Danny & The Champions Of The World, «Stay True»

DANNYstay-trueOtro tremendo disco que rescatamos de 2013, y que agradecemos de nuevo su descubrimiento a nuestro querido amigo Fernando Navarro (¡gracias, maestro!). Danny & The Champions of the World es una banda angloaustraliana que el año pasado publicaban su cuarto disco de estudio, «Stay True». Su nombre es literario ya que procede de la obra del escritor británico Roald Dahl, «Danny, The Champion of the World». Liderada por Danny George Wilson, Danny & The Champions of the World, pertenecen a ese amplio grupo de bandas y artistas que se merecerían un mayor reconocimiento, pero cuyas propuestas quedan en un segundo plano. En «Stay True» realizan un trabajo soberbio, mezclando el folk, el soul, y el country, pasándolo por un tamiz muy británico. Es un disco nostálgico y melancólico, donde aparecen vientos, pedal steel, mandolinas, y coros sugerentes. También enlazan con el cancionero norteamericano de Tom Petty o Bruce Springsteen, pero a nosotros nos recuerda a los trabajos de Van Morrison, antes de poner el piloto automático hace más de una década.

El comienzo ya es de diez, con una canción redonda, «(Never Stop Building) That Old Space Rocket», de letra para enmarcar. Le sigue un tema que mezcla el country y el soul como es «Cold Cold World», medio tiempo de altura. En «Stop Thief!» continua por el mismo sendero, pero ahora es la voz de Danny la que nos remite a los viejos cantantes de soul, y el órgano se enlaza con el pedal steel. «Darlin’ Won’t You Come In From The Cold» es más soul. En «Other Days» sigue con los medios tiempos, esta vez con la sección de viento a tope. Y «Breaking Out» es un tema más country, con presencia de banjo incluida, que retomará más adelante.

«Stay True» es, curiosamente, el tema menos inspirado, mezclando el soul y el country. «Been There Before» es de las mejores composiciones, que crece con el pedal steel, y en la que destacan los coros de Rosalie Deighton. «Talkin’ About The Weather» es otro de los temas esencialmente country, con el banjo de nuevo en primer plano. En «Let’s Grab This With Two Hands» retorna al soul más clásico y culmina el disco con «Time Again», otro medio tiempo que mantiene el elevado nivel del disco.

Amigo Van, escucha a Danny & The Champions of the World, y retoma la senda que abandonaste, ya que dejaste de construir el cohete espacial.

Brendan Benson: «You Were Right»

Brendan Benson_You Were Right

No ha llegado a los dos años lo que Brendan Benson ha tardado en entregar una nueva colección de canciones, menos de lo que nos tenía habituados, pero desde que creó su propio sello (Readymade Records) para la grabación de su anterior disco parece haber dejado atrás sus problemas con las productoras. Lo cierto es que nunca ha tenido el éxito de cara el cantautor de Detroit pese a que su indudable talento para las melodías pop le ha llevado a componer excelentes trabajos como The Alternative to Love (2005) o My Old Familiar Friend (2009), además de su papel fundamental como autor junto a Jack White de muchas de las canciones de The Raconteurs, banda que le ha llevado a alcanzar sus mayores cotas de éxito.

En este séptimo disco de estudio vuelve a ofrecer lo que mejor sabe hacer; puro y enérgico power pop americano destilado a partir de las más variadas influencias y presentado en gemas de apenas tres minutos, algo que nos suena de sus anteriores trabajos y que parece hacerle sentir cómodo, pese a no haberle conducido a grandes cotas de éxito. De hecho en You Were Right deja atrás en cierto modo la producción más cargada de What Kind of World, su anterior disco, y retoma los arreglos sencillos y directos.

Acompañado de una banda de lujo que incluye a los ex-Posies Jon Auer y Ken Stringfellow o al teclista Dean Fertita (QOTSA, The Raconteurs), Benson ha ido presentando varias de estas quince canciones en formato de singles antes de añadirles alguna revisión de temas antiguos y reunirlas en este disco que arranca con aires de Tom Petty (It´s your Choice) para continuar con el pop más luminoso  de As of Tonight o Rejuvenate Me hasta el inconfundible sabor americano de Diamonds o Long Term Goal  pasando por los vientos soul de I Don´t Wanna See You Anymore o el reggae de I´ll Never Tell. También hay lugar para los ecos de los Beattles en She´s Trying to Poison Me o en The Fritz, el power pop más característico (Purely Automatic), los juegos vocales de New Words of Wisdom y el cierre más rockero de Red White and Blues.

