La fuerza de Belako en su debut, ‘Eurie’

Belako se han convertido en una de las bandas de referencia de la escena independiente. Su propuesta alcanzó nuevas cotas con su segundo disco Hamen (2016), del que ya hablamos en su momento. Pero Belako, a pesar de su juventud, ya contaban con un primer trabajo fascinante como fue Eurie (2013), que les puso en el mapa. Procedentes de la localidad vizcaína de Mungia, la primera vez que los vimos fue en el BBK Live de 2014, aquel en el que tocaron The Black Keys. Ya contamos que fue nuestro querido amigo Andrés García de la Riva el que nos dijo que teníamos que acercarnos al escenario, el tercero del festival, donde actuaban Belako. En aquel lugar cerrado por la tarde hacía un calor tremendo pero Belako lo superaron con un concierto impactante que nos dejó impresionados. Y nos llamó la atención de una banda jovencísima que bebía de fuentes como el Post Punk, la New Wave de los 80, Joy Division, Sonic Youth y ese toque electrónico que no faltaba. Con Cristina Lizarraga imponiendo a las voces y se hacía cargo de los teclados, Josu Billelabeitia a la guitarra, Lore Billelabeitia con el bajo característico del sonido de la banda y Lander Zalakain a la batería, se notaba que Belako habían metido muchas horas de ensayos y trabajo.

Eurie venía precedido de su victoria en el concurso de maquetas de Euskal Irrati Telebista y del tercer puesto en el de Radio 3. Cuando publicaron Eurie ya se habían ganado una reputación que se vería confirmada con un trabajo que mostraba a la vez una mezcla de madurez e insolencia, un sonido propio y una producción muy acertada de Aitor Abio. El comienzo de ‘Sea of Confusion’ puede despistar por esas guitarras más metalizadas, ese punto más melódico y melancólico, aunque ese bajo a lo Joy Division ya anuncia que algo gordo viene. Y ‘Haunted House’ así lo demuestra con ese sonido más Post Punk, y de nuevo la presencia de un bajo protagonista y con esas guitarras del final que dan paso a una mayor aceleración en ‘False Step’, aunque también hay un punto melódico, mientras Lizarraga frasea por momentos y destaca el sonido de los teclados. En ‘Southern Sea (Beautiful World)’ juegan más a los 80, con un comienzo más minimalista para ir creciendo. Y ‘Molly and Pete’ es mi canción favorita, la que más se sale de su estilo sin dejarlo en ningún momento, ese comienzo tan melódico, ese juego con los teclados, la forma de cantar de Lizarraga en algunos momentos y esa fuerza del final de nuevo. Una maravilla de canción.

La segunda parte del disco da comienzo con la muy Punk ‘Vandalism’, muy acelerada, seguida de ‘Stop Contradictions’, de nuevo bebiendo de los 80 y con ese bajo superlativo, un sonido muy industrial también si se quiere y con Lizarraga cantando de forma brutal. En ‘Zaldi Baltza’ la voz la toma Josu Billelabeitia, una canción en euskera totalmente Punk que también nos recuerda a aquellos grupos de la Euskadi de los 80 y principios de los 90. ‘Monday’ retoma el sonido más industrial, con mayor presencia de los teclados y ritmos más electrónicos, una canción para bailar. Y cierran el disco con la más experimental y épica ‘Eurie’, también cantada en euskera y que tiene también su punto ambiental.

Belako se ganaron a la crítica y al público de la escena ‘independiente’ triunfando en festivales. En 2014 publicaron dos EP, Bele Beltzak, Baino Ez AAAA!!!!, y en 2016 superaron el siempre difícil segundo disco con Hamen, manteniéndose fieles a su estilo pero evidenciando una cierta evolución. Estuvieron en Actual en 2015, en Fardelej en 2016 y ahora llegan a Ezcaray Fest en 2o17, una gran oportunidad para volver a disfrutar en directo de una de las bandas más interesantes y atractivas del panorama, y en donde podremos escuchar seguramente el adelanto de su nuevo trabajo Render Me Numb, Trivial Violence titulado ‘Over the Edge’ y que llegará en septiembre. Pero, recordando su disco debut, ‘Hanted House’:

La eternidad de los Ramones

Marky Ramone, el batería más longevo de los Ramones, actuará en el Ezcaray Fest el viernes 21 de julio, por lo que es un buen momento para rendir tributo a una de las bandas más icónicas de la historia del Rock & Roll. Los Ramones son una de esas formaciones que cualquier aficionado al Rock & Roll va a tener en consideración por muchos motivos, mucho antes de que su logo, diseñado por Arturo Vega, se convirtiese en carne de camisetas de una tienda de ropa. Ramones recogen muchos de los clichés del Rock & Roll y también una trayectoria que no les hizo justicia. También críticas como que sus canciones se basan en unos pocos acordes o que tampoco había que tomárselos muy en serio.

