Dominique A, «Toute latitude»

Siguiendo con la habitual cadencia de sus últimas producciones, que le ha llevado a publicar disco nuevo cada tres años, regresamos al músico de Provins para reseñar la decimoprimera extensión de una intachable carrera que había culminado con el delicioso «Éléor» en 2015. Y vuelve anunciando dos discos para este año, un primero más electrónico e innovador como este «Toute latitude» y un segundo a lanzar en el próximo octubre, de carácter más acústico e íntimo, que llevará por título «La fragilité».

Como ya hemos apuntado, se trata de un trabajo oscuro y electrónico, plagado de programaciones y elementos tecnológicos, con logrados grooves y omnipresentes cajas de ritmos, que en absoluto diluyen la esencia reconocible de su música. El inicio es para la intensidad sutil de la preciosa Cycle, le siguen la dinámica contundencia del bajo y la suave guitarra de Désert d’hiver y el ritmo sintético de la sugerente melodía de Toute latitude. Predomina una tensión oscura en la brillante línea de bajo rodeada de tecnología de Les deux côtés d’une ombre, a continuación los sintetizadores dejan suficiente espacio a las cuerdas en La mort d’un oiseau y el rock asoma la pata en Aujourd’hui n’existe plus, más emocionante e intensa. Ritmo profundo y frialdad en La clairiére, que contrasta con la excepción más colorista y entreverada de Enfants de la place a la que sigue la mezcla de agudos y graves en el medio tiempo de Lorsque nous vivions ensemble. Recita en susurros de oscuridad postpunk en Corps de ferme á l’abandon, en el mismo tono tenebroso que Se decénter antes de cerrar con Le reflet, relajada y más orgánica que la tónica general.

En este caso muestra su cara menos amable el bueno de Dominique Ané y se provee casi completamente de sonidos y ritmos tecnológicos a la manera de los pioneros de la electrónica, para arropar unas melodías y unas letras llenas de melancolía, e incluso desesperanza, que no ocultan su personal sensibilidad ni el dramatismo habitual de sus interpretaciones vocales. Aunque menos luminoso que sus predecesores, sin duda nos encontramos ante otro gran disco del que ya estamos esperando su próximo complemento.