«Let It Bleed» o los años en los que a The Rolling Stones les salía todo

Siguen las conmemoraciones de discos y le toca a The Rolling Stones con uno de sus discos más relevantes, un Let it Bleed (1969) que se enmarca en una racha tremenda de Jagger, Richards y compañía. Son años en los que los Stones van profundizando en otros sonidos como el Blues y el Country, años en los que la banda británica también sufriría algunos cambios importantes. Let it Bleed era el octavo disco de los Rolling Stones tras haber publicado un año antes el también destacado Beggars Banquet, y al que seguiría Sticky Fingers (1971) y Exile on Main St. (1972). Cuatro discos fantásticos que irían confirmando su sonido y una inspiración que ya iba a ser difícil de alcanzar, a partir de entonces lo harían en Some Girls (1978) y Tatto You (1981). Let it Bleed es el último disco en el que participaría Brian Jones, que ya estaba de salida y que falleció unos meses antes de la publicación del mismo, aunque su presencia es casi testimonial. También aparece su sustituto, un Mick Taylor que aportará su guitarra en un par de canciones. Jagger, Richards, Wyman y Watts contarían con el concurso en el disco del habitual Ian Stewart, de Bobby Keys, Al Kooper, Ry Cooder, Leon Russell, entre otros. Es un disco que vira hacia el Blues pero en el que también hay espacio para el Country Rock, son años en los que los Stones recogen esas influencias, o las intensifican, con sus giras por Estados Unidos. Y es un disco que dará varios clásicos y una colección de canciones que han quedado en segunda fila pero que son también muy relevantes.

El comienzo del disco no puede ser más impactante, «Gimme Shelter», seguramente una de las mejores canciones de los Stones, mi favorita. Una canción brutal, con un comienzo que pone los pelos de punta. Una canción que transmite misterio y peligro, que tiene una personalidad tan fuerte, sustentada en la interpretación de Jagger y en el diálogo que establece con Merry Clayton a los coros, una Clayton que lo dio todo en esa grabación. Una canción que siempre impacta. A partir de ahí entra el Blues, comenzando por la versión de Robert Johnson del «Love in Vain», un Blues sinuoso que los Stones abordan de forma magistral. En «Country Honk» se van hacia el Country, violín incluido, es más desnuda y tradicional de lo que lo suelen hacer en directo. «Live with Me» es más rockera, tiene un punto también lascivo y cuenta con la presencia de Bobby Keys al saxofón y el Leon Russell a los teclados, y en ella también empiezan a verse sonidos del Soul más corrosivo. La primera cara se cierra con otro clásico, «Let it Bleed», una canción en la que destaca la interpretación de Jagger, el piano de Ian Stewart y un Ry Cooder que aporta la slide guitar. Un sonido más norteamericano que procede del Blues.

Precisamente el Blues se impone en el comienzo de la segunda cara, «Midnight Rumber», que se va casi a los siete minutos con un Jagger desatado a la armónica. Y en «You Got the Silver» se mezclan el Blues y el Country, Richards se sale en las guitarras y es uno de los dos temas en los que participa Jones con el autoarpa. «Monkey Man» es otra de las canciones destacada, que incluso remite al comienzo del disco, y que de nuevo tiene ramalazos del Soul y que incluso se adelantan a otros sonidos. Es una de esas canciones que decíamos quedan en un segundo plano pero que siempre destacan. Y el cierre es para otro clásico, «You Can’t Always Get What You Want», escuchada y radiada millones de veces, melódica y épica, creciente, con ese coro del comienzo, y que tiene varios tempos, incluso con un punto Góspel. Indiscutible.

Como no nos tocó, a estos discos nos fuimos acercando con los años. Primero lo hicimos en recopilatorios de turno donde aparecían las canciones más conocidas, luego ya adquiriendo los mismos. Y allí descubres esas canciones que no entran en el «Greatest Hits» de turno. The Rolling Stones estaban en esos momentos en racha y parecían no tener límites.