«Travelling Without Moving», la cima de Jamiroquai

Hace unas semanas, todos y todas vimos el asalto del Capitolio de Washington y, allí, sobresalía uno de los asaltantes que parecía salido de un vídeo de Jamiroquai. La imagen era impagable y, dentro de la estupefacción generada, no pude dejar de pensar en Jay Kay, el líder de Jamiroquai, que incluso subió un vídeo en Redes Sociales diciendo que su gente nada tenía que ver con todo aquello. También surgieron comentarios y memes. De los que leí, el que me pareció más ingenioso fue uno que decía «Es lo peor que ha hecho Jamiroquai desde ‘Cosmic Girl'», y le respondían «Eso es porque no has escuchado su último disco». En fin, que no tiene nada que ver todo esto con el hecho de traernos a Jamiroquai a Los Restos del Concierto. Nuestro motivo no es otro que el veinticinco aniversario de su tercer disco, Travelling Without Moving, que publicaron en 1996, y allí estaba «Cosmic Girl». La irrupción de Jamiroquai en 1993 fue una sorpresa en un contexto marcado por el Grunge y las grandes bandas. La mezcla de Funk, Soul, Acid Jazz y sonidos Disco, con Stevie Wonder y compañía como principales inspiradores, no parecían muy en boga en esos comienzos de los noventa. Pero Emergency on Planet Earth (1993) y The Return of the Space Cowboy (1994) fueron éxitos a partir de la generación de una identidad propia. Melodías bailables, un Jay Kay reconocible con su voz en falsete, y una icónica puesta en escena fueron algunos de sus ingredientes, junto a unas muy buenas canciones, por supuesto. Además, contaba con un mensaje ecologista que, en fin, luego se vería que Jay Kay no aplicaba tanto con su pasión por los coches de alta gama y las carreras por autopistas europeas. El caso es que la carrera de Jamiroquai iba por buen camino pero les faltaba el salto definitivo que llegaría con este Travelling Without Moving que supondría en parte el dejar de mirar a la banda con esa simpatía que genera la anécdota. Su tercer disco multiplicaría las ventas y mostraría una evolución, un sonido más pausado sin dejar de perder sus señas de identidad, con varios singles de éxito que llegarían a las listas sin problemas. Allí había un sonido también más sofisticado, canciones que seguían bebiendo de los años setenta, del Funk, de Stevie Wonder, del sonido Philadelphia con esas cuerdas que insertaban en determinados momentos. Tampoco faltaban los puntos más electrónicos y bailables, de Club, pero no cabe duda que estamos ante el mejor disco de toda la trayectoria de Jamiroquai.

«Virtual Insanity» es el comienzo fascinante del disco. Canción muy deudora del Stevie Wonder de los setenta, casi seis minutos de un Soul suave con el toque Funk y una cadencia fantástica. Luego sigue el hit del disco, «Cosmic Girl», todo un éxito, Disco y Funk que se te cuela desde la primera escucha. Una de las canciones de los noventa que no dejó de sonar en esos años y que no ha perdido vigencia. El «problema» es que estas canciones dejan en segundo plano a otras tan poderosas como «Use the Force», una canción ecléctica con percusión de tonos latinos y unos vientos que también son determinantes. «Everyday» es otra gran canción, un medio tiempo elegante y con clase, muy de los setenta, deudor del Soul y el sonido Philadelphia de los setenta con esas cuerdas de nuevo insertadas con elegancia. «Alright» es mi canción favorita de Jamiroquai de todos los tiempos, un tema que va ascendiendo, clase y elegancia de nuevo, mecido por ese ritmo sincopado del bajo Funk. Bailable y fascinante, todo en uno. «Hight Times» va cerrando una primera mitad que está en el sobresaliente, otra vez Soul y Funk para no dejar de parar los pies y con los vientos destacando. En «Drifting Along» se van al Reggae, que también les encaja muy bien, aunque no es una de las sendas más exploradas por la banda.

La segunda parte comienza con dos instrumentales como son «Didjerama» y «Didjital Vibrations», dos canciones que van unidas y en el que juegan su papel elementos de la World Music pero que luego derivan hacia sonidos más electrónicos. «Travelling Without Moving» se lanza de nuevo al eclecticismo con un tono más electrónico, de nuevo el bajo tira de una cadencia Funk hasta llegar a un sonido más reconocible. Crece «You Are My Love» que es otro Soul con un marchamo más clásico y más conseguido. No ocurre lo mismo con «Spend a Lifetime» que ese quedaría algún peldaño por debajo de la anterior. En el cierre hay una canción «escondida» que es «Funktion», más de nueve minutos de sonidos más duros con bases Funk pero llevadas a una electrónica de Club muy de la época.

Con Travelling Without Moving, Jamiroquai dieron un salto cuantitativo y cualitativo. Sonaban Funk, eran «cool» y los siguientes dos discos, Synkronized (1999) y A Funk Odyssey (2001) les mantendría arriba aunque gracias a singles muy efectivos y también bailables. Sin embargo, ya iban declinando y, desde entonces, a pesar de no haber dejado de publicar discos, cada vez más espaciados, no han conseguido la repercusión de antes. Eso sí, siguen girando e interpretando sus clásicos que continúan fascinando.

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