El universo melancólico de Elliott Smith

En nuestra sección de recopilatorios, hoy toca acercarnos a uno que promete lo que dice el título. Y es que An Introduction to…Elliott Smith de 2010 ofrece una pequeña muestra del talento de un cantautor de carrera corta y trayectoria compleja. Catorce canciones que son pequeño muestrario de sus cinco discos de estudio y de los dos que salieron tras su fallecimiento en 2003. Pero, vayamos por el principio. Smith encarnaba el ejemplo de artista «torturado», una etiqueta que siempre se aplica a artistas con estas trayectorias, con tendencia a la depresión y a la autodestrucción vía las drogas, el alcohol, etc. Su muerte, lo más seguro un suicidio aunque nunca fue determinado claramente, supuso un gran impacto en el mundo de la música por el talento que atesoraba. Sus canciones intimistas, Folk, acústicas, con letras en ocasiones durísimas, influenciado por Dylan y comparado, inevitable y lógicamente, con un mito como Nick Drake, habían calado hondo en el mundo «indie». Sin embargo, su mayor visibilidad vino marcada por la nominación al Óscar por «Miss Misery» en 1998, perteneciente a la película El indomable Will Hunting de Gus Van Sant. Aquel año, el Óscar  la mejor canción fue para «My Heart Will Go On» interpretada por Celine Dion en Titanic. Recuerdo ver aquella ceremonia de madrugada y lo cierto es que Smith no pegaba nada allí. La carrera de Smith fue creciendo con sus discos y el tercero, Either/Or (1997) pudo ser su punto más elevado. Este hecho le llevó a fichar por DreamWorks, publicando XO en 1998 y Figure 8 (2000), todo esto en medio de una vida personal complicada. Tras su fallecimiento, en 2004 salió su disco póstumo From a Basement on the Hill que, como suele ocurrir en estos casos, alcanzó mayores ventas. Luego, en 2007 llegaría el disco doble New Moon, con canciones inéditas. Sin llegar a los niveles de un Drake o un Jeff Buckley, Smith ha sido siempre muy reconocido y recordado, aunque solo cuenta con la recopilación que comentamos hoy, publicada en 2010 por Domino. Un disco corto para ser un recopilatorio, catorce canciones que se reparten entre las cinco de Either/Or; las dos de From a Basement on the Hill, Elliot Smith de 1995, y New Moon); y una referencia del debut de 1994 con Roman Candle, de XO y de Figure 8. Sin duda alguna, esto nos permite un disco prácticamente inmaculado, lo mejor de lo mejor.

Para empezar, «Ballad of Big Nothing», una canción acústica impresionante a la que le da un toque alegre y preciosista, curiosamente. Sigue la melancólica «Waltz #2 (XO)» que se mece en un piano tremendo y en su forma de cantar, así como en sus arreglos. «Pictures of Me» es enorme, una canción Pop en la que incorpora vientos, una maravilla. «The Biggest Lie» es un tema acústico, muy Folk y minimalista, otra delicia. Y qué podemos decir de «Alameda», ese comienzo con la batería que da paso a una melancolía inconmensurable con la guitarra acústica de protagonista junto con la forma doliente de cantar de Smith. Rebaja el tono de su voz en «Beetween the Bars», acústica y sombría, que da paso a «Needle in the Hay», que sigue la misma textura aunque es una canción anterior.

La segunda mitad del disco comienza con «Last Call», una de sus mejores canciones, un tema Folk bajo la sombra de Dylan, cambiando el tono de su voz. «Angeles» es preciosa, otra canción minimalista y acústica, destacando de nuevo el tono de su voz. «Twilight», la primera de su disco póstumo, es más compleja, tiene arreglos orquestales aunque combinado con el tono acústico, siendo una maravilla, una de nuestras favoritas. Del mismo disco es también la sobresaliente «Pretty (Ugly Before)», de nuevo más Pop en los arreglos y con un piano y guitarras más contundentes. «Angel in the Snow» retorna a los sonidos más acústicos y sombríos. Y aparece «Miss Misery» aunque en una versión temprana, totalmente acústica, que fue publicada en New Moon, todavía más triste que la versión que salió cerrando la película de Van Sant. El cierre es para «Happiness» que apareció diferente en Figure 8 y que aquí se muestra en la misma línea que las anteriores, una delicia Pop que aporta una luminosidad en su sonido.

No sabemos qué habría resultado de la carrera de Elliott Smith. No cabe duda que su sonido se iba complejizando y alcanzando otras cotas, menos acústicas y Folk y más Pop, aunque casi siempre con ese tono melancólico y triste. Sirva este artículo como un homenaje para uno de los artistas más interesantes de su generación que dejó una gran huella y cuyas influencias se dejan notar en artistas coetáneos y posteriores.