Miley Cyrus, «Plastic Hearts»

Que Miley Cyrus apareciese en 2020 para lanzar un disco Rock puede sorprender… o no tanto. Cyrus es una de esas figuras de la música Pop que, generacionalmente, a muchos nos puede quedar lejos. Miley pasó de la artista juvenil de Hannah Montana a cimentar una carrera en la que fue pasando por la liberación de ciertos clichés, la provocación, etc. El éxito le acompañó y Cyrus iba quemando etapas a la velocidad del rayo pasando a competir en la liga de las Taylor Swift o Katy Perry, aunque en Cyrus todo parecía más excesivo. El caso es que llegó el momento en el que Cyrus buscó otra legitimidad, la del Rock. Endureció su sonido y su voz, ese tono ronco, y sorprendió en octubre de 2020 con una versión en vivo de «Zombie» de The Cranberries. Una poderosa Cyrus se llevaba de calle la mítica canción de Dolores O’Riordan y compañía pero no era la primera vez, también se había acercado a temas de Blondie, Nine Inch Nails, Pink Floyd o, para el recuerdo, el «Say Hello 2 Heaven» de Temple of the Dog en el homenaje a Chris Cornell y que realizó con la propia banda. Con una imagen muy Rock, Cyrus llegó a su disco de 2020, Plastic Hearts, con ganas de convencer a propios y extraños. Y lo ha conseguido en parte. Por un lado, demuestra una gran visión de la jugada al acercarse a sonidos muy identificables a los que ella le otorga su sello. Por otra parte, también aparecen invitados e invitadas para dotarle de legitimidad como Billy Idol, Joan Jett o los baterías Chad Smith (Red Hot Chili Peppers) y Taylor Hawkins (Foo Fighters), junto a la presencia de nuevo de Mark Ronson, y también están Dua Lipa y Angel Olsen, entre otros muchos. Sin embargo, el disco también tiene sus canciones menos trascendentes o más superficiales, momentos en los que parece regresar a una senda menos arriesgada. Cyrus firma todas las canciones, en ellas hay más compositores, apareciendo nombres con largo currículum en la industria en la producción de hits, así como también es larga la lista de productores.

Comienza con «WTF Do I Know» que es una canción que está entre lo mejor del disco, sonido Pop Rock en el que la producción tira por algunos elementos electrónicos que la rebajan un poco, pero también tiene unas guitarras muy canónicas. «Plastic Hearts» es una canción muy ochentera, ya se observa también un camino muy claro, y tiene un punto muy adictivo. «Angels Like You» es más pausada, va creciendo y tomando un tono más épico, siendo un ejercicio de estilo en el que Cyrus también muestra sus registros vocales. Con Dua Lipa presenta con «Prisoner» con el que retorna al sonido Disco y a los ochenta, aquí Madonna tendría mucho que decir, y es una canción que entra muy bien. En «Gimme What I Want» tira de más electrónica pero aquí fuerza la voz que es lo mejor de la canción. En «Night Crawling» colabora Billy Idol que es desbordado por una lanzadísima Cyrus en una interpretación de altura para un tema más endurecido.

La segunda parte comienza con la cima del disco, «Midnight Sky», una canción deudora de Stevie Nicks, a la que suponemos habrá hecho un buen regalo, porque incluso el juego de las voces y la forma de interpretarla nos recuerda a esa gran artista y a sus trabajos en solitarios (no por casualidad hay un remix «Edge of Midnight» en la edición digital que es una mezcla con «Edge of Seventeen»…). «High» le queda más floja, la producción es excesiva y parece querer jugar a una épica a la que incorpora un toque acústico. El Pop se cuela de nuevo en «Hate Me», que levanta el tema anterior pero que adolece de un cierto exceso. Y sorprende, por la evolución, «Bad Karma», en la que colabora Joan Jett, y también está Angel Olsen, que parece que va a comenzar de forma un tanto electrónica pero que deriva a un Rock más orgánica, y que funciona. El cierre es para dos canciones más intrascendentes. Primero, «Never Be Me» que es un medio tiempo intenso Pop y luego «Golden G String», canción más ambiental y atmosférica que no acaba de levantar, ambas contrastando con el tono del disco.

