Carolina Durante, «Por Carolina Durante»

Que me guste un grupo como Carolina Durante, alejado generacionalmente una barbaridad de mi edad (podrían ser mis hijos), me lleva a varias reflexiones. No sé si es que hay una línea de continuidad entre determinadas angustias juveniles que no se acaban nunca o si forma parte de esa posmodernidad y de ese mundo líquido procrastinador, por no hablar de un «peterpanismo» en el que es seguro que no me reconozco. En fin, que lo que importa es la música, y el debut de Carolina Durante, Por Carolina Durante, es un disco que funciona. Los madrileños han recibido generalmente parabienes aunque también se atisban ya algunas críticas, algunas vinculadas a sus directos. Carolina Durante se pusieron en el mapa con esa lectura sociológica que era «Cayetano» (totalmente de acuerdo con Javier Sádaba), y luego siguieron singles como «El himno titular», «Perdona (Ahora sí que sí)» en la que participaba Amaia, etc. Carolina Durante cogían la bandera de un Punk Rock, por momentos desenfadado, que se vinculaba a «la Movida» y a formaciones como Los Nikis. Pero, de fondo, había un relato generacional, guste o no guste, un retrato de parte de los y las jóvenes españoles de clases medias urbanas (y seguro que aquí les dan caña). Además, el single «Cayetano» y el tono de voz de Diego Ibáñez les hizo ser etiquetados como «Pop pijo», en la línea de Taburete, pero tampoco creo que vaya por ahí. En definitiva, cuando Carolina Durante anunciaron su disco de debut también tomaron la decisión de no publicar en el disco ninguno de sus singles anteriores. Una medida arriesgada y valiente, además de contar con adelantos como «Joder, no sé» y «Las canciones de Juanita». Por Carolina Durante no se sale de las vías marcadas, canciones urgentes y rápidas, guitarras Punk a cargo de Mario del Valle, ribetes Pop y letras que van de la cuestión generacional ya señalada a otros ámbitos más vinculados a la cuestión sentimental. Canciones con estribillos coreables que se quedan grabados y adictivas.

Ya comienzan fuerte con la señalada «Las canciones de Juanita», tema en el que tiran de épica y de angustia generacional, aunque la mirada nostálgica es relativa aunque todos la hemos tenido a esa edad también. Es una de las letras más conseguidas del disco y ese comienzo con «La banda sonora de nuestras vidas» no puede dejar indiferente. En «Cementerio» meten unas guitarras más Punk y la letra es más superficial pero también interesante. En «El año» toma protagonismo el bajo de Martín Vallhonrat y tiene un punto mucho más melódico con una letra que tampoco te deja de lado. «Buenos consejos, peores personas» coge el hilo anterior pero luego acelera, con un estribillo brutal. Y «KLK» es una canción de desamor muy Punk en la que Ibáñez canta con mucha fuerza y rabia.

La segunda parte se inicia con una «Joder, no sé» que es una de las mejores canciones de los madrileños. Himno generacional que transmite un nihilismo que se ha instalado en parte de la juventud española, y que tiene varias lecturas. En «Nuevas formas de hacer el ridículo» toman sonidos más ochenteros, ese bajo Post Punk y una batería de Juan Pedrayes que nos remite a «la Movida», y con una letra que ha sido interpretada como una pulla a Mikel Izal, aunque luego se han dado otras explicaciones, aunque parece que va más hacia una crítica a las Redes Sociales. En «Falta sentimiento» casi se van a los cuatro minutos, es una canción más dura que se sale del tono del disco, más oscura, y con Ibáñez desgañitándose. Con respecto a «Cuando niño», adoptan un tono de Pop naif que hasta entonces no había estado presente a lo largo de las canciones anteriores, aunque tampoco parece que quieran jugar a ser irónicos. El cierre es una apuesta por la épica, «El perro de tu señorío», es la canción más larga del disco y en la letra vuelven a tomar partido por el presentismo y una cierta angustia generacional.

Sé que es posible que a Carolina Durante los tachen de superficiales, que representan a una parte delimitada de la juventud española, etc., pero han hecho un disco a tener en consideración. El año pasado también nos encantó el debut de los valencianos La Plata, más oscuros, y Carolina Durante podrían encuadrarse en esta línea pero dando un salto. No sabemos dónde llegarán Carolina Durante pero, de momento, con Por Carolina Durante nos han ganado.

La Plata, «Desorden»

En ocasiones aparece un disco del que los medios especializados comienzan a dar señales, las reseñas son muy positivas y alcanzan elevadas posiciones por parte de la crítica. Es lo que le ha sucedido a una jovencísima banda valenciana llamada La Plata y con su primer largo, Desorden, tras un EP publicado el año pasado. Y, en este caso, las valoraciones están justificadas con un sonido muy particular e interesante basado en sonidos del Post Punk, de la New Wave y un tratado ochentero donde destacan las guitarras aceleradas, los sintetizadores y el modo de cantar de su cantante, Diego Escriche, que transmite un cierto sentimiento angustioso pero con rabia, apoyado en unos coros que funcionan muy bien. Sin duda alguna, este Desorden es una de las sorpresas positivas de la temporada, breve porque no llega a los treinta minutos y al que, por ponerle algún pero, se le puede acusar de reiterativo, pero no importa porque es un disco que nunca te cansa.

«Fracaso» es el punto de comienzo, un tema que marca las coordenadas de buena parte del conjunto del disco, un tema de Pop acelerado con teclados omnipresentes combinados con las no menos protagonistas guitarras que nos remiten a la década de los ochenta. En «Incendio» se muestran continuistas, Escriche casi frasea por momentos y al final aceleran más todavía. Por su parte, en «Miedo» hay una mayor presencia de la melodía, es uno de sus mejores temas y destacan las guitarras del comienzo. Y luego llega la canción más diferente de todo el disco, la épica e intensa «Me voy», muy emocionante y con una letra muy conseguida, tema de desamor y captura de la angustia pertinente. «Tu cama» está emparentada con los sonidos de Belako, con el bajo más destacado y los sintetizadores a todo trapo.

La segunda parte comienza con «La luz» donde el teclado es más monolítico para pasar a una aceleración mayor con «Espejismo», donde el primer plano es para una batería incesante. Y con «Un atasco» recuperan ese tema de su EP, dándole un sonido más melódico y siendo una joya Pop que merece mayor recorrido, creciendo la canción en su tramo final con los versos de cierre. En «Esta ciudad», aunque la letra no es muy optimista, se abonan a los sonidos más Pop de nuevo, en los que también funcionan. Y cierran con «Me miras desde lejos», uno de los temas más acelerados del disco, el sintetizador en modo protagonista junto con esas guitarras que no paran.

Nos hemos apuntado La Plata para el futuro mientras seguimos disfrutando de este Desorden, sintetizadores y guitarras para recuperar sonidos que nos remiten a un pasado actualizado y que en directo tiene que ser un cañón.