Cómo marcar una época y un sonido: Chic

Seguro que en 2013 mucha gente reparó en el homenaje de Daft Punk al sonido Disco de Chic con el hit inmenso de «Get Lucky», el no menos brillante «Loose Yourself to Dance», y «Give Life Back to Music». Las tres canciones aparecían en Random Access Memories, una barbaridad. Y en las tres participaba en su composición y tocaba Nile Rodgers. Nos quitamos el sombrero ante uno de los grandes de la música Pop, un hombre que es un referente de un sonido tan denostado en su momento como la música Disco pero que la trasciende. Y es que, ciertamente, en los últimos años se han reivindicado a los Bee Gees, tocará en Los Restos del Concierto, ABBA, y compañía. Aunque, realmente, la música Disco siempre ha estado ahí, con sus vinculaciones y ramificaciones con otros estilos, con el Pop, con el Soul, etc. Es decir, nunca se fue y podías ridiculizar a los Bee Gees, blanco de muchos chistes y bromas, pero vaya cancionazas. Éramos así… Las bolas de discoteca de la portada de la recopilación que nos ocupa llegan a Los Restos del Concierto de nuevo, recordemos que en 2020 hubo discos como los de Dua Lipa, Jesse Ware o Kilye Minogue de claras influencias setenteras. Pero Chic van más allá. Nile Rodgers, como decíamos, es una figura reconocible con su estética inconfundible pero todavía más con su guitarra y un sonido que definió junto al bajista Bernard Edwards. En los primeros años de la banda, allí estaban el batería Tony Thompson, las vocalistas Norma Jean Wright y Luci Martin, y el teclista Tom Coppola, aunque era una formación que ampliaba sus integrantes. Chic reinaron en la música Disco de finales de los setenta junto con otros colosos como los ya mencionados Bee Gees, Donna Summer, Giorgio Moroder, etc. Las canciones de Chic, muy identificables por la guitarra de Rodgers con la que marca la canción sin necesidad de hacer solos, el bajo de Edwards, las vocalistas femeninas, los vientos y esos estribillos sencillos marcaban un tono hedonista y de celebración de aquellas discotecas, como Studio 54, con anécdota incluida para «Le Freak». Recordemos, una de las cimas de Chic vino porque no les dejaron entrar en la misma y ellos compusieron el tema que decía «Fuck Off!» que luego pasó a «Le Freak». El caso es que Chic siguieron publicando discos hasta comienzos de los ochenta, de 1977 a 1983 fueron a disco por año hasta su disolución con Chic-ism (1992), volverían en los noventa, y Edwards fallecería al día siguiente de un concierto de la banda en Japón en 1996. Rodgers y Edwards compondrían y producirían también a artistas como Sister Sladge, Diana Ross, Debbie Harry, etc. Y Rodgers todavía alcanzaría mayor trascendencia en solitario en esas tareas trabajando para David Bowie (Let’s Dance), INXS, Madonna (Like a Virgin), Duran Duran, Mick Jagger, The B-52’s… El caso es que llevo casi dos años enganchado a este doble recopilatorio que recoge de lo mejor de la carrera de Rodgers y Edwards como Chic y sus trabajos de composición y producción para otros artistas ya señalados. Por eso la recopilación lleva el título de Up All Night (The Chic Organization), siendo publicada en 2013. Y es una locura y una maravilla, no paras de mover los pies y te tienes que levantar. Sí, de acuerdo, el ritmo es reiterativo y en algunas canciones los calcos son… calcos, pero es que es una locura. Y también hay que tener en cuenta todos los sámplers que se han realizado de estas canciones. Es decir, que han sonado en numerosos temas de las décadas siguientes. De las veinticinco canciones, nueve caen para Chic y seis para las Sister Sledge. Hay tres para Diana Ross; Norman Jean Wright, que fue vocalista de Chic, aporta otras dos, al igual que Sheila & B. Devotion. El resto, para una inesperada Carly Simon, Debbie Harry y el único artista masculino, Johnny Mathis. Es decir, aquí hay de todo. Pero, con el sello de Chic, con un sonido que es claramente identificable como decíamos. Vamos a sumergirnos en las bolas de cristal de las discotecas para bailar al ritmo de Chic y de las producciones de Rodgers y Edwards, una bendita maravilla.