Miley Cyrus ha sorprendido con este Plastic Hearts y, seguramente, haya hecho su mejor disco hasta la fecha. Ciertamente, hay algunos momentos en los que entra en sendas menos conseguidas, pero hay varios aciertos, sin duda alguna también su forma de cantar. Deudora de las citadas Nicks, Madonna y también de Debbie Harry, veremos la evolución de Cyrus.

El Pop-Rock pegadizo de INXS

En ocasiones, no hay nada peor que quedarse en un punto extraño en el que parece que tocas la cima y, en realidad, no. Es un poco la sensación que tengo siempre con una banda como INXS. Sí, sí, tuvieron un gran éxito, hicieron hits tremendos y vendieron millones. Pero, sin embargo, no creo que nadie los reconozca tanto como a otras formaciones de la época y puede que hayan caído en el saco encasillador, en el peor sentido de la palabra, de los ochenta. Los australianos tenían un frontman muy potente, Michael Hutchence, que además contó con un fallecimiento temprano, pero no era un Bono o un Dave Gahan. Sus canciones eran pegadizas y, durante la segunda mitad de los ochenta encadenaron tres discos que tuvieron repercusión, comenzando por Listen Like Thieves (1985), punto de inflexión, con Kick (1987) facturando más de veinte millones de discos vendidos en todo el mundo. Sin llegar a esas cifras astronómicas, se quedó en la mitad, que está muy bien, el de 1990. Luego, como a tantas bandas, los noventa les cambiaron el paso y su capital simbólico no era tan elevado como para aguantar tan bien el temporal del Grunge y lo «alternativo» como otros grandes nombres. Luego, en 1997, llegó el trágico fallecimiento de Hutchence, diagnosticado como suicidio fruto de la depresión, junto con la dependencia de diversas adicciones. Sin embargo, INXS tienen varios valores a reivindicar, además de sus enormes discos y canciones. El primero, su evolución y trabajo en busca de un sonido propio, que lograron en esa segunda mitad de los ochenta con esas guitarras Funk. Segundo, llevaban juntos desde 1977, casi nada, con la formación integrada por los hermanos Farriss (Tim como guitarrista, Andrew a los teclados y Jon a la batería), Kirk Pengilly como guitarrista y saxofonista, Garry Gary Beers al bajo, junto con el ya mencionado Hutchence. De hecho, tras el fallecimiento de este último, la banda continúo con diversos vocalistas hasta 2012 pero sin repercusión, aunque no es menos cierto que venían de una trayectoria descendente. Volviendo a sus inicios, para 1985, año de su quinto disco, el ya mencionado Listen Like Thieves, el grupo australiano ya llevaba una trayectoria buscando un rumbo que se iría plasmando en ese disco. Hasta entonces, como comentábamos, ir tocando los palos del momento y logrando reconocimiento en Australia y ser conocidos en el mercado norteamericano. La recopilación que nos ocupa fue publicada en 2011 bajo el título de The Very Best. Son unas cuantas las que han salido de la banda, esta es bastante completa con veinte canciones que se centran en sus hits y sus grandes discos de la segunda mitad de los ochenta y comienzos de los noventa. Sin orden cronológico, hay cinco temas de Kick, cuatro de y de Welcome to Wherever You Are (1992) y tres de Listen Like Thieves. Es decir, dieciséis canciones de los cuatro discos que van de 1985 a 1992. El resto, dos de sus discos hasta 1985 y otras dos de los discos publicados de 1993 a 1997.

