Nick Cave & The Bad Seeds, ‘Skeleton Tree’

skeletontreeportadaAnte un suceso trágico y repentino en nuestras vidas se puede reaccionar de muchas maneras, pero es imposible saber cuál será la que escojamos (o nos escoja) cada uno a la hora de enfrentarnos a la nueva realidad. En julio de 2015 moría Arthur, el hijo de 15 años de Nick Cave, tras caer por un acantilado de la localidad inglesa de Brighton, y la vida del músico australiano daba un vuelco. Ante tan difícil situación la reacción de Cave no podía ser más valiente ni más generosa: exponer su duelo a través del documental ‘One More Time With Feeling’, obra del estadounidense Andrew Dominik, y mostrar el proceso de elaboración de este ‘Skeleton Tree’ que ahora nos ocupa.

‘Skeleton Tree’ nos muestra a un Nick Cave por momentos desvalido, en otros redimido, en otros desorientado, al que le cuesta encontrar la belleza y la contundencia a que nos tenía acostumbrados y que, en su disco más breve y austero en muchos años, desnuda completamente su drama. Acompañado en un plano más apartado de lo habitual por los Bad Seeds, y especialmente arropado por Warren Ellis, la música suena solemne al servicio de una lírica que estremece en muchos de sus versos. Apenas entonadas, si no recitadas en su mayoría, las letras son las protagonistas frente a unas melodías casi inexistentes y una instrumentación que crea atmósferas en las que sobresalen los teclados (piano, wurlitzer, sintetizador) y el acompañamiento puntual de los coros.

La apertura con Jesus Alone ya nos alerta de la intimidad en la que nos adentramos, con su poética desamparada en una textura densa y oscura. En Rings Of Saturn continúa recitando el dolor y su costosa aceptación bajo unos primeros matices que aporta la discreta electrónica y Girl In Amber es aún más difícil y opaca, despejada y con apenas una aportación de los teclados. Intensa e inquietante Magneto, con una textura y un piano carente de melodía, al igual que en la pesimista Anthrocene, cargada de ruido y percusión.

Canta Cave desde la profundidad de la herida en I Need You, la más autobiográfica y desesperanzada de todas; eleva el tono de su voz y sus componentes (percusión, coros, teclados) parecen avanzar hacia la armonía, al igual que en Distant Sky, a la que la voz de la soprano danesa Else Torp aporta una necesaria dulzura y que, como en el cierre con la canción que da título al disco, dejan entrever algo parecido a la paz a través de unas melodías tímidas y sobrias que no incluyen ornamento alguno.

Se puede interpretar este trabajo como la narración de un luto, la travesía por un dolor, de inútil alivio, que desde la derrota avanza hasta el necesario descanso. Al igual que el disco póstumo de Bowie, este ‘Skeleton Tree’ asombra por una verdad que humaniza al mito, por unas composiciones austeras que, al servicio de las letras, transparentan el alma rota de su autor. Un ejercicio de enorme valor artístico que, sin duda, es digno de admiración y agradecimiento.

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UV Ultravioleta, ‘Humanos’

violetahumanosDe tierras aragonesas, concretamente de Zaragoza, llega el trío UV Ultravioleta con su segundo EP, este fantástico Humanos que recomendamos. UV Ultravioleta se encuadra en el ‘indie’ pero con categoría. Son sólo cinco temas que nos dejan con ganas de mucho más tras degustar este segundo EP de los maños. Por momentos encuadrados entre la línea que va a de Vetusta Morla a Supersubmarina, culminan decantándose en mi opinión por los primeros, tanto por un cierto tono épico de su música como por cierta tendencia críptica en sus letras. Además, su sonido alcanza su personalidad con esas guitarras y la sección rítmica de fondo pero determinante, sin olvidar tampoco una voz que lleva las canciones a otro estadio.

