Ty Segall, ‘Emotional Mugger’

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A músicos como Ty Segall es difícil seguirles la pista. Diversificado en diferentes proyectos, como Fuzz y Ty Segall Band además de su carrera en solitario, y prolífico como pocos, con más de una decena de discos en menos de ocho años, quienes estamos interesados en su música a veces andamos un poco despistados. Alérgico a ser previsible presenta sus discos inesperada e insospechadamente (‘Emotional Mugger’ fue enviado a diferentes medios por sorpresa y en formato VHS) y, si bien su sonido e influencias son reconocibles, huye de acomodarse en ellos para renovarse y experimentar en cada trabajo; vamos lo que viene llamándose un culo inquieto.

Cierto es que lo fácil hubiera sido grabar una continuación de ‘Manipulator’, el fabuloso disco anterior que le aupó a sus mayores cotas de popularidad y reconocimiento de la crítica, pero como a Segall lo fácil parece producirle urticaria, se ha sacado de la manga un disco lleno de experimentos sonoros y  ruidosas variantes que satisface solo por partes.

De las melodías diáfanas de ‘Manipulator’ hemos pasado a la distorsión y el caos en algunos libérrimos ejercicios eléctricos que pueden llegar a desagradar si no se dan con medida. De todos modos en este ‘Emotional Mugger’ hay espacio para todo: desde acertados desvaríos hasta piezas más cercanas al rock clásico, desde transiciones intrascendentes hasta psicodelia desatada, todo ello grabado sin excesivas complicaciones.

El disco lo abre la simple psicodelia-rock de Squealer y la más clásica e inicialmente pausada Californian Hills antes de que se complique la melodía en Emotional Mugger/Leopard Priestess, que añade elementos electrónicos. El riff distorsionado de Breakfast Eggs nos recuerda a los sesentas, a la que sigue Diversion y su lograda contundencia punk. Hay que esforzarse para encontrar la melodía de Baby Big Man (I Want A Mommy), mucho más limpias y claras en Mandy Cream y en Candy Sam, de lo mejor del disco. Squealer Two y The Magazine son dos acertados ejercicios de ritmo interrumpidos por el batiburrillo sonoro de W.U.O.T.W.S.

Más indicado para amantes del ritmo que de la melodía, ‘Emotional Mugger’ presenta unas canciones escurridizas que entre ecos de punk o de garaje esconden influencias melódicas de sus admirados T Rex o Bowie. Segall da un bandazo con respecto a su anterior trabajo y se aparta de la zona de confort con este disco de esquiva recompensa.

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