El primer CD comienza con «Le Freak», una canción ya comentada y tan imbatible que marca un canon y con ese bajo Funk brutal, pero es que todo es tremendo en la canción. Sister Sledge aparecen por primera vez en «He’s the Greatest Dancer», la combinación de guitarra y bajo con la las cuerdas como un aspecto diferencial, otro hit imponente. Relanzaron la carrera de Diana Ross con «Upside Down» con esa forma de cantar de Ross acompasada y con el toque Chic con el sutil punto de Soul de Ross, que luego va ascendiendo. «Everybody Dance» de Chic es otra barbaridad, aquí en versión 12» de las que habrá más en la recopilación, con ese estribillo repetitivo que te cala. «We Are a Family» de Sister Sledge es una canción icónica, otro de esos temas históricos en el que Rodgers y Edwards se nutren del Soul clásico. «Spacer» de Sheila & B. Devotion es otra de esas canciones que llevan la marca Chic por todos los poros y en «I Want Your Love» se ponen un poco, pero solo un poco, más sentimentales para un tema en el que los vientos son clave. Sonido discotequero más duro para las Sister Sledge de nuevo con una imbatible «Lost in Music», ese fraseo del bajo es impactante. Norman Jean Wright hace «Saturday», otra de las canciones con el tono típico de Chic y ojo a la grandísima «Dance, Dance, Dance (Yowsah, Yowsah, Yowsah)», adictiva y con la flauta como incorporación diferencial. «Got to Love Somebody» de Sister Sledge nos remite de nuevo al Soul pero en esta ocasión con el sonido Philadelphia con esos vientos tan característicos. Y se cierra el primer CD «My Feet Keep Dancing» de los propios Chic que juega con el tono reiterativo pero muy elegante.

El segundo CD comienza con «Good Times», tremenda, una de esas canciones que son tan buenas… con ella cierran sus conciertos subiendo a gente al escenario, y es toda una fiesta. Y, dentro de los samplers, recordemos que The Suggar Hill Gang la incorporaron en el primigenio «Rapper’s Delight» de 1979. Y aquí, en «Good Times», el bajo de Edwards es brutal. Ross regresa con «I’m Coming Out» con un saxofón muy atractivo y para un tema que queda de lujo. «Why» es una sorpresa porque es de una artista de un estilo tan alejado de Chic como la cantautora Carly Simon, aquí le dan un tono Reggae que funciona muy bien. Chic retorna con «My Forbidden Lover» que sigue con ese tono que te engancha, no sabían nada Rodgers y Edwards. «Thinking of You» de Sister Sledge es más pausada y elegante y Johnny Mathis, único artista masculino, llega con «I Love My Lady», otro artista alejado del estilo Disco que aquí apunta a un sonido más caribeño. «Blackfired» llega del disco de debut en solitario de Debbie Harry, KooKoo (1981), donde está el sonido de Chic pero también el punto New Wave que Harry tenía en Blondie, que también tenían ese punto bailable y evolucionaron hacia ello como vimos en su momento. En «Soup for One» de Chic aparece un tono más crepuscular y melancólico y «High Society» de Norman Jean Wright es de una cadencia más pausada pero sin dejar su senda. En «Reach Your Peak» de Sister Sledge hay elementos más electrónicos y «Your Love Is Good» de Sheila & B. Devotion es una canción más light que también te conquista. El cierre va llegando con Diana Ross y «My Old Piano», que remite a la canción anterior en ciertos aspectos, como ese punto más Pop, y para la muy de celebración «Chic Cheer» que es otra de esas barbaridades para no parar de bailar.

