Las 15 de 2015 de Los Restos del Concierto (del 10 al 6)

Segunda tanda de la quince canciones de 2015 para Los Restos del Concierto. En este caso nos encontramos con debuts fantásticos, veteranos que mantienen la forma a través de discos que se encuentran entre los más destacados del año y alguna sorpresa como la que marcan unos vecinos castellanos.

10. Madisen Ward and The Mama Bear: ‘Silent Movies’

Hay historias que no pueden dejar de conquistarte y una de ellas es el debut de Madisen Ward and The Mama Bear, madre e hijo, con Skeleton Crew, uno de los discos más interesantes del año. Acústico y basado en el Folk más tradicional, la voz de Madisen se pone al servicio de unas canciones intensas y bellísimas, como por ejemplo esta espectacular ‘Silent Movies’, un tema muy animado que te hace quedarte con una sonrisa para el resto del día. Maravilloso tema que no nos cansa de un disco que ya forma parte de esas joyas inesperadas que aparecen de cuando en cuando.

9. Dominique A: ‘ Éléor’

Suena delicada y luminosa esta pieza que da nombre al último disco de Dominique A, una canción que hace virtud de la sencillez. Sostenida sobre una sencilla sección de cuerda clásica y una percusión retumbante y profunda, la voz del cantautor francés nos invita con su habitual carga dramática a acompañarle hasta la pequeña isla danesa de Elleore en una referencia geográfica más de las muchas que utiliza para titular las canciones de su exquisito y viajero último disco.

8. Low: ‘Lies’

Puede que ‘Ones & Sixes’ no sea su mejor disco, lo que sí puede afirmarse es que se trata de su disco más accesible y el menos oscuro, al menos en lo que al sonido se refiere, de cuantos han editado los de Duluth en su extensa carrera. De entre sus canciones cabe destacar el décimo corte, Lies, como el más ligero y fiel a los patrones del pop, en el que su rasgueo de guitarra y un discreto complemento electrónico acompañan a la voz de Alan Sparhawk hasta ser relevada por la de una Mimi Parker que hace que la emoción termine por desbordarse.

7. Leon Bridges: ‘Better Man’

El Soul clásico tiene todos los años apuestas muy interesantes pero sin duda este año ha contado con el debut de un talento como es Leon Bridges. Muy joven, Bridges nos recuerda a Sam Cooke y con un disco que ha sido publicado por una major (Columbia) Coming Home, ha alcanzado el reconocimiento de la crítica. Una voz soberbia y unas canciones sobresalientes, un disco que se hace corto de lo bueno que es, y por encima de todos los temas, y mira que es difícil, sobrevuela la impactante ‘Better Man’, una canción adictiva como pocas de este 2015.

6. La M.O.D.A.: ‘Hay un fuego dentro’

Los burgaleses La M.O.D.A. se convirtieron en una de las sensaciones de 2014 merced a las canciones de su disco ¿Quién nos va a salvar? y su imbatible directo. Claramente influenciados por The Pogues y The Clash, La M.O.D.A. tenía ante sí el reto de no encasillarse y lo superaron con creces con un disco tan redondo como La Primavera del Invierno. Sin perder sus señas de identidad fueron más allá, mantuvieron el altísimo nivel de sus letras, y nos regalaron temas tan profundos como este ‘Hay un fuego dentro’, una canción que se puede aplicar a muchas cosas de la vida y que habla a las claras de la honestidad de esta banda, que estarán en Actual 2016.

Titus Andronicus, «The Most Lamentable Tragedy»

3c501d64Hay cosas que son muy osadas como por ejemplo la que nos ocupa: hacer un disco conceptual en plan ópera rock o punk. Y eso es lo que han hecho la banda de New Jersey Titus Andronicus en su cuarto disco, y que ha conquistado a la crítica. Titus Andronicus lleva una década de carrera y siempre se han caracterizado por asumir ciertos riesgos, el más grande el que afrontan con esta ópera rock que definen ellos como es The Most Lamentable Tragedy. Liderados por Patrick Stickles, su música tiene esa velocidad y garra del punk, y ahí es donde la voz de Stickles aporta esa fiereza, y nos remiten a The Clash en muchas ocasiones. Pero también está un punto esencial en cierto eclecticismo y el camino más evidente es el de los inconfundibles The Pogues. Y no deja de aparecer claramente el sonido del rock más clásico, con esos riffs y esas guitarras que se cuelan en diferentes momentos, incluso las raíces de su paisano Springsteen aparecen. Titus Andronicus no decepcionan, al contrario, y entregan un trabajo que precisa de muchas escuchas, es un disco doble, que fue diseccionado de forma mucho más brillante que lo que podamos hacerlo nosotros por José Sanz Gil-Cepeda en el imprescindible blog El Quinto Beatle en un maravilloso y extensísimo  artículo que no podemos dejar de recomendar. The Most Lamentable Tragedy nos cuenta la historia, escrita por Stickles y que tiene su punto autobiográfico a partir de su psicosis maníaco – depresiva, del viaje de nuestro protagonista, Our Hero, y de su álter ego Lookalike a través de cinco actos y  veintinueve canciones, que parten de esa furia punk que expresa la voz de Stickles y esas guitarras aceleradas y urgentes para llegar a otros temas de corte más rockero.

