The Raconteurs, «Help Us Stranger»

No podía fallar. Después de la extrañeza que causó con su último trabajo en solitario (‘Boarding House Reach’, 2018), y tras anunciar el regreso de The Raconteurs tras más de diez años de silencio, era inconcebible una decepción que, de ocurrir, hubiera minado la admirada consistencia creativa de Jack White. Porque en todos sus proyectos hasta la fecha tiene trabajos brillantes: desde los seminales The White Stripes, pasando por The Dead Weather hasta sus discos en solitario. Pero no sería justo centrar el mérito de este nuevo trabajo en el genio de Detroit, si acaso la habilidad de haber sabido reunir en torno a sí otros tres portentosos músicos como Brendan Benson (al que hemos perdido la pista, ¿para cuándo un nuevo trabajo en solitario?), Jack Lawrence al bajo y el batería Patrick Keeler. Y es que lo que habían hecho estos cuatro individuos en sus dos únicos trabajos hasta la fecha eran palabras mayores y reeditar el nivel de entonces suponía un verdadero reto, superado de sobra en este ‘Help Us Stranger’ que parece obviar los años que lo separan del resto para prolongar la estela de aquéllos.

Grabado en los estudios de Jack White en Detroit (Third Man Records), y ayudados ocasionalmente a los teclados por Dean Fertita (Queens of the Stone Age), otro habitual de los proyectos de White, en esta nueva entrega vuelven a lucir las guitarras a base de riffs increíbles y también la labor de Keeler a las baquetas. Las composiciones están firmadas por la dupla White-Benson y la producción corre a cargo de la banda al completo. El liderazgo vocal también se reparte entre White y Benson, a excepción del afilado y rítmico folk Help Me Stranger que interpretan a dos voces. Benson canta Only Child, una de las piezas más pausadas que mezcla los instrumentos tradicionales con teclados y sintetizadores, una Somedays (I Don’t Feel Like Trying) en la que combinan perfectamente la calma y la desmesura que la cierra sobrada de energía, el soul eléctrico y sobrado de emoción Now That You’re Gone y la fría e imparable descarga de guitarras poderosas que es Live a Lie.

El resto son para la voz de White: desde el retumbante inicio con Bored and Razed, veloz y duramente rítmico, además del coreado acelerón a lo Jimmy Page de Don’t Bother Me o la guiada por el piano para que guitarras y tambores la relanzen inevitablemente, Shine the Light on Me. La destreza rítmica de Keeler junto a un riff irreprimible impresionan y menean Hey Gyp antes de que otro genial y acaparador riff sostenga Sunday Driver. El cierre lo componen un blues escuálido y directo, con la inconfundible huella guitarrera de White, What’s Yours Is Mine, y el cierre tradicional y de cálida acústica Thoughts and Prayers.

Una vez más queda claro que White está hecho de una pasta de otra época y que sabe actualizarla como nadie; si a ello sumamos el enorme talento de Benson y la contundencia que la sección rítmica sabe mantener a lo largo de todo el disco, resulta más que digna esta añorada reaparición. Un trabajo que desborda energía con calculados medios, un moderno catálogo de sonidos de raíz que vuelve a situarlos sin remedio en la cabeza del rock estadounidense.

Brendan Benson en su cima

Si fuera actor sería un secundario, pero uno de esos que realzan las buenas películas, de los que se les reserva un papel trascendental y que acaban imprimiendo su propia huella y robando escenas al protagonista. Y es que el talento de Brendan Benson no pasa desapercibido por más que esté rodeado por estrellas del rock u otros músicos de prestigio; aunque cuando más ha lucido ha sido en sus trabajos en solitario y de estos (particularmente) en el que publicaba hace ahora diez años bajo el título de «My Old, Familiar Friend».

Hablamos de la que sería su cuarta referencia en solitario que llegaba tras un debut ilusionante («One Mississippi», 1996) y dos continuaciones en clara progresión, como serían el más pulido «Lapalco» de 2002 y el excelente «The Alternative to Love» de 2005, en el que ya se apreciaba el sonido que perfeccionaría en el que nos ocupa. Y entre estos dos últimos las que serían sus grabaciones con mayor repercusión como componente de The Raconteurs junto a Jack White (con quien coescribió gran parte de las canciones), Jack Lawrence y Patrick Keeler y cuyos dos fantásticos discos («Broken Boy Soldiers» de 2006 y «Consolers of the Lonely» de 2008) parece tendrán continuación en este mismo año.