Si con todo esto no bailas, es para hacérselo mirar. Como decíamos, Chic fueron perdiendo fuelle como banda a medida que la música Disco iba cayendo pero, ya sin la banda, Rodgers y Edwards serían claves en los 80 como productores así como con esa influencia tan clara en parte del sonido de la década. Luego, el ya mencionado retorno, el fallecimiento de Edwards, Rodgers pilotando la nave en solitario, la reivindicación de su sonido con Daft Punk, y disco nuevo en 2018 que pasó desapercibido. Para ver la fuerza de Rodgers y su banda, nada mejor que ver algunos de los directos que están subidos en YouTube, como el que viene a continuación. Locura total para una música eterna.

 

Daft Punk, Pharrell Williams y Nile Rodgers siguen en los setenta con «Lose Yourself to Dance»

El año pasado, en nuestra sección veraniega de «Tengo un Hit», ya hablamos de la colaboración entre Daft Punk, Pharrell Williams y Nile Rodgers con «Get Lucky». Yo nunca había seguido con mucho detenimiento la obra de Daft Punk, la verdad, más allá de las canciones más masivas, cómo dejar de lado «Get Lucky», o esa imagen tan característica de Thomas Bangalter y Guy-Manuel de Homen-Christo con sus cascos. Pero estaba un día en una cafetería y estaba el vídeo de «Lose Yourself to Dance» y esa canción me pareció brutal. Luego, con los años, ya adquiriría el Random Access Memories (2013), un trabajo lleno de colaboraciones, comenzando por Nile Rodgers y siguiendo por Pharrell Williams, Julian Casablancas (The Strokes), Giorgio Moroder o Panda Bear, entre otros. Si el hit había sido «Get Lucky», «Lose Yourself to Dance» tenía todavía algo más. Y ese algo más puede ser interpretado como la nostalgia de la música disco con esos toques funkys a lo Chic, «marca de la casa» del gran Nile Rodgers. La canción invita al baile, obviamente, pero tiene un punto melancólico que se deja sentir incluso en el brillante estribillo, que se aleja de la exuberancia de «Get Lucky».

Estaba claro que Daft Punk, Rodgers y Williams tenían una joya entre manos. Además de estos dos temas, Rodgers también intervenía en la composición del tema que abre el disco, un «Give Back Life to Music» que te pone las pilas. Rodgers había triunfado con su propuesta elegante, incorporando las guitarras a la música disco, junto al fallecido Bernard Edwars, en los setenta con Chic, con canciones como «Le Freak», tema tremendo que marca una época, «Everybody Dance», «I Want Your Lover», etc. La estrella de Chic se fue apagando en los ochenta, aunque volverían en los noventa, aunque en 1996 fallecería Edwards. Rodgers desarrollaría una carrera en solitario, no muy extensa, pero mucho más amplia fue la de productor, incluso cuando estaba en Chic, trabajando con Sister Sledge, Diana Ross, Debbie Harry, David Bowie, Madonna, INXS, Duran Duran, Mick Jagger, Peter Gabriel, The B’52, David Lee Roth, etc., aunque ya en los noventa va declinando su trabajo, aceptando más canciones que discos, incluso se cuela Marta Sánchez (uffff). Por cierto, en septiembre Nile Rodgers & Chic regresarán con nuevo disco.

El caso es que Rodgers aportaba un toque especial que se deja sentir en un «Lose Yourself to Dance» que casi podría ser calificada de plagio de sí mismo, encajando en los discos de Chic de los setenta. Daft Punk, Williams y Rodgers lo clavan, la interpretación vocal de Williams es fantástica cantando en falsete la mayor parte del tema. La sección rítmica queda en un segundo plano, pero es fundamental, mientras que la guitarra de Rodgers se impone. La letra es una celebración de la música disco, la repetición del «Lose Yourself to Dance» es una constante, pero insisto en que el tema tiene una alegría melancólica. Una canción fantástica que tuvo dos vídeos, uno maravilloso, y nostálgico, compuesto por imágenes del programa de televisión Soul Train. Ya lo sabéis, «Lose Yourself to Dance».