REM llegan a Warner con «Green»

Para la mayoría del gran público REM existen a partir de Out of Time (1991), cuando el hit «Losing my Religion» les puso en el mapa. Pero los de Athens (Georgia) ya eran unos veteranos que, a lo largo de toda la década de los ochenta, se había forjado una reputación en el circuito independiente norteamericano a partir de su presencia en radios universitarias y otros canales más underground. Michael Stipe, Peter Buck, Mike Mills y Bill Berry eran unos veinteañeros cuando fueron cimentando su carrera en la independiente I.R.S., primero irrumpiendo con un ya clásico Murmur (1983) a los que seguirían otros cuatro discos que culminarían con Document (1987), ya con Scott Litt en la producción, que sería el encargado de esa labor durante los siguientes discos hasta finales de los noventa, cuando se convirtieron en el paradigma de lo indie y alternativo ascendido al mainstream. Un legado tremendo de Rock and Roll aderezado con toques de Power Pop y Garage, además de algunos matices más Folk que se ampliarían en su siguiente etapa. Grandes canciones como «The One I Love», «Is the End of the World as We Know It (And I Feel Fine)», «(Don’t Go Back to) Rockville», «Radio Free Europe», entre otras muchas y, de hecho, no son pocos seguidores los que consideran que esos años fueron los mejores de REM. No cabe duda que eran una banda mucho más directa y que luego su sonido iría suavizándose aunque uno, que es muy seguidor de REM incluso en sus momentos más bajos, no tiende a sacralizar una etapa u otra. Pero, volviendo a mediados de los ochenta, los discos de REM entraban en las listas de éxitos (Document superó el millón de copias) aunque no en los puestos más altos, obviamente, y no cabe duda que habría una importante pugna entre las distintas majors por hacerse con los servicios de la banda, cuando todo estaba a punto de estallar en la dirección del Grunge, muchas de cuyas bandas reconocerían la influencia de REM, Cobain incluido.

Fue Warner la que firmó a REM una vez que el contrato con I.R.S. terminó, mostrándose también disconformes con la distribución que contaban desde dicha independiente. I.R.S., en los siguientes años, publicó varios recopilatorios de la primera etapa de los de Georgia, aprovechando el tirón que consiguieron en la primera mitad de los noventa, cuando muchos pensaron que Out ot Time era su primer disco. REM permanecerían en Warner toda su carrera y en 1994 firmarían el contrato más alto con una discográfica hasta la fecha, aunque esa es otra historia y tenemos que regresar a Green, del que ahora se cumplen treinta años. En Green, REM siguen con su evolución hacia sonidos más épicos que alcanzaría su cima en Drive (1992), y es un disco que combina canciones que siguen con el canon de los trabajos anteriores hasta otras de carácter más Folk, que ya estaban presentes, pero con la incorporación de instrumentos como la mandolina que aquí alcanza un importante protagonismo en algunos temas, y que anticipa su uso en «Losing my Religion». Pero vayamos con el disco.

«Pop Song 89» es un gran comienzo, un tema con sonidos melódicos y en el que destaca el uso de las guitarras. «Get Up» comienza con uno tono más oscuro, unos coros como de letanías pero luego suena de nuevo a lo que se podía esperar de REM, con unas guitarras más contundentes. En cuanto a «You Are the Everything», es un tema donde la mandolina ocupa el primer lugar, casi es la única presencia instrumental, junto con el acordeón, y es una preciosoq canción en el que también emplean el juego de voces, aunque a mitad del tema crece en intensidad. Uno de los momentos más destacados del disco es «Stand», tremendo tema de Pop que comienza con ese sonido del del carro de los helados, un tema adictivo que tiene también una gran fuerza y que es cantada sin contemplaciones. Hay que recordar que «Stand» era el tema de cabecera de la fantástica serie Búscate la vida a la que muchos nos hicimos adictos a comienzos de los noventa, Chris Petterson y compañía, cuando la emitieron por Canal +. El tema alcanzó un importante éxito en Estados Unidos y el single se colocó entre los diez primeros.

«World Leader Pretend» es otro de los momentos más destacados del disco, una canción con un tono oscuro y melancólico, con esas cuerdas de fondo, el pedal steel, el leve contrapunto de las castañuelas, que contrastan con una sección rítmica poderosísima, y que cuenta con una letra un tanto críptica. «The Wrong Child» retorna al punto más Folk, presencia protagonista de la mandolina y tema con un punto espiritual, de nuevo sin apenas más instrumentación y con Stipe desgañitándose al final. Por su parte, «Orange Crush» es puro REM, una de sus mejores canciones, fuerza y rabia a través de la batería de Berry y de la guitarra de Buck, otra letra críptica y abierta a diferentes significados. El tema se colocó en el número 1 en Estados Unidos, el primero de su carrera. «Turn You Inside Out» por su parte es también característico de REM, caracterizado por las guitarras y por una cierta oscuridad, con Stipe cantando de nuevo con gran fuerza y con Mills dando la réplica.

En «Hairshit» siguen con la dinámica del disco, retornan a la parte más intimista con un tema precioso de corte más nostálgico. El cierre es para «I Remenber California», otra canción muy lograda en la línea de sus discos anteriores, protagonismo de nuevo para las guitarras y un tema en el que el peso cae en la forma de cantar de Stipe, sin olvidar la batería de Berry. Hay un tema oculto, «Untitled», que es más ligero, con un punto claramente Pop, en el que cantan Stipe y Mills, y que es una agradable sorpresa para cerrar el disco.

Green llegó a vender cuatro millones de copias, y casi llegó a entrar entre los diez primeros del Billboard norteamericano, además de haber dado a REM su primer número 1 con «Orange Crush». Un disco de notable alto que sigue sonando de maravilla treinta años después y que sería el preámbulo de lo que vendría unos años más tardes, cuando su impacto ya sería global. La evolución de REM seguía su camino hasta convertirse en una de las bandas más importantes del mundo, pero esa es otra historia.