4. La Habitación Roja: «La segunda oportunidad» de «Fue eléctrico» (2012)

imagesEn 2012, La Habitación Roja dio un salto cualitativo con  «Fue eléctrico». Tras muchos años de discos notables, de ganarse el reconocimiento de la crítica y de una base de seguidores minoritarios, «Fue eléctrico» les sitúo a la cabeza de esa categoría llamada «indie», que funciona como un planeta extraño dentro del mainstream de la música española. «Universal» de 2010 ya había supuesto un ascenso en ese camino, con esas guitarras potentes pero sin perder de vista a la melodía, y con unas letras duras y en no pocas ocasiones depresivas. «Fue eléctrico» es un disco sobresaliente, con numerosas canciones relevantes, y con unas letras que van del amor al desamor, a los recuerdos y a unas miradas al futuro ambivalentes.

«La segunda oportunidad» es la canción más destacada del disco y una de las que más nos han emocionado en estos dos años. Una canción con un muro de guitarras apoyado por una sección de cuerdas y una batería que va marcando el ritmo. Pero donde la canción te llega al alma es en la letra, una letra maravillosa de Jorge Martí, cabeza visible de La Habitación Roja, unos versos que te ponen la carne de gallina, un recuerdo de lo vivido, una mirada hacia atrás, una reflexión sobre esos tiempos pasados que, en nuestras generaciones, parecen tan cercanos pero no lo son. Para algunos será banal, incluso naif, pero para nosotros no: «Todo lo haría otra vez para volverte a conocer».

05. Josh Ritter: «A Certain Light» de The Beast in its Tracks (2013)

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Lento pero seguro Josh Ritter ha ido labrándose una carrera en la que se acumulan las pequeñas canciones memorables, especialmente en su último disco (The Beast in its Tracks), un trabajo de mínimos arreglos, casi en acústico, repleto de composiciones frágiles como el matrimonio que se le acababa de romper al propio autor de Idaho.

A Certain Light es un tema positivo que trata sobre el amor reparador, ese que llega para barrer el dolor cuando ya la esperanza se empieza a retirar. Con apenas dos guitarras acompañando a su interpretación vocal, con un estilo que por momentos recuerda a una canción de Harry Nilsson, y la discreta aportación de unos teclados, Ritter nos ofrece una melodía tan sencilla como hermosa en la que nada falta ni sobra.

 

6. Jack White: «Freedom at 21» de «Blunderbuss» (2012)

índiceA diferencia de 2013, 2012 fue un año regular en cuanto a las novedades discográficas. Una de las más destacadas corrió a cargo del hiperactivo Jack White, que debutaba en solitario con «Blunderbuss», tras haber protagonizado durante más de una década una revisión y puesta al día del rock garajero, el blues, el rock clásico y otros aspectos con The White Stripes, The Raconteurs, The Dead Weather, y diversas producciones y colaboraciones, además de fundar su propio sello discográfico, Third Man Records. Había muchísima expectación por ver qué hacía Jack en solitario, sin duda uno de los iconos de rock de comienzos del siglo XXI. Y no decepcionó con «Blunderbuss», donde nos remite más a The White Stripes que a otras aventuras, con sus señas de identidad intactas: esas guitarras que jalonan todo el disco y esas baterías potentes. Además, todo el disco está vinculado en sus letras al momento personal que vivía White con su convulso divorcio de la modelo británica Karen Elson.

«Freedom at 21» es un ejemplo perfecto de este disco y de la situación, es una canción que desgrana amargura y reproches a través de un ritmo machacón, con unas guitarras marca de la casa que deslizan la canción y una voz de Jack sacada casi de una película de terror. Y, a juzgar por la letra, eso debía ser su relación: «She does what she wants to me», «No responsability, no guilt or morals, cloud her judgement», «And she don’t care that what she does has an effect on you», «Made me walk on salt, Take me down to the police». Ahí es nada, aunque tampoco nos creemos que el bueno de Jack sea un santo.