En conclusión; un disco variado y sin altibajos que no va a sorprender a los que conocen su trayectoria y que incluye grandes melodías que probablemente no auparán a Benson a las listas de éxitos, algo que no parece formar parte de las sencillas aspiraciones de este músico que ya cuenta con el reconocimiento mayoritario de la crítica.

 

Bruce Springsteen, «High Hopes»

High_Hopes_album_Bruce_SpringsteenPrimera gran novedad de 2014, y no es otra que el 18º disco de estudio de Bruce Springsteen, «High Hopes». No estaba en la agenda, pero aquí está. Y a nosotros, que somos muy de Springsteen, nos tenía un poco mosqueados. Porque no es el disco al uso, al contrario, está formado por versiones, revisiones de temas anteriores y descartes de las grabaciones de entregas como «The Rising» (2002) o «Working on a Dream» (2009). ¿Qué necesidad tenía de hacerlo?, pues creemos que Bruce trata de abarcar todo lo que puede, o es una jugada comercial (la opción que menos nos gusta), o como dice Diego A. Manrique, es un capricho. En el disco también destaca la presencia en siete temas del nuevo amigo de Springsteen, el virtuoso de la guitarra Tom Morello (Rage Against The Machine, Audioslave), ya presente en las grabaciones de «Wrecking Ball» (2012) y sustituto de Steve Van Zandt por sus compromisos televisivos en la gira australiana de este disco. Además, en gran parte de las canciones también hay una sorprendente producción, a cargo de Ron Aniello, con más intensidad que en «Wrecking Ball» y donde aparecen programaciones, juegos con las voces, etc., aspecto también muy comentado e incluso cuestionado.

A estas alturas, las expectativas de los nuevos discos de Springsteen dependen del grado de fervor de su nutrida parroquia. Siempre hay apuntes y elementos de calidad, pero no es menos cierto que nos encontramos ante un disco menor e irregular, aunque ofrece algunos destellos interesantes. Lo primero, la presencia de las revisiones de «American Skin (41 Shots)» y de «The Ghost of Tom Joad». La primera, grabada en su momento en directo, ha generado una cierta polémica entre algunos críticos, y a nosotros nos ha dejado fríos. En cuanto a la segunda, pues Springsteen la acelera y con Morello sacudiendo la guitarra, como en todas las canciones en las que interviene, alcanza una nueva dimensión, que tampoco resolverá la duda de cuál es mejor. A nosotros, nos ha gustado la revisitación, pero ni mucho menos renunciamos a la emotiva e intensa versión original.

En cuanto a las versiones, Springsteen tiene un buen detalle al acordarse de temas, alguno ya interpretado en directo, de grupos alejados del mainstream y demás. Así, el «High Hopes» de Ledfoot cuando formó The Havalinas, «Just Like Fire World» de The Saints, y «Dream Baby Dream» de Suicide son buenas versiones, a nosotros nos ha convencido la que más «Just Like Fire World», que Springsteen lleva a su terreno.

Y del resto, pues de todo, con canciones que nos recuerdan a la efervescencia que vivía en «Wrecking Ball» y otras más intimistas. «Harry’s Place», «Down in the Hole» y «Hunter of Invisible Game» no nos acaban de llamar mucho, por cierto que la segunda fue grabada en tiempos de Danny Federici y Clarence Clemons, los caídos de la E Street Band. El mejor tema es «Heaven’s Wall», con ese inicio de coro góspel, y esa fiesta que vuelve a montar. «Frankie Fell in Love» es el Springsteen de toda la vida, al igual que en «This Is Your Sword», aunque unos peldaños por debajo en la segunda. Y «The Wall» es una canción más desnuda, que remite a su épica institucionalizada, de paisajes profundos y horizontes inabarcables.

En definitiva, nueva entrega de Bruce Springsteen que deja un sabor un tanto agridulce, con grandes momentos y otros no tan conseguidos. Lo que está claro es que este hombre no para, y eso es de agradecer. Eso sí, tampoco le pidamos de nuevo un «Born to Run», un «Darkness on the Edge of Town» o un «The River», incluso un «Nebraska». Eso ya lo hizo, afortunadamente, y que siga en la brecha ya es motivo de alegría.