Blondie y sus años pletóricos

Era el año 1999 y una de las canciones que más sonó en aquellos meses fue «Maria» de Blondie. Ese single procedía de No Exit, el retorno de la banda tras diecisiete años sin sacar un disco nuevo, el último había sido The Hunter en 1982, cuando se separaron y regresaron en 1997. «Maria» era una canción efectista, pegadiza y que se coló en las listas llevando a Blondie a vender más de dos millones de discos. Para varias generaciones, Blondie no nos sonaba apenas, eran tiempos en los que no podías ir a Internet, o pocos podían hacerlo, y ver quiénes eran Blondie. Bueno, sabíamos que era una banda mítica de hacía dos décadas y algunos de sus hits nos sonarían de la infancia y la primera adolescencia. También sabíamos quién era Debbie Harry, que había tenido carrera en solitario y la habíamos visto en algunas películas también como la Hairspray (1988) de John Waters. El caso es que «Maria» devolvió a Blondie a la actualidad pero la esencia de Blondie estaba en su discografía de los años setenta y primeros ochenta, una banda que en ocho años publicó discos esenciales desde la New Wave de Nueva York pero que se abrieron a otros estilos, siendo muy eclécticos al incorporar la música Disco, el Rap, el Reggae, etc. De 1974 a 1982 publicaron seis discos con algunos tan destacados como el clásico Parallel Lines (1978). Esos ocho años, con Harry como icono, Chris Stein, Clem Burke, los tres miembros originales que permanecen en la formación, Jimmy Destri, Nigel Harrison, junto a otros músicos que fueron pasando por la banda, se convirtieron en referentes de una época y un lugar junto a Talking Heads, Ramones, Television, etc. De gran influencia, Harry fue una figura femenina de primer orden, liderando una banda de Rock, y su huella se deja ver de Madonna a Gwen Stefani. En este recopilatorio, optan por mezclar las canciones, comenzando por todos los hits, con especial presencia del Parallel Lines, mientras que The Hunter se queda con un tema (es el disco peor valorado del periodo) y Autoamerican (1980) con dos. Hay que decir que con estos dos discos se visibilizaba que la dirección de la banda no parecía tener un futuro muy claro, y más cuando la propia Harry había debutado en solitario en 1981 con KooKoo, un disco producido ni más ni menos que por Nile Rodgers y Bernard Edwards, o sea Chic. El Greatest Hits que nos ocupa fue publicado en 2002, aprovechando el tirón del éxito de tres años con «Maria» y recuperan sus grandes clásicos, con diecinueve canciones que muestran el repertorio de una banda que marcó una época.

El comienzo es arrollador ya que deciden tirar de sus cuatro grandes hits, de golpe y seguidos. Primero, «Dreaming», una maravilla de la New Wave, una canción de Power Pop con una batería imponente y la voz de Harry imbatible. Luego llega «Call Me», fuerza y garra con esos sintetizadores marca de la casa de Giorgio Moroder, con Harry compositor de la canción y también productor, sonido Disco mezclado con guitarras y Rock, que apareció en la banda sonora de American Gigolo (1980). «One Way or Another» nos muestra otra canción de Power Pop en la que Harry canta de forma arrolladora y con ese sonido de guitarras que se te clava. Y «Heart of Glass» es una canción Disco con un bajo Funk en la que incorporan las guitarras, junto con una Harry que cambia el registro vocal. Cuatro grandes hits que prácticamente cualquier aficionado a la música reconoce. También lo es la versión de «The Tide Is High» que hacen suya, con un sonido Reggae y en la que también destacan los vientos. «X Offender» corresponde a su debut del disco Blondie (1976) y es un Rock más clásico, igualmente precursor de la New Wave.

«Hanging on the Telephone» es otra versión que llevan a su terreno, una canción de Power Pop que también cuenta con un punto Punk en su urgencia. «Rip Her to Shreds» tiene un lado más oscuro, también de su debut, hay desparpajo y un estribillo que se te clava. Tremenda es «Rapture» con la que vuelven a demostrar que sabían sumarse a las tendencias, en este caso una canción de nuevo Disco con elementos del Funk y con vientos incluidos. «Atomic» es otra gran canción, de nuevo sonido Disco con las guitarras incorporadas. En «Picture This» también demuestran la vertiente que tenían sobre el Rock & Roll y el Pop primigenios, de los años cincuenta y sesenta, con un punto épico incluido. Más claro se ve en «In the Flesh» en la que hay unos coros fantástico y Harry canta con mayor sensualidad. Las reminiscencias sesenteras se ven acentuadas en «Denis», versión de un tema de Doo-Wop, «Denise» de Randy & The Rainbows que Blondie llevan a su terreno Pop.

«(I’m Always Touched By Your) Presence, Dear» es una canción compuesta por el bajista Gary Valentine y es más canónica de la New Wave. «Union City Blue» tendría un tono más pesado y Harry canta de forma apasionada. En «The Hardest Part» demuestran de nuevo su eclecticismo, hay vientos, sonido Disco, un bajo Funk, batería Punk, guitarras, etc. «Island of Lost Souls» es la única canción de su disco de 1982, ya señalado, una canción curiosa, un Calypso que tiene un tono veraniego y con una Harry que vuelve a cambiar de registro en su forma de cantar. En «Sunday Girl», otro tema del Parallel Lines, aparece de nuevo el tono de Pop de los sesenta aunque las guitarras son más poderosas. Y el cierre es para la señalada «Maria», única canción de su retorno de 1999, compuesta por Jimmy Destri, que es un hit irrenunciable, por mucho que nos acabase cansando y que cuenta con un estribillo adictivo, y con una Harry cuya voz es más madura.

Desde entonces, Blondie han seguido en activo y han publicado cuatro discos más que van desde The Curse of Blondie (2003) hasta Pollinator (2017). Estos meses también salieron las memorias de Debbie Harry, que en España han sido editadas por Libros Cúpula. Bajo el título De cara, recibieron críticas dispares. Pero Blondie es una de esas grandes bandas que siempre es necesario recuperar. Una banda que, como hemos comentado, supo estar en el momento y el lugar adecuado, construirlo, y adaptarse.