La unión de Mavis Staples y Jeff Tweedy: «You Are Not Alone»

Mavis Staples es una de las grandes de la música norteamericana. Icono del Góspel y el Soul, Staples (1939) sigue en activo tras décadas de carrera, primero con The Staples Singers, conjunto familiar liderado por el gran Pops Staples, padre de Mavis, un sonido espiritual y gospeliano que se fue adaptando a los tiempos con el ya mencionado Soul, el Funk, etc. Además, también destacaron por su lucha por los Derechos Civiles, su compromiso con sus canciones durante décadas. Staples recuperó su carrera en solitario, como hemos comentado en otros artículos sobre discos de Staples, en Time Waits for No One (1989) que grabó en Paisley Park con Prince y su equipo, produciendo el propio Prince el disco y componiendo la mayor parte de las canciones. Sin embargo, y lamentablemente, no funcionó, aunque repitieron en 1993 con The Voice. Los siguientes pasos se fueron espaciando, un disco de homenaje a Mahalia Jackson que realizó en 1996 con Lucky Peterson, y un espiritual Have a Little Faith en 2004. Pero, el punto de inflexión llegó cuando en 2007 Ry Cooder produjo We’ll Never Turn Back, disco basado en canciones vinculadas a las reivindicaciones de los Derechos Civiles. Un trabajo político y social que recuperó a Staples para el gran público. Sin embargo, la cota más alta estaba por llegar cuando su paisano Jeff Tweedy le produjo y grabó en su estudio el disco de 2010 You Are Not Alone, contando con las colaboración de Pat Sansone, un trabajo maravilloso con la voz de Staples impresionante y con una selección de canciones impecable. Vamos a recordar este disco en su décimo aniversario, un disco que te cala en todas las células de tu cuerpo.

Comienzan con «Don’t Knock», una canción de Pops Staples que es un espiritual impecable y maravilloso. Luego llega la canción de Tweedy «You Are Not Alone» que da título al largo, una barbaridad emocionante, con una Staples susurrante y un sonido espiritual que mece un medio tiempo envolvente, los pelos de punta. Recuperan otro tema de Pops Staples con «Downward Road», Góspel con esos coros tan característicos. «In Christ There Is No East or West» es un tradicional espiritual que arregla Tweedy, llevándola al Soul con el sonido Rock también que imprime el líder de Wilco. «Creep Along Moses» es otra canción tradicional que supera la anterior, y era difícil, y que te transporta a una iglesia con esos coros de nuevo tan intensos y emocionantes. «Losing You» es de Randy Newman, canción en clave más Blues, más minimalista al apoyarse prácticamente en la guitarra eléctrica, aunque luego deriva hacia el Soul. «I Belong to the Band» es una gozada de canción, celebración intensa y con el contrapunto entre el Rock y el Góspel.

La segunda parte comienza con una fantástica «Last Train» de Allen Toussaint, canción muy setentera con un sonido Soul de gran fuerza y con el Hammond dando un toque diferencial. «Only the Lord Knows» es una composición del propio Tweedy que es más rockera, llevando Tweedy a Staples a su terreno. «Wrote a Song for Everyone» de John Fogerty tiene una instrumentación más potente con las guitarras destacadas. «We’re Gonna Make It» es una canción de Soul con un tono clásico que luego deriva al Góspel. El cierre es para la tradicional «Wonderful Savior» que adapta la propia Staples y que es una canción con las voces de Staples, Kelly Hogan y Nora O’Connor. Y cierra con la combinación de «Too Close / On My Way to Heaven», la primera un clásico con tono Blues que se une a la segunda, de Pops Staples, recuperando el tono más espiritual.

Tras este disco, Staples y Tweedy repitieron en One True Vine (2013), mientras que el siguiente paso lo daría con el notable Livin’ on a High Note (2016), aquí con producción de M. Ward y con una nómina de escritores y colaboradores de lujo, de Ben Harper a Justin Vernon. Pero Mavis Staples no ha parado, I All I Was Was Black (2017), de nuevo con Tweedy, y We Get By (2019), aquí con el propio Harper de productor. Siempre con su concienciación, con su sonido tan espiritual, Mavis Staples sigue demostrando que es muy grande.

Run the Jewels, «RTJ4»

Run the Jewels (RTJ) es el dúo compuesto por Jaime Meline, El-P (El Producto) , y Killer Mike, alias de Michale Santiago Render. Artistas, productores y activistas, protagonizan una carrera que abarca cuatro discos desde 2013 y que ha sido aclamada por la crítica desde su debut con Run the Jewels ese mismo año. Sus siguientes entregas, denominadas de forma sucesiva, continuaron con ese reconocimiento. Son discos en los que hay colaboraciones de artistas diversos que van desde Big Boi (Outkast) a Zach de la Rocha (Rage Against the Machine), pasando por Kamasi Washington, así como otros raperos y representantes del Hip Hop. Tras su disco de 2016, el tercero, han pasado cuatro años hasta la salida de RTJ4 en este convulso 2020. Y el disco de El-P y Killer Mike no ha sido ajeno a los acontecimientos, especialmente por todo lo vinculado a las movilizaciones y protestas por la brutalidad policial derivadas de hechos como la muerte de George Floyd. Este escenario motivó el adelanto de la publicación de un disco que se instaló como una banda sonora del momento. Con la colaboración de gente tan dispar como Josh Homme (Queens of the Stone Age), Mavis Staples, de la Rocha o Pharrell Williams, nos encontramos ante un disco poderoso, potente y estructurado en torno a ritmos y bases que no te dejan indiferente.