Para los que comenzamos a aficionarnos a la música en la década de los ochenta, cuando las televisiones emitían música y vídeos, los Ramones ciertamente nos parecieron inicialmente una banda ‘de broma’, todo ello dentro de nuestra ignorancia más grande. Recuerdo en esa década la primera vez que los vi en vídeos como ‘Howling at the Moon (Sha-La-La)’ o ‘Pet Sematary’. Aquellos Ramones de la segunda mitad de los ochenta y principios de los noventa eran crepusculares pero siempre fueron reivindicados. Llamaban la atención por sus pintas y por el espigado Joey Ramone, mientras que Johnny Ramone sacaba esos sonidos acelerados y contagiosos a su guitarra.

Entonces no lo sabíamos pero Ramones habían sido una banda fundamental en el nacimiento y desarrollo del Punk en Estados Unidos, habían estado en toda la escena de New York de la segunda mitad de los setenta, debutando en el mítico CBGB en 1974. Ramones eran cuatro tipos de Queens, los ya mencionados Joey y Johnny y Dee Dee Ramone al bajo y Tommy Ramone a la batería, que también sería productor de algunos de los discos de la formación. Su debut discográfico en 1976 era una colección de temas que apenas superaban los dos minutos y que ya mostraban lo que iban a dar de sí: ‘Blitzkrieg Bop’, ‘Judy is a Punk’, ‘I Wanna Be Your Boyfriend’, etc. Enlazando a más de disco por año, en 1978 Tommy dejará las baquetas en manos de Marky Ramone. Van sumando temas como ‘Shenna is a Punk Rocker’, ‘I Wanna Be Sedated’, la versión de ‘Needles & Pins’ de The Searchers, etc. En 1980 se ponen en manos de Phil Spector, esa combinación fue explosiva y las tensiones entre Spector y la banda han sido muy publicitadas, para grabar End of the Century, donde estaban ‘Do You Remember Rock ‘n’ Roll Radio?’ y ‘Rock ‘n’ Roll High School’.

El ritmo de producción no paraba, también los cambios en la formación. Marky Ramone dejó la banda de 1983 a 1987, siendo sustituido por Richie Ramone durante la mayor parte del periodo y por un efímero Elvis Ramone en 1987. Dee Dee, que había dado nombre a la banda basándose en el seudónimo que utilizaba Paul McCartney para alojarse en los hoteles, ‘Paul Ramon’, lo dejó en 1989 y el relevo lo tomó C.J. Ramone, aunque todavía colaboraría con la banda aportando temas hasta el disco de despedida, ¡Adiós Amigos! (1995), cerrándose el ciclo de los Ramones en 1996.

Seguramente los Ramones tuvieron menos suerte que la que merecían. Su éxito fue mayor en Europa y tocaron en giras que les llevaron hasta Melgar de Fernamental (Burgos) o Bergara (Guipúzcoa) en la primera mitad de los noventa. Aunque nunca perdieron su esencia Punk, su sonido también abrazó puntos más melódicos así como del Rock & Roll más clásico, sin olvidar las versiones que aparecían en sus discos. Lamentablemente, sus cuatro miembros fundadores fueron falleciendo. Primero Joey en 2001 por enfermedad, le seguiría Dee Dee en 2002 por sobredosis, y en 2004 Johnny por otra enfermedad. Todavía nos emocionamos con el homenaje que le rindieron Pearl Jam en Azkena de 2006 con la gran ‘I Believe in Miracles’ y cómo Eddie Vedder dijo que era una de las mejores personas que había conocido. Tommy también fallecería en 2014, y al igual que Joey y Johnny por enfermedad.

Luego supimos que la relación entre Joey y Johnny estaba rota desde 1979 y que había sido por la que sería la mujer de Johnny. Joey compuso sobre la cuestión ‘The KKK Took My Baby Away’, casi nada, y es que Johnny era un conservador confeso y Joey militaba en el lado contrario. Como decíamos, Ramones no tuvieron el éxito que merecían, incluso hubo un momento en el que se señaló que ‘Hungry Heart’ de Bruce Sprinsteen era para ellos pero que el Boss se lo pensó mejor después del éxito de Patti Smith con ‘Because the Night’. Los Ramones influyeron en muchísima gente, hay discos de tributo, versiones, etc. Y hay también recopilatorios muy recomendables, yo me quedo con el completísimo Hey! Ho! Let’s Go: The Anthology (1999), un doble con cincuenta y nueve temas y un libreto cuidadosamente editado. Y tampoco está mal, pero es menos completo, Loud, Fast Ramones. Their Thougest Hits (2002). Son tantas las grandes canciones de los Ramones que la lista se quedaría corta, hemos señalada algunas, pero los Ramones son parte de la historia del Rocl & Roll y siempre es un buen momento para disfrutar de sus canciones, bailar con ellas, gritar y saltar. Todo el mundo: ‘Hey! Ho! Let’s G0’.