Little Steven, ‘Soulfire’

Steven Van Zandt, el escudero fiel y compadre de Bruce Springsteen, ha acudido al rescate de la parroquia de fans del Boss decepcionados por sus últimos discos. No cabe duda que Van Zandt, Little Steven, es uno de esos personajes icónicos que parece que siempre han estado ahí. En su caso, su peso en la E Street Band ha sido determinante, junto al ya fallecido Clarence Clemons. También se sabe que Little Steven fue uno de los primeros y grandes amigos de Springsteen aunque no se incorporaría a la E Street Band hasta 1975 para la grabación del clásico Born to Run. Posteriormente, Van Zandt dejó la formación en 1985 tras la grabación del Born in the USA (1984), buscando volar solo. En ese disco encontramos una de las mejores canciones de Springsteen que rinde homenaje a su amistad con Little Steven, ‘Bobby Jean’. Van Zandt no tuvo suerte en su carrera en solitario, que ya había comenzado en 1982. Ataviado con su eterno pañuelo en la cabeza, en los ochenta publicaría regularmente, con The Disciples of Soul, pero no regresaría hasta 1999 con Born Again Savage. Para entonces, en 1995 la E Street Band disuelta en 1989 había retornado, y en 1999 se embarcarían en giras exitosas. Van Zandt lograría alcanzar relevancia como actor en la exitosa serie Los Soprano, donde ejercía de uno de los lugartenientes de Tony Soprano, Silvio Dante. Además, ha seguido cultivando su papel como ‘guardián de las esencias’ a través de su programa de radio, una referencia para los amantes de la música. Y también ha ejercido como productor, como por ejemplo en el regreso en 2015 de Darlene Love. En fin, que no ha parado.

La publicación de este Soulfire nos ha cogido por sorpresa y es un disco que se agradece porque Van Zandt abarca el Rock & Roll clásico, el Soul y esos sonidos basados en la combinación de guitarras, secciones de viento y coros sugerentes. Aunque Van Zandt no cuenta con una gran voz, se defiende y cuenta con algunas canciones destacadas, aunque a veces la producción se le va. El inicio de ‘Soulfire’ marcará la tónica del disco, esos coros Soul, y con una voz ronca junto a las guitarras como protagonistas. En ‘I’m Coming Back’ asume el tono épico del primer Springsteen, Rock & Roll del bueno con una sección de viento poderosa y unas guitarras electrizantes. La versión del ‘Blues Is My Business’ que popularizó Etta James es fantástica, ese comienzo más clásico y luego esos vientos deudores de las canciones de Otis Redding, siendo una de las mejores canciones del disco. No deja la intensidad en ‘I Saw the Light’, tema de nuevo con tono Soul en primer plano. En ‘Some Things Just Don’t Change’ rebaja un poco el tempo con un medio tiempo de sonido clásico donde Van Zandt juega a ser un crooner. Y uno de los regalos del disco es ‘Love on the Wrong Side of Town’, compuesta con Springsteen en 1977 y que aparecía en el disco de la formación de New Jersey Southside Johnny and the Asbury Jukes, donde también formaba Van Zandt. No es la mejor canción del disco pero no deja de tener esa esencia del Springsteen más puro de sus inicios, aunque creo que Little Steven se pasa con la producción.

La segunda parte se inicia con un cambio de rumbo, girando hacia los sonidos de los cincuenta y de Doo Wop con una insustancial ‘The City Weeps Tonight’. Pero luego levanta con la versión de ‘Down And Out in New York City’, que interpretaría en su día James Brown, un tema que nos lleva a la Black Exploitation de los setenta, tema brutal también en la versión de Little Steven. En ‘Standing in the Line of Fire’ apunta un toque Western, muy épico en su inicio, y con un contrapunto de la trompeta excelente. En el final va a acelerar de nuevo con la muy setentera ‘Saint Valentine’s Day’, con esos vientos omnipresentes, la preciosa y con esos vientos y coros que es ‘I Don’t Want to Go Home’, tema que compuso en los setenta para el primer disco de Southside Johnny and the Asbury Jukes, y una gran ‘Ride the Night Away’, que recoge todas las enseñanzas del disco y ese sonido del Rock & Roll del que Van Zandt parece convertirse también en una especie de protector.

‘Actor secundario’, totalmente entre comillas, Little Steven ha entregado un disco enérgico, un disco que entra a la primera y que para algunos críticos, es el tipo de disco que tendría que hacer Springsteen, comenzando por el buen amigo y gran conocedor del Boss, Fernando Navarro. Nos quedamos con esas guitarras, vientos y coros de Little Steven en este recomendable Soulfire. Y que recupere temas como ‘I Don’t Want to Go Home’, pues una gozada.