Y Wilco regresaron a los orígenes: ‘Sky Blue Sky’

Se cumplen diez años del disco Sky Blue Sky, el sexto trabajo de Wilco, la banda de Jeff Tweedy. Y este álbum supuso un giro un tanto inesperado en la trayectoria de la formación de Chicago. Wilco venían del hito del Yankee Hotel Foxtrot (2001), toda la controversia en torno al mismo, y el giro producido en el sonido del Country alternativo. Con A Ghost Is Born (2004) consolidaron esa dinámica mientras la crítica los mantenía en la cúspide. Sí, Wilco eran una de las bandas más relevantes de la última década y Jeff Tweedy uno de los compositores más relevantes. Además, Tweedy acabaría tras la grabación de A Ghost Is Born de perfilar la banda, la formación más estable de Wilco y que se mantiene hasta la fecha, con el fiel John Stirratt al bajo desde el comienzo, Glenn Kotche a la batería, Mikael Jorgensen a los teclados y la incorporación del virtuoso guitarrista Nels Cline y del multinstrumentista Pat Sansone. Tras grabar con ellos el directo Kicking Television: Live in Chicago (2005), se esperaba una línea continuista pero no, Tweedy no es de los que se dejan llevar. Y así ocurrió, en mayo de 2007 llegó Sky Blue Sky, un disco tranquilo, de vuelta a los orígenes, de sonidos más tradicionales, sin apenas ruidismo o experimentación, que suponía como un regreso pero matizado por todo lo vivido desde la segunda mitad de la década de los noventa. El disco pilló con el pié cambiado a la crítica y parte de la misma lo consideran un disco menor de Wilco, pero a mí me parece una delicia, uno de esos trabajos que no envejece nunca y que siempre es una maravilla escuchar. Diez años después, seguimos disfrutando de Sky Blue Sky.

Tweedy lanzó su artillería en el comienzo con tres temas imbatibles. ‘Either Way’ es una delicia, una canción que transmite paz y tranquilidad, con ese órgano de fondo y esos violines. La apuesta era alta pero ‘You Are My Face’ mantenía el nivel, unas armonías brillantes, dos voces en parte del tema, y ese giro más eléctrico y contundente que sumaba. Y el tercer tema era para ‘Impossible Germany’, con letra sobre Alemania y Japón, con una de las mejores melodías de Tweedy y con un duelo de guitarras emocionante y esos solos de Cline…, como todo el tema. ‘Sky Blue Sky’ desciende un poco al nivel, siendo un tema más Country, con un tono más acústico y pedal steel incluido. Y ‘Side with the Seeds’ es una de las canciones diferentes del disco, donde se observa que ese gusto por la experimentación no había desaparecido, aunque aquí es más sutil ya que también encierra un sonido más clásico. Por su parte, ‘Shake It Off’ queda en un segundo plano, es menos trascendente, con ese inicio más perezoso que luego consigue repuntar con la fuerza de las guitarras.

La segunda parte del disco estará marcada por un inicio acústico e intimista con ‘Please Be Patient with Me’ para dar paso a una de las gemas escondidas del disco, ‘Hate It Here’, que tiene un punto Pop más marcado que Wilco ya habían mostrado a finales de los noventa. ‘Leave Me (Like You Found Me)’ es una canción melancólica, que gana con las escuchas, mientas que ‘Walken’ es un tema más juguetón, con ese piano y esas guitarras que incluso nos llevarían hacia un punto del vodevil en el inicio de la canción para dar paso al virtuosismo de las guitarras. ‘What Light’ por su parte es un tema muy del ‘Americana’, con influencias dylanianas en su comienzo y en la forma de cantar de Tweedy, aunque luego la canción gira hacia otros caminos. Y Tweedy se había decidido a cerrar el disco con otra pieza sublime, la épica y emotiva ‘On and On and On’, que a mí me impactó desde el comienzo, una canción que va in crescendo y que te conquista.

Como decíamos, no está Sky Blue Sky entre los discos más valorados de Wilco pero a mí me parece imprescindible para entender la deriva de una banda que nunca deja indiferente y que desde entonces han publicado cuatro entregas más, la última el año pasado. Siempre es una gozada regresar a la discografía de Wilco y a discos como este Sky Blue Sky.

