el año 2001 y Damon Albarn sorprendía con un nuevo proyecto llamado Gorillaz, con el que ya estaba trabajando desde 1998. Gorillaz podrían parecer una broma o un divertimento, era un grupo virtual y de carácter multidisciplinar. Claramente enfocados al eclecticismo y a la mezcla del Hip Hop, los sonidos más de Club, el Rock y el Pop, y otros ritmos, estaba formado por Albarn y el artista Jamie Hewlett, un trabajo brutal desde el punto de vista del diseño, acompañados por otros músicos y por colaboradores que aportaban, en la mayor parte de los casos, parte de las voces. Como decíamos, su debut discográfico en 2001 con disco homónimo tuvo éxitos como «Clint Eastwood» o «Rock the House», colocándolos en el mapa, alcanzando ventas millonarias y logrando el reconocimiento de la crítica. Por entonces, Blur habían mostrado su evolución con Blur (1997) y 13 (1999), demostrando que los de Albarn eran más que el BritPop, mientras que Oasis comenzaban la autorrepetición. Pero Blur tendría la salida de la banda de Graham Coxon y Think Tank (2003) es uno de sus discos más incomprendidos, seguramente merece una relectura, pero también se veía la influencia de lo que el inquieto Albarn iba realizando por otros derroteros, allí producían Norman Cook y William Orbit. En 2002, Albarn también había encabezado el disco Mali Music, junto a músicos de ese país como Afel Bocoum y Toumani Diabaté, entre otros. En 2004, Blur se tomó un descanso y Albarn aprovechó para regresar con Gorillaz. Aquel proyecto había quedado en un segundo plano pero en 2005 llegaría Demon Days, que confirmó que aquello no era un divertimento sino que iba muy en serio. Para este trabajo, Albarn y Hewlett contarían con algunos músicos de la primera entrega, pero entraría Danger Mouse a la producción y a la composición de parte del disco, lo que explica la deriva hacia el Hip Hop. También habría colaboraciones como las De La Soul, Neneh Cherry, Ike Turner o el actor Dennis Hopper, entre otros. El resultado, un disco todavía más reconocido en crítica y ventas que su antecesor y que confirmó a Gorillaz. Lo recordamos en Los Restos del Concierto.

El inicio es la introducción con la atmosférica «Intro» que da paso a una «Last Living Souls» que cuenta con unas bases Hip Hop y de Trip Hop, aunque luego asciende hacia el Pop con el sonido de las cuerdas. Luego llega «Kids with Guns» que cuenta con las voces de Neneh Cherry, y en la que el sonido es del Hip Hop, cogiendo vuelo el tema a medida que avanza. En «O Green World» apuestan más por la electrónica, el sondo es más machacón, aunque también hay guitarras. Y «Dirty Harry» es una canción con un punto Funk muy atractivo que la coloca entre las mejores del disco, contando con la colaboración del rapero Bootie Brown de The Pharcyde.

A continuación llega «Feel Good Inc.», todo un hit con De La Soul, una canción atemporal que se te clava, un Hip Hop con mezcla de Rock y Funk. «El Mañana» se parece a la propuesta del Think Tank de Blur, Albarn protagoniza la canción con un tono apagado y con unas bases muy ambientales y atmosféricas, siendo una de las canciones más destacadas del disco. Explícita es «Every Planet We Reach Is Dead», una canción con un sonido más Pop, más contenido si se quiere, con la presencia del piano de Ike Turner. En «November Has Come» retornan al Hip Hop, de nuevo con las bases como protagonistas, aquí con la colaboración de MF Doom. «All Alone» es otra de esas canciones en las que tiran de eclecticismo y mezcla, con la presencia de Roots Manuva y de Martina Topley-Bird, hay Hip Hop pero más cosas.

El tercio final del disco es para la más machacona, tiene un punto de divertimento, «White Light», que luego se deriva hacia lo ambiental. En «Dare» alcanzan otra de las cumbres del disco, una canción que tiene Trip Hop, Disco, Funk, etc., con la presencia de Shaun Ryder de los Happy Mondays. «Fire Coming Out the Monkey’s Head» es otro ejemplo, igual menos logrado, de las mezclas que se dan en el disco, incluso en algún momento tira de lo barroco y melancólico. Sorprende «Don’t Get Lost in Heaven» que es una delicia Pop, muy minimalista y que bebe de The Beach Boys más de Brian Wilson, destacando esos coros que se enlazan, junto con las cuerdas, con la muy sobresaliente «Demon Days», electrónica sí pero también con un gran peso de lo orgánico.

Como decíamos, con este atmosférico y coherente disco, Gorillaz demostraron que eran muy serios. Desde entonces, y a pesar de que Albarn se ha diversificado con la vuelta de Blur, con The Good, the Bad and the Queen, carrera en solitario y trabajos en África, Gorillaz han publicado cinco discos más, el último el reciente Song Machine, Season One: Strange Timez. Además, de los discos de Gorillaz, tres son desde 2017. Colaborando con el proyecto han pasado Snoop Dogg, Bobby Womack, Mark E. Smith, Lou Reed, Gruff Rhys, Mick Jones, Paul Sinomon, Vince Staples, Grace Jones, Mavis Staples, Robert Smith, Beck, St. Vincent, Elton John, Peter Hook, Slaves, entre otros muchos. En fin, que no paran Gorillaz, habrá tiempo de su nuevo disco, mientras tanto, Demon Days, ¿su mejor disco?