La elegancia y clase de Sade: «The Ultimate Collection»

Turno para Sade en Los Restos del Concierto, la banda británica que durante los ochenta, y comienzos de los noventa, mostraron un sonido sofisticado y elegante que contenía elementos del Jazz, el Soul y ese Pop tan bien definido y construido. Liderados por una presencia tan potente y talentosa como Sade Adu, su espectacular voz y su fortaleza escénica llevaron a Sade a estar en lo más alto de las listas y de la crítica. Seguramente, Sade transmitían una cierta distancia porque aparecían como una música muy para adultos en aquellos años, pero Sade tenían algo que hacía que te quedases maravillado por sus canciones. Hay que comenzar diciendo que Sade no era Sade Adu sino que es una banda, con todas las letras, en la que sus integrantes siguen juntos desde 1982, cuando comenzaron su andadura y son los compositores de las canciones con Adu. Otra cosa es que hayan optado por un segundo plano con una Sade Adu que no solo da nombre a la banda sino que es la que aparece en las portadas de los discos. De esta forma, es normal esa confusión. Con Paul S. Denman al bajo, Andrew Hale a los teclados y Stuart Matthewman a la guitarra y al saxofón, el cuarteto ha publicado en estos casi cuarenta años únicamente seis discos pero vaya seis discos, especialmente los cuatro primeros. Sade hacían un sonido atemporal que bebía del Smooth Jazz, del Pop sofisticado y del Soul más intenso, gracias también a la sugerente y candente voz de una carismática Adu. Comenzaron con Diamond Life (1984) que triunfó mundialmente y superó los diez millones de discos vendidos. Luego llegó el turno para Promise (1985), ventas millonarias pero menores aunque número 1 en muchos países, incluidos Estados Unidos y Reino Unido. Y Stronger Than Pride (1988) mantuvo el nivel alto. El cambio de década podría haberles sacado del foco pero, al contrario, aunque Love Deluxe no llegaría hasta 1992, supieron coger nuevos sonidos como los que venían del Trip Hop y crear seguramente uno de sus dos mejores discos. Tras un recopilatorio de 1994, Sade no regresarían hasta 2000 con Lovers Rock. Otra gran obra que recogía sonidos más modernos y que se grabó en parte en San Pedro de Alcántara (Málaga), a continuación llegaría el muy recomendable disco en directo Lovers Live (2002). Y, como Sade se lo tomaban con calma, su última referencia hasta la fecha sería Soldier of Love (2010), con el que también regresarían a San Pedro de Alcántara. Un buen disco, aunque no a la altura de sus antecesores, con ventas millonarias para la época, y que demostraba la base de seguidores de Sade.

Toca recordar a Sade a través de un disco doble publicado en 2011, The Ultimate Collection. En total, veintinueve canciones que recogen las principales de su trayectoria, canciones imbatibles, y que cuenta con tres novedades y dos remixes. Una recopilación generosa que sigue un orden cronológico y que no escatima en medios. Todos los discos están bien representados aunque se descompensa hacia las seis de Love Deluxe y las cinco de Lovers Rock. Promise aporta cuatro canciones y el resto de los discos tres cada uno. Vamos por el camino de los grandes éxitos de Sade.

El primer CD comienza a lo grande con la clase y elegancia, ese saxofón, de «Your Love Is King», y la voz de Sade increíble. Luego otro mega hit, «Smooth Operator», ese toque de Jazz y la creación de un ambiente en una de las grandes canciones de la banda. «Hang on to Your Love» apuesta por el toque Pop, es un tema más animado, canta de locura, y siguen en el sobresaliente. Y qué decir de «The Sweetest Tattoo»…nada, otra obra de arte atemporal. En «It’s a Crime» se van por encima de los seis minutos para una canción muy de Big Band, corte clasicista que les queda como un guante. Y, cambiando de registro, «Never as Good as the First Time», de vuelta al Pop con una mayor sofisticación si cabe. En «Jezebel» tiran de intensidad para una canción más minimalista sustentada en la voz, el saxofón y el piano. La elegancia sigue en todo lo alto con «»Love Is Stronger than Pride» que retorna al sonido más jazzístico. «Paradise» es uno de nuestros favoritos, brutal con esa percusión y el bajo que se mantienen arriba en «Nothing Can Come Between Us». Otro clásico indiscutible, los más de siete minutos de «No Ordinary Love», nada de acomodarse, nada de jugar a lo seguro, aquí van incorporando elementos más electrónicos. «Kiss of Life»…impresionante, otra maravilla que queda para la historia de la música, más melódica y melancólica. «Feel No Pain» se basa también en la sección rítmica creando un sonido más sincopado, siendo el resultado una canción más ecléctica. Las apuestas de futuro aparecen claras en la más electrónica «Bullet Proof Soul», precioso tema que vuelve a contar con una voz de Sade que no baja el nivel nunca.