Como decíamos, sabe a poco este EP, cinco temas que son cuatro ya que ‘Bitácora’ funciona como un interludio lírico al final del disco. El inicio es trepidante con ‘El país de nunca sabrás’ que ya nos presenta sus credenciales en forma de un tema épico, una letra interesante y un estribillo contundente, un tema que se enlazaría con un sonido más cercano al de Vetusta Morla. ‘Baile para dos’ sigue en esa senda, una canción que va in crescendo, un tema con mucha fuerza donde UV Ultravioleta demuestran que saben a lo que están jugando. ‘Humanos’ es el mejor tema de todo el EP, una canción donde dejan de lado algunas de las características de los dos primeros temas, tiene un punto más Pop, destacan también las guitarras y no pierden la épica, también sobresaliendo una letra muy conseguida. El final del EP, tras ‘Bitácora’, es para ‘Pasajeros sin lugar’, buen título, con la novedad de las dos voces en parte del tema, otra canción que se decanta también hacia un Pop más luminoso y con otra letra que, sin perder ese punto oscuro, se encuentra entre las más destacadas.

Nos apuntamos este nombre para seguir, UV Ultravioleta, esperemos verlos pronto verlos en tierras riojanas porque este segundo EP, Humanos, nos ha convencido, y mucho.

Steve Gunn, ‘Eyes on the Lines’

homepage_large-daa34689Otro de los discos que teníamos pendientes para este comienzo de curso es de Steve Gunn, cantautor de Pensilvania que se mueve en la órbita de uno de los grandes nombres del Indie como el Kurt Vile, formando parte de The Violators. La trayectoria de Gunn es muy larga, lleva ocho discos en solitario desde 2007, así como otros seis en colaboración, incluido uno en 2015 con el propio Kurt Vile. El sonido de Gunn encajaría en ese modelo de cantautor indie del que Vile sería el máximo exponente, pero Gunn suena más vital y menos afectado, aunque tampoco vayamos a exagerar, y tiene un punto más Folk. La voz de Gunn tampoco es su punto fuerte, como en el caso de Vile, que se soluciona con sus melodías. Además, también hay que destacar una mayor presencia de las guitarras. Sí que se le puede poner otro pero a Gunn como es una cierta monotonía en sus temas, aunque es un estilo propio.

El comienzo del disco es con una de sus mejores canciones, ‘Anciente Jules’, un tema que muestra sus credenciales y que se va animando a medida que avanza, destacando las guitarras con un punto psicodélico al final, que aparecerá en otras ocasiones. ‘Full Moon Tide’ tiene un punto más Pop en su comienzo, que luego se torna más rockero, y al que incluso se le podría achacar un tono más alegre. Menos conseguido resulta ‘The Drop’, donde Gunn se vuelve más intimista y ensimismado (aunque no tanto como Vile), y que no acaba de funcionar de la misma manera que los temas anteriores, a pesar de que al final del tema le mete las guitarras. Retoma la senda del comienzo del disco con ‘Conditions Wild’, una canción que crece con las escuchas y que cuenta con guitarras más alegres, pero que tampoco alcanza el nivel de las dos primeras. A medio camino se queda el medio tiempo intimista ‘Nature Driver’, que demuestra que Gunn se mueve mejor en otro tipo de temas.

Un de los mejores temas del disco es ‘Heavy Saivs’, de nuevo con el toque personal de Gunn y esas guitarras omnipresentes. Pero en ‘Night Wander’ vuelve a ofrecer la otra cara de la moneda, una canción más insustancial donde quiere darse un aire más trascendental enroscado en guitarras más atmosféricas. Sin embargo, Gunn se recupera con ‘Park Bench Smile’, el mejor tema del disco, con ese sonido de la batería que se asemeja al traqueteo de un ferrocarril o el fraseo del propio Gunn, es una canción muy vital y las guitarras del final suponen un colofón fantástico. El cierre es para ‘Ark’, que al comienzo se aleja de sus parámetros con la acústica y la voz de Gunn más apagada aunque al final no puede evitar regresar a las guitarras.

Eyes on the Lines es un disco apetecible que tiene un punto de monotonía e irregularidad que se ve superado por algunas canciones tan redondas como ‘Park Bench Smile’, y que al menos no tiene esa melancolía tan abrasiva de Kurt Vile, que también nos gusta mucho, pero los temas de Gunn dejan respirar bastante más.