Aunque «My Old, Familiar Friend» fue grabado en 2007, entre la publicación de los dos álbumes junto a The Raconteurs, este no vería la luz hasta agosto de 2009 cuando fue presentado A Whole Lot Better como primer sencillo. En su grabación Benson se reservó la ejecución de un montón de instrumentos, pero también contó con la colaboración de gente como su amigo Dean Fertita a los teclados (Queens of the Stone Age) o David Sardy (productor de Oasis o The Dandy Warhols entre otros) y más gente además de una sección de cuerda, y con un productor de campanillas como Gil Norton (Pixies, Foo Fighters) que le imprimió una energía proveniente del rock de la que habían carecido sus anteriores trabajos.

Lo cierto es que todos sus trabajos rayan a un nivel alto, pero este desprende una especial energía y buenrollismo que lo coloca por encima del resto de su producción. Así se abre impetuoso con A Whole Lot Better con unas guitarras agresivas y melódicas acompañadas de unos juegos de voces que supone una estupenda presentación de lo que vendrá a continuación. Eyes on the Horizon sigue la misma línea con algo más de ritmo y profundidad, también preciosas voces en un estribillo de lo más luminoso, antes de Garbage Day, precioso y urgente soul realzado por las cuerdas. Gonowhere es un bello y cálido medio tiempo al piano y Feel Like Taking You Home se inicia suave para crecer poco a poco hacia un rock insistente. Una balada cuidada y emocionante con sección de cuerdas incluida, You Make a Fool Out of Me, precede a una de las incontestables joyas del disco, la mayúscula y vitamínica Poised and Ready.

El cuarteto final del álbum lo abren Don’t Wanna Talk que lo tiene todo: ritmo, potencia, voces, melodía y un estribillo pegadizo, y una Misery plagada de guitarras, teclados y coros en ascenso emocional y potente. El broche lo ponen los suaves teclados de la más íntima Lesson Learned y el derroche instrumental de Borrow, guitarras y más guitarras para un final a todo trapo.

Sin inventar nada pero con la lección mejor aprendida que nadie, el músico de Michigan ejercitaba en esta ocasión y como nunca sus habilidades compositivas para crear, con aparente facilidad, originales y efectivas melodías pop desde el folk y el power pop, con algunos pasajes más rockeros y otros extraídos de la música negra, para completar un disco de una luminosidad y energía que irán diluyéndose en sus dos trabajos posteriores.

Tanto en «What Kind of World» (2012) como en «You Were Right» (2013), discos editados en su propio sello Readymade Records creado a raíz de la grabación del primero, se percibía un sonido simplificado (de manera más notable en el segundo) con respecto al que hoy tratamos, que podría ser considerado la cumbre de su producción en cuanto a medios así como a resultados. Dedicado desde entonces a su familia y a producir a gente como Robyn Hitchcock o Eric Burdon y componer para otros artistas como Jake Bugg, Nick Lowe o The Kooks, su carrera en solitario lleva tiempo aparcada y no hay visos de continuidad por el momento, de modo que seguiremos utilizando sus contagiosas canciones para subirnos el ánimo, especialmente las de este «My Old, Familiar Friend» que le quedó tan estupendo.