Para comenzar, «Need You Tonight», una de sus canciones más conocidas, esa guitarra de toques Funk será seña de identidad así como la fuerza de Hutchence, es un tema atractivo y sensual que también juega con los sintetizadores pero sin la oscuridad de propuestas como las de Depeche Mode. «Mystify» es del mismo disco, el Kick, pero ya juega en otra liga, ya que es un Pop Rock más clásico con un piano destacado y que también es otro de sus hits. «Suicide Blonde» puede que sea el más destacado de estos últimos, una canción impresionante que cuenta con varios elementos importantes como la sección rítmica desbocada, la guitarra de nuevo con ese punto Funk y la armónica como contrapunto. «Taste It» es de 1992 y se centran en un sonido más electrónico e incluso también con un tono bailable que contrasta con las guitarras poderosas en una de las canciones más potentes del recopilatorio. «Original Sin» es de su disco de 1984 The Swing, una canción muy buena con una clara influencia de la New Wave y también de los Talking Heads.

«Heaven Sent», que retorna a 1992, es una canción guitarrera, más rockera y con una producción muy potente, otro hit tremendo. Lo mismo que «Disappear» que tiene un punto de Rock americano y que es muy efectista con una producción marcadísima, especialmente en el tema de los teclados. «Never Tear Us Apart» comienza con un tono de Pop orquestal pero deriva hacia un Rock stoniano que cuenta con el apoyo del saxofón. «The Gift» es una de las canciones que se sale de los cuatro discos de 1985 a 1992. Concretamente, esta pertenece a su disco de 1993 Full Moon, Dirty Hearts, cuando INXS y tantos otros eran vistos como el pasado a superar, y es una canción muy buena, yo no la recordaba, tampoco les prestaba atención en esos años, y tiene mucha fuerza. «Devil Inside», del Kick, mantiene el tono ochentero con una producción de esa época y mostrando el paso del Post Punk a un sonido más Pop.

En «Beautiful Girl», con coros de Bono incluidos, apuestan por un sonido más rockero, el comienzo recuerda a «Waiting on a Friend» de The Rolling Stones, y también incorporan saxofón como contrapunto. «By My Side» tira de épica para un sonido grandioso y orquestal con cuerdas incluidas. «Kiss the Dirt (Falling Down the Mountain)» es la primera canción que aparece en el recopilatorio del Listen Like Thieves, de nuevo con ese punto New Wave y con la preeminencia de sintetizadores. A continuación, «Elegantly Wasted» del disco del mismo título de 1997, una canción que recupera su punto Funk de una década anterior pero ya estaban muy fuera del foco. A «New Sensation» es una de las canciones más brutales de la banda, del Kick y con la mezcla del tono stoniano, las guitarras Funk y la producción de los ochenta.

El tramo final se lanza con «What You Need», otra canción de 1985, canción más bailable donde incorporan el tono Funk con las guitarras y donde se percibe una influencia de Prince. «Listen Like Thieves» es otro de sus clásicos, aquí ya adelantan lo que vendría en sus dos próximos discos, con la New Wave todavía presente pero también con un bajo incesante y un Hutchence desatado. «Just Keep Walking» es de INXS, su debut de 1980, una canción claramente «deudora de su época», New Wave y Post Punk a partes iguales, incluso con un tono más oscuro pero que ya demuestra que había algo en esta banda. «Bitter Tears» del es la canción menos convincente de toda la recopilación con una producción muy de finales de los ochenta. El cierre es para su último gran hit, el «Baby Don’t Cry» de su disco de 1992, un tema muy Beatles con una gran producción, Pop mayúsculo y orquestal.

Recopilación muy completa para una banda que, con todo el éxito que tuvieron, que no fue poco, da la sensación de que quedaron un peldaño o dos por debajo de sus coetáneos, tipo U2 o Depeche Mode, a pesar de vender millones de discos, contar con canciones tremendas y hacer unos grandes directos. Una banda que se vio arrasada por el cambio de ciclo y, posteriormente, por la trágica muerte de Michael Hutchence, hecho que hacía muy difícil el hecho de seguir con la trayectoria anterior por el peso del carismático cantante. Seguramente INXS hubiesen vivido una segunda etapa de reconocimiento, pero es una hipótesis, mientras tanto queda una trayectoria a recordar y valorar.