Cañero es el comienzo con «Yankee and the Brave», rapeando con fuerza y con unas bases muy rotundas. «Ooh La La» es una canción brutal, con Greg Nice y DJ Premier, con un tono más melódico y con un punto más pausado, seguramente la mejor canción del disco. En «Out of Sight» que cuenta con 2 Chainz, hacen un Hip Hop muy ortodoxo con un juego de voces fantástico. Siguen en esa línea con «Holy Calamafuck», que enlaza con la anterior, y que recuerda al comienzo con un sonido más endurecido. «Goonies vs. ET» no ceja el ritmo con una base muy enérgica. En «Walking in the Snow», la voz femenina corre a cargo de Gansta Boo, para un tema con bases menos duras que las anteriores.

Las segunda parte del disco comienza con una «Just» en la que colaboran Pharrell Williams y Zach de la Rocha, canción que puede escorarse hacia el Trap con esas bases más duras y urbanas, si cabe. «Never Look Back» es, posiblemente, la canción menos inspirada del disco dentro de un gran nivel del mismo. Pero llega «The Ground Bellow» que es impactante. Y lo mismo se puede decir de la más compleja si cabe «Pulling the Pin», donde colaboran al unísono Josh Homme y Mavis Staples. El cierre es para la extensa «A Few Words for the Firing Squad (Radiation)», una canción de casi siete minutos que es más ecléctica y experimental, hay incluso deriva jazzísticas con ese saxofón que sirve para contrapunto en un tema más expansivo.

Fantástico este RTJ4, un disco que muestra la fuerza y la excelencia de la escena del Hip Hop más comprometida. Canciones para tiempos convulsos, que decíamos, y que sirven para levantarse.

Mavis Staples, ‘If All I Was Was Black’

Mavis Staples y Jeff Tweedy vuelven a juntarse en lo que es su tercer trabajo conjunto. Si Staples regresó al primer plano con el fantástico You Are Not Alone (2010), una maravilla al servicio y talento de Staples, el segundo no le fue a la zaga, One True Vine (2013), aunque no debemos olvidar el We’ll Never Turn Back (2007), producido por Ry Cooder. En 2016, Staples cambió a Tweedy por M. Ward en Livin’ on a High Note , para el que aportaron composiciones Benjamin Booker, Ben Harper, Valerie June, Justin Vernon, Neko Case, Nick Cave, el propio Ward, entre otros, un disco más heterogéneo que los producido por Tweedy. Cuando se conocieron las noticias de una tercera entrega entre ellos y que además iba a tener mayores connotaciones políticas, no en vano el contexto lo demandaba con la elección de Trump como presidente de Estados Unidos, las expectativas crecieron. Y más con una figura como Mavis Staples, una histórica en el mundo de la música en la defensa de los Derechos Civiles desde finales de la década de los cincuenta con The Staple Singers. Sin embargo, las primeras críticas no fueron tan positivas como en las entregas anteriores, y uno trató de sustraerse de las mismas, pero ciertamente este If All I Was Was Black se queda un poco a medias, parece que quiere arrancar en varios momentos pero en otros se diluye. Con todos los temas compuestos por Tweedy, junto con Staples en tres ocasiones, y con una buena producción y una Mavis Staples demostrando que su voz sigue siendo única, parece que les ha faltado impulso.

Y eso que el disco comienza muy bien con una contenida pero mordiente ‘Little Bit’, donde ya aparecen esos coros que van a ser seña de identidad de todo el disco, y ‘If All I Was Was Black’ también es un gran tema, con un punto más Soul, más amable si se quiere. La línea del disco se mantiene con una más enérgica ‘Who Told You What’, con las guitarras y Hammond en primera línea. En ‘Ain’t No Doubt About It’ se une Tweedy a las voces, aunque el tempo del disco desciende y es una canción que entra a las primeras escuchas y en el que el estribillo va hacia el Góspel. Pero a partir de aquí el disco va perdiendo energía, comenzando por ‘Paceful Dream’, tema con menor instrumentación, más minimalista, pero en el que se mantiene claramente el espíritu Góspel.

La segunda parte del disco comienza con una más combativa ‘No Time For Crying’ que tiene reminiscencias sesenteras con una buena sección rítmica y unos coros destacados. ‘Build a Bridge’ funciona en menor medida aunque va ganando con las escuchas, con ese coro en falsete, y en ‘We Go High’ sobresalen de nuevo los coros para un tema más pausado. Las dos canciones que cierran el disco son ‘Try Harder’, en el que parece que quieren ganar en intensidad pero lo acaban de lograr en nuestra opinión, y ‘All Over Again’, un tema más acústico, con la guitarra y la voz de Staples.

No es que nos encontremos ante un mal disco, al contrario, pero no alcanza la cota de las entregas anteriores de la sociedad Staples-Tweedy. Está muy bien trabajos como el que nos ocupa, combativos y reivindicativos, pero hay como una cierta contención. De todas formas, bienvenidos de nuevo.