‘Consolers of the Lonely’ o la última entrega de The Raconteurs

Jack White está a punto de sacar un nuevo disco, el tercero en solitario que se llamará Boarding House Reach, y desde siempre ha sido uno de los más listos de la clase. En Los Restos del Concierto teníamos ganas de abordar uno de sus proyectos más interesantes, y que hace años dejó atrás aunque con White nunca se sabe, como fueron The Raconteurs, que publicaron únicamente dos discos. El segundo de ellos, Consolers of the Lonely, cumple diez años en 2018, suponiendo la continuación de su debut en 2006 con Broken Boy Soldiers. Hay que situarse en ese contexto, y en que la creatividad e hiperactividad de White necesita muchos canales para expresarse. En 2006, The White Stripes eran una de las bandas más importantes del panorama rockero y con Get Behind Me Satan (2005) habían consolidado su posición tras el éxito de Elephant (2003). Entonces, White, que ya estaba establecido en Nashville y que había producido a otros artistas, sorprendió con una nueva formación que no suponía el fin de The White Stripes, que llegaría años después, formada por Brendan Benson, Jack Lawrence (The Greenhornes y que también estaría presente en otro proyecto de White como The Dead Weather) y Patrick Keeler (The Greenhornes y The Afghan Whigs, entre otros). Aquel debut se contempló como un divertimento de White pero Broken Boy Soldiers era un buen disco, compuesto entre White y Benson, con canciones tan redondas como ‘Steady, As She Goes’, y se caracterizaba por sonidos más garajeros y vinculados al Power Pop que las últimas entregas de The White Stripes. La banda se consolidó y su siguiente trabajo tardaría dos años en llegar, justo un año después de la última entrega de The White Stripes, Icky Thump (2007), y uno año antes del nuevo proyecto de White, los más oscuros de The Dead Weather.

Para Consolors of the Lonely, White y Benson cambiaron un poco de registros, dejando a un lado los sonidos más urgentes para ganar en contundencia a través de unas guitarras más pesadas, e incluso notándose la huella de la deriva final de The White Stripes, esas trompetas en algunos temas. De nuevo jugando a dos voces, The Raconteurs lograron superar su debut con un disco homogéneo y sin fisuras, aunque a veces rozando el peligroso barroquismo marca de la casa White. El primer tema, ‘Consoler of the Lonely’, parece querer mantener el espíritu garajero pero luego se interna en las filigranas de White y cuenta con un final tremendo. ‘Salute Your Solution’ es una canción tremenda, impresionante el bajo de Lawrence, las dos voces de Benson y White, así como unas guitarras muy punzantes. En ‘You Don’t Understand Me’ apuestan por un medio tiempo creciente, con un poso más clásico, con piano ‘barroquista’ incluido. Y en ‘Old Enough’ incorporan violines para una canción con tono más Folk que es una veta que no explorarán demasiado pero que les quedaba muy bien, un tema de mis favoritos. En ‘The Switch and the Spur’ aparece la huella del último trabajo de The White Stripes, esas trompetas ya señaladas, para un tema con el que desciende levemente el nivel. Pero se recupera con la urgente ‘Hold Up’ en la que destaca la sección rítmica y el virtuosismo de White. ‘Top Yourself’ por su parte tiene un comienzo interesante con White prácticamente fraseando y luego avanza hacia a un tono más oscuro.

En ‘Many Shades of Black’ recuperan las trompetas para conformar un sonido más melancólico y en donde destaca la grandilocuencia del tema. ‘Five on the Five’ por su parte vuelve a las guitarras más urgentes, línea que se sigue en ‘Attention’, más rockera posiblemente y accesible. ‘Pull This Blanket Off’ es más minimalista y con una instrumentación reducida, mientras que en ‘Rich Kid Blues’ se marcan una soberbia versión del tema de Terry Reid, caracterizada por la épica. El final es para dos grandes temas, primero ‘These Stones Will Shout’, también definido por una gran fuerza tras un comienzo suave, y en segundo lugar con la intensa ‘Carolina Drama’, un tema fascinante, envolvente y con ese sonido tan característico de White pero más melódico.

The Raconteurs no volvieron a publicar más material nuevo desde entonces. Giraron y White se dispersó entre el final de The White Stripes, la apuesta por The Dead Weather y, especialmente, por su carrera en solitario, junto a producciones varias y otras colaboraciones. Benson, por su parte, entregó en 2009 un imprescindible My Old, Familiar Friend, el punto más alto de una carrera que adquirió más visibilidad gracias al apoyo de White, aunque sus discos posteriores hayan sido más irregulares y no cuente con apenas novedades desde el disco de 2013 You Were Right del que dimos cuenta en Los Restos del Concierto. No sabemos qué llevó al final de The Raconteurs en 2011 ni si tiene White intención de recuperarlos, ya hemos comentado que tratándose de White se puede esperar cualquier cosa, pero no cabe duda que fueron un muy buen proyecto con dos discos destacados y fantásticas canciones.