Como decíamos, no es un disco fácil, y obviamente cae en ciertos momentos en la reiteración, no podía ser de otra manera, pero el conjunto funciona, y muy bien. El inicio es fulgurante con dos temas introductorios que son como dos cañonazos punk, aunque ya avanzan ese matiz más clásico que les lleva en muchos momentos a la épica. ‘No Future Part IV: No Future Triumphant’ y ‘Stranded (On My Owm)’ son dos canciones soberbias, a las que le sigue la notable ‘Lonely Boy’, donde también van a introducir algunos elementos pop. El primer disco no pierde comba, y mezclan temas muy punk y breves, como ‘Look Alive’ o ‘Lookalike’, con otros como ‘Mr. E Mann’, donde también hay lugar para el saxo, como en otros temas. El final es una canción muy épica de casi diez minutos, ‘More Perfect Union’, que se convierte en uno de los temas más destacados de conjunto.

El segundo disco agrupa los otros tres actos, sin alcanzar la brillantez del primero, pero superando el notable con creces. Allí van a destacar un tema también muy extenso, ‘S(HE) SAID / S(HE) SAID’, que acelera muchísimo en su tramo final, así como la fantástica ‘A Pair of Brown Eyes’, la fiereza de ‘I’m Going Insane (Finish Him)’ y las reminiscencias de The Pogues en ‘Into The Void (Filler)’. En el final, la voz de Stickles se convierte en un susurro para acompañarse con una mínima instrumentación, el piano en ‘No Future Part V: In Endless Dreaming’ y el acordeón en ‘Stable Boy’, que nos muestran el final de ese camino de Our Hero y Lookalive.

Disco importante este The Most Lamentable Tragedy, con canciones muy destacadas y un esfuerzo de Stickles y sus Titus Andronicus por ir más allá en este mundo del Rock & Roll, lo cual se agradece. Un disco que, a pesar de lo que pueda parecer, tiene una gran vitalidad, como demuestra este ‘Fatal Flaw’:

Las 15 de 2015 de Los Restos del Concierto (del 15 al 11)

El año pasado inauguramos un nuevo formato para analizar el año que nos deja y fue elegir las quince canciones que más nos habían gustado. Nos convenció y mucho y hemos decidido que para analizar 2015, volvemos al mismo método. Quince canciones que reflejan un año también muy atractivo en lo musical, no numerosas novedades, grandes discos y debuts importantes, de gente que parece destinada a seguir mucho tiempo en este negocio, y se nos han quedado muchísimas fuera. Un 2015 que resumimos en quince temas, una tarea de verdad que muy compleja, y que cada vez se hace más difícil. Del 15 al 11 muestra esa diversidad y se mezclan discos sobresalientes con algún debut muy prometedor.

15. Natalie Prass:’My baby don’t understand me’

Debut tremendo de Natalie Prass de la mano de Matthew E. White y su sello Spacebomb. Un disco que nos llegó allí por la primavera y que comenzaba con esta tremenda canción, ‘My baby don’t understand me’, emotiva y emocionante, una canción bellísima con esa voz de Prass y esa producción soberbia, donde no sobra nada, con esos vientos y esas cuerdas que van creciendo a medida que va avanzando el tema hasta alcanzar un clímax final que es fascinante con ese verso repetido hasta la saciedad, «Our Love Is A Long Goodbye», hasta finalizar en una estrofa de desamor como toda la canción. Natalie Prass lanzó un disco que supera el notable, que lo tenía grabado hace años, y ha dejado el nivel muy alto.

14. Richard Hawley: ‘Heart of Oak’

Aunque Hawley no se prodigue demasiado por los terrenos del rock, lo cierto es que cuando lo hace demuestra una sobrada capacidad para insuflar energía a sus composiciones como en este ‘Heart of Oak’, primer sencillo de su excelente último disco ‘Hollow Meadows’. Potentes guitarras acompañan a su voz grave y reposada en este tema de arranque impetuoso en el que el crooner de Sheffield canta a la fuerza de la que a veces no andamos sobrados y debemos tomar prestada de quien nos rodea.

13. Josh Ritter: ‘The Stone’

Puede que en su último trabajo ‘Sermon on the Rocks’ no haya estado tan inspirado como en otros, lo que no quita para que sea un discazo que incluye joyas como ‘The Stone’. Esta triste balada, de ritmo calmo y mínimos arreglos, es un lamento que parece provenir de uno de esos malos momentos en los que el dolor nos ha alcanzado con aparente intención de quedarse, una de esas pequeñas crisis que tan bien saben aprovechar en lo creativo autores como Ritter.

12. Danny and the Champions of the World: ‘Clear Water’

Danny George Wilson lidera esta banda británica que combina como nadie el Soul, el Folk y ciertos toques Country. Desde que los conocimos hace unos años nos han recordado al mejor Van Morrison. Música honesta y con corazón, a comienzos del verano salió What Kind of Love, un disco sobresaliente, con canciones redondas, algunas que tocaban la fibra como parte de los medios tiempos que allí se encontraban, y otras que te ponían de un grandísimo buen humor, una canción para levantarte y seguir como ‘Clear Water’.

11. Villagers: ‘Hot Scary Summer’

Al igual que en casi todo ‘Darling Arithmetic’, el disco que Villagers han editado en este 2015, este ‘Hot Scary Summer’ se sirve de lo justo para narrar una historia de amor y dolor, de vida al fin y al cabo. Su líder, compositor e intérprete único en muchas ocasiones, el irlandés Conor O’Brien, es el protagonista de este conjunto de canciones con un indudable tono confesional, entre las que destaca la sencillez de esta pieza folk cuya sinceridad resulta de una emoción contagiosa.