«Waiting for the Siren’s Call» o unos New Order más eléctricos en el siglo XXI

Otro de los recopilatorios al que habíamos hecho referencia en los meses pasados fue el de New Order Singles, un doble que fue publicado de nuevo en 2016. Toca el momento de recordar su disco de 2005, Waiting for the Siren’s Call en el que los de Manchester sonaban más eléctricos y guitarreros, aunque sin dejar de lado su toque electrónico. Recordemos que New Order habían regresado con novedades discográficas en 2001 con Get Ready, un disco muy bien acogido, y es que New Order se habían tirado casi una década sin sacar disco, desde el Republic de 1993. Pero, en los próximos años, se producirían algunas novedades importantes. La más significativa fue el descanso que se tomó en el grupo Gillian Gilbert para dedicarse a sus hijos, recordemos que es la pareja de Stephen Morris. Phil Cunningham se convertiría en su sustituto aunque llevaba con la banda desde 2001. En el disco también participarían diferentes productores, lo que daría el tono de algunas canciones, como Stephen Street (The Smiths), Stuart Price (Madonna) y John Leckie (Radiohead, Muse, Stone Roses). El disco suena muy melancólico, con un Bernard Summer en ese tono en buena parte de las canciones, envueltas en texturas de guitarras eléctricas y de sintetizadores y programaciones. Colabora Ana Matronic de Scissor Sisters y el diseño del disco vuelve a ser de Peter Saville, icónico como esta portada, muestra de sencillez y minimalismo.

«Who’s Joe?» parece que va a ser un tema de teclados épicos pero enseguida deriva hacia el Rock con esas guitarras de tono oscuro y melancólico. «Hey Now What You Doing» es un Rock de guitarras más contundentes pero luego van hacia sonidos más atmosféricos y Pop, aunque gana la primera vía. «Waiting for the Siren’s Call» es una canción donde hay sintetizadores y programaciones pero también tiene su punto más orgánico, es un canción Pop Rock que adopta un tono melancólico. «Krafty» fue el single de presentación y es una de las canciones más destacadas del disco, el bajo de Peter Hook se convierte en el protagonista y no deja de estar abonada a un tono nostálgico. «I Told You So» se va más allá de los seis minutos, es un tema electrónico con bases machaconas cambiando el tempo del disco. Con «Morning Night and Day» siguen en esa dirección aunque el sonido es más canónico de New Order, combinándose a la par riffs de guitarra y de sintetizadores.

Y no dejamos las bases programadas y el tono más machacón con «Dracula’s Castle», aunque aquí el tono vuelve a ser más melancólico. «Jetstream» es la canción en la que colabora Ana Matronic y es una de las dos que produce Pierce, y en esta también participa en la composición, siendo un tema más complejo y ecléctico, mezclando Rock y electrónica y que funciona muy bien. «Guilt Is a Useless Emotion», de nuevo producida por Pierce, es más electrónica, las bases son poderosas y la producción se impone. En «Turn» hacen una de las mejores canciones del disco, regresan al Rock, en este caso de corte británico, con la incorporación de guitarras acústicas. Y final es para la más cañera «Working Overtime», que también es una barbaridad.

De este disco, nos gustan mucho las canciones más Rock y menos electrónicas, demostrando de nuevo New Order su versatilidad. Después del mismo, la banda se separó en 2007 con la salida poco amistosa del bajista Peter Hook. No tardarían en regresar, concretamente en 2011, con Gilbert y con la incorporación de Tom Chapman como bajista. Desde entonces, dos discos más y esperando nueva música de la banda que han publicado el single «Be a Rebel» en septiembre de este año.