La segunda parte comienza con la incontestable «Cherish the Day», más de seis minutos para un medio tiempo ascendente que está entre nuestras favoritas. «Pearls» es una balada intensa y minimalista aunque incorporan cuerdas, algo no muy habitual. Dan un paso más allá con «By Your Side» que cuenta incluso con un Hammond de fondo, aunque se nota que van abriendo más horizontes. «Immigrant» incide en las bases electrónicas como «Flow», esta última más escorada hacia los sonidos Dub. «King of Sorrow» es una canción más ortodoxa de Sade y «The Sweetest Gift» es una balada de nuevo más desnuda. Del Soldier of Love de 2010 es la homónima, un acercamiento claro a tonos más modernos y electrónicos pero manteniendo la esencia. «The Moon and the Sky» es más Soul, intensidad y menos riesgos aunque también hay bases. De las mejores de la última década es «Babyfather» que incide en el toque atmosférico. «Still in Love With You» es una versión de Thin Lizzy que Sade llevan a su terrenon con elegancia, clasicismo y un tono melódico, cuerdas incluidas. «Love Is Found» es una canción nueva, baja algunos puntos, que destaca por sus sonidos orientales y por un cierto eclecticismo de nuevo. También es una novedad la intensa «I Would Never Have Guessed» que es una canción de nuevo intensa con el piano haciendo de contrapunto a la voz de Adu. Para el final, dos remixes. El primero del «The Moon and the Sky» en el que cuentan como artista invitado con Jay-Z. Y, el segundo y cierre, el de «By Your Side» a cargo de The Neptunes, o lo que es lo mismo Pharrell Williams y Chad Hugo, mucho más logrado que el anterior.

No sabemos, puede que vuelvan a grabar algún día…por el espacio de tiempo que tardan…Ya en 2018 dijeron que estaban en ello y ese mismo año pusieron una canción para una BSO. Ahora, se han reeditado los seis discos remasterizados, en una imponente caja, aunque lamentablemente únicamente en vinilo. Sade son muy grandes, muchísimo, una banda con una personalidad propia, con una icónica Sade Adu, con decenas de canciones impresionantes, y que han influido a artistas de todos los estilos. Mientras Adu permanece retirada en su casa de la campiña inglesa, deseamos que un día nos sorprendan con un nuevo disco…esperemos.

«Víctima de mi hechizo – Memorias de Nina Simone-«, de Eunice K. Waymon

Era mediados de los ochenta y éramos unos adolescentes que estábamos descubriendo la música desde los canales que entonces existían, especialmente la radio y la televisión, con aquellos programas musicales que iban desde Tocata a Rockopop pasando por A Tope. No recuerdo dónde fue, la verdad, pero hubo un vídeo que tuvo mucho éxito en el año 1987. Realizado con figuras de plastilina, «My Baby Just Cares For Me» de Nina Simone alcanzó bastante visibilidad, una canción que Simone había grabado décadas antes, concretamente en 1958, y que regresaba a la actualidad. Entonces, claro, no teníamos ni idea de quién era Nina Simone ni de su significado para la historia de la música, especialmente en el Soul, el Jazz, etc., porque aunque «My Baby Just Cares For Me» tenía un claro tempo jazzístico, su carrera sería mucho más diversa y amplia. Luego tampoco supimos mucho más de Nina Simone, y tampoco recuerdo mucho de su fallecimiento en 2003, aunque el tratamiento del mismo le situó en un lugar preeminente por su trascendencia e influencia. Acaba de llegar a nuestras librerías, y de la mano de una nueva editorial como es Libros del Kultrum, Víctima de mi hechizo – Memorias de Nina Simone – , firmada por la propia Simone con su nombre, Eunice K. Waymon, y con la colaboración de Stephen Cleary. Publicado originalmente en 1992, cuando la figura de Simone regresaba con fuerza, nos muestra la interesante vida de Simone contada en primera persona, una vida marcada por diferentes etapas y situaciones, contada en primera persona con una prosa directa pero elegante y con clase, como era la música que hacía e interpretaba Simone.

La primera parte de sus memorias, para mí la más destacada, hace referencia a su infancia y adolescencia en el Sur de Estados Unidos, concretamente en Carolina del Norte, en una familia numerosa muy religiosa, las figuras de sus padres son poderorísimas, marcada por el impacto de las consecuencias de la Gran Depresión y, obviamente, por la segregación racial. Pero Eunice Waymon pronto va a encontrar su camino en la música y se preparará a conciencia en la meta de ser la primera concertista de piano negra, en un recorrido durísimo con toda la presión tanto familiar como de su comunidad sobre Eunice. Es una primera etapa fascinante en la que nos muestra a una Eunice que todavía está muy lejos de ser Nina Simone.

La segunda parte se centra en su traslado a Nueva York y a Filadelfia, en cómo su objetivo alcanza otras sendas, comienza a tocar en clubes, y logra el éxito convertida en una intérprete prodigiosa. Es el despertar de Nina Simone y es su involucración activa en la lucha por los Derechos Civiles, que ocupa buena parte de la parte central de sus memorias. Es también el momento de tomar decisiones, no tiene mucha suerte con sus relaciones de pareja tampoco, y las presiones del éxito, la fama y la exposición pública le van a pasar factura. También en todo el proceso aparece la relación con sus padres, la decepción con su padre y el peso de una madre vinculada a la religión, deudora Simone de una ética que será clave para su triunfo, aunque también con sus limitaciones.

Finalmente, en la tercera parte nos encontramos el periplo que Simone realiza tras dejar Estados Unidos, cansada de la situación de los Derechos Civiles, de un matrimonio fracasado, de ciertos problemas legales con el fisco, etc., que le llevará a Barbados, Liberia, Suiza y Francia. Sigue siendo una estrella y un icono, incluido sobre el empoderamiento de la mujer, aunque también Simone sigue buscando la estabilidad y la seguridad. Al final, el reconocimiento, que nunca se había ido, retorna.

Fantásticas y muy recomendables las memorias de Nina Simone, muy bien contextualizadas en las diferentes etapas que vivió esta imprescindible artista, que personifica la clase y la elegancia.