El eclecticismo de Talking Heads

Si hace unas semanas en Los Restos del Concierto nos acercábamos a una recopilación de las mejores canciones de Blondie, toca hacerlo ahora a otra banda representante de la New Wave y de la efervescencia de ese New York de la segunda mitad de los setenta del siglo XX, aunque con un recorrido muy destacado en la década de los ochenta. Hablamos, obviamente, de Talking Heads, la banda liderada por David Byrne y formada por Chris Frantz, Tina Weymouth y Jerry Harrison. Talking Heads fueron también representantes del sonido de ese periodo y escena y luego evolucionaron hacia un eclecticismo mayor con una fuerte presencia de lo que sería considerado como «World Music» o el «Worldbeat». El caso es que este hecho les ha supuesto siempre, especialmente a Byrne, el estar bajo sospecha por una suerte de «apropiación cultural» en términos actuales y posmodernos, que sería más evidente en la carrera en solitario de Byrne. Ciertamente, la carrera de Talking Heads cuenta con numerosos temas que son clásicos y su influencia llega hasta la actualidad, grupos como Vampire Weekend, entre otros, por ejemplo no podrían existir sin Talking Heads. A mí siempre me pareció David Byrne como un tipo muy estirado, la verdad, no le tenía mucha simpatía, reconociendo sus grandes discos y trabajos. Vamos a esta recopilación de 2004 titulada The Best of Talking Heads que se presenta en orden cronológico, sin novedades. Un disco de los de «hacer caja» de las discográficas ya que la banda no existía desde hacía unos años, habían girado sin Byrne en la segunda mitad de los noventa, pero en 1991 tuvo lugar su separación con un Byrne que decidió dejarlo.

Comienzan con su single «Love Bulding on Fire» que tiene las influencias del Soul de la Motown con esos vientos tan característicos. Con «Psycho Killer» entramos ya en un clásico del Pop, una canción icónica de la New Wave, con el tono inquietante de Byrne al cantar, ese sonido del bajo, todo un acierto. En «Uh-Oh, Love Comes to Town» realizan otra canción Pop que bebe del Soul y «Take Me to the River» realizan una versión muy sincopada del clásico de Al Green, le dan un tono más experimental que les funciona perfectamente. «Found a Job» es una canción muy bailable y divertida, las guitarras son muy New Wave. En estas dos canciones, de More Songs About Buildings and Food (1978) ya estaba en la producción Brian Eno, pero en Fear of Music (1979), de nuevo bajo la producción de Eno, habrá un salto que se refleja en el tono Funk de «Life During Wartime», otro de sus grandes clásicos reconocibles.

En «Heaven» apuestan por un sonido de Pop más clásico, una balada intensa a la que le darán una pátina de modernidad. Y en «Memories Can’t Wait» hay un punto más oscuro, incluso gótico y Post Punk, angustioso. La evolución, de nuevo con Eno en la producción, sigue con Remain in Light (1980), en donde ya aparecen los elementos del «Worldbeat» y aspectos más bailables. La primera muestra es el clásico «Once in a Lifetime» que bebe directamente del Afrobeat. «Houses in Montion» continua con la experimentación, más eclecticismo si cabe y menos guitarras. Y «This Must Be the Place (Naive Melody)» recupera el sonido Funk y los elementos más étnicos, aunque esta canción ya pertenece a Speaking in Tongues (1983), sin Eno en la producción. «Girlfriend is Better» es otra de sus grandes canciones, un sonido Funk bailable, sin discusión.

Y también enorme es «Burning Down the House», otro clásico, sonido también de influencias Funk pero que cuenta con un mayor peso de los sintetizadores y con una percusión impactante, recordemos la poderosa versión de Tom Jones y The Cardigans muchos años después. «Road to Nowhere» tiene un inicio gospeliano para irse luego hacia el Pop, con una sección de vientos destacada, clave para otro hit. «And She Was» es una canción más ortodoxa y «Wild Wild Life», única referencia al True Stories (1986), es una vuelta a los orígenes de la New Wave para convertirse en otro de sus grandes éxitos. Las dos últimas referencias es para su disco de cierre, Naked (1988), con «Blind» que es un retorno a las influencias de la «Worldbeat», con un sonido Funk al comienzo, junto con vientos y percusiones. Y la última canción es para «(Nothing But) Flowers» en la que tira de sonidos latinos, una muestra del camino que luego abordaría en parte Byrne en solitario.

Seguramente para los fans y expertos en Talking Heads este recopilatorio será muy reducido y parcial, son los grandes éxitos de una banda que tuvo sus grandes momentos e influencias. Nos queda una lista de buenísimas canciones, sin duda alguna.