Laura Marling, ‘Semper Femina’

Laura Marling se ha convertido desde hace tiempo en una de las voces más destacadas de su generación. La británica, servida de su poderosa voz, ha destacado con su Folk acústico, destacando discos como Once I Was an Eagle (2012) y Short Movie (2015), anterior entrega que nos convenció de sobra con un sonido más ecléctico. Su sexto trabajo lleva por título Semper Femina y nos presenta a una Marling más intimista, un disco seguramente más homogéneo en su contenido quedando al servicio de su voz y donde se mezclan las guitarras acústicas y las cuerdas como instrumentaciones más destacadas. La producción ha corrido a cargo de Blake Mills, músico californiano que ha colaborado con Dawes, Conor Oberst, Alabama Shakes o Jim James, entre otros. También cabe señalar de este disco que cuesta entrar, precisa de una serie de escuchas para captar todos los matices de una Laura Marling que no desciende el nivel.

‘Shooting’ es una canción poderosa con un punto angustioso, juega con el tono de su voz y las cuerdas marcan el tema. Con ‘The Valley’ ya entra claramente en los terrenos más Folk, tema muy minimalista y más accesible, de nuevo destacando su voz. ‘Wild Fire’ sigue en la misma línea en su comienzo para crecer en instrumentación y complejidad, con un toque Soul incluso, mezclándose con las guitarras acústicas, lo que la convierte en uno de los temas más destacados del disco. ‘Don’t Pass Me By’ se sale de la línea del disco, es más eléctrico pero sin pasarse, con una gran producción. En ‘Always This Way’ regresa al minimalismo, siendo una canción triste.

‘Wild Once’ es intimista y maravilloso mientras que se rompe un poco la monotonía del disco con el más dinámico ‘Next Time’, aunque no deja de contar con un quiebro acústico. ‘Nouel’ encaja a la perfección de todo el trabajo, siendo la canción más minimalista del conjunto, llegando casi a frasear Marling en algún momento del tema. El final es para ‘Nothing Not Nearly’, uno de los temas más interesantes donde entran las guitarras eléctricas, incluso parecen querer llegar al Blues, combinándose con las acústicas.

Buen disco este Semper Femina de Laura Marling, un trabajo en gran medida acústico y muy desnudo, aunque con algunos quiebros interesantes en los que podría profundizar en siguientes trabajos.

Feist, ‘Pleasure’

Había curiosidad por escuchar el nuevo trabajo de Leslie Feist seis años después de ‘Metals’, y es que se trata de una artista tan ecléctica e inquieta que de ella no cabía esperar más que algo sorprendente. Y hemos acertado en parte porque con ‘Pleasure’ incide en su originalísima propuesta a la vez que avanza en la depuración de un sonido que ya conocíamos. Unas veces cerca de Chrissie Hinde y otras de PJ Harvey, pero siempre con las más grandes rockeras como referentes, la música de Feist es libre e instintiva y está llena de contrastes. Con la austeridad por bandera (no necesita demasiados arreglos para vestir una voz tan seductora) se ha ido desprendiendo de la dulzura de sus inicios para, siempre con sutilidad, ir endureciendo su música.

Desde el primer tema y sencillo de lanzamiento Pleasure ya comienza a aislar las guitarras antes de ir descubriendo ritmos y melodías según avanza, y presenta a lo grande el sonido árido y desnudo que destaca en el disco entero. En la íntima I Wish I Disn’t Miss You se hace con el protagonismo su extraordinaria voz, enormemente expresiva, apenas acompañada por unos bonitos y sencillos acordes de guitarras, al igual que en Get Not High, Get Not Low, también primaria, algo más rítmica y dotada de una mayor calidez folk. También al servicio de su voz, Lost Dreams arranca en la misma línea para ir poco a poco ganando presencia guitarra y bajo en un rock contenido. Gana en contundencia con la destacada Any Party, original tema lleno de contrastes y con un estribillo suave, tras la que retoma la delicadeza en A Man Is Not His Song, bellamante interpretada y algo plana hasta su precioso final, y que incluye un sampleado final de sus amigos Mastodon. The Wind está sutilmente arreglada al contrario que Century, mucho más rotunda y especialmente intensa en el epílogo en boca de Jarvis Cocker, otra de las piezas a destacar. Es preciosa Baby Be Simple, más de seis cálidos minutos llenos de emociones sencillas, para cerrar con los aires blues de I’m Not Running Away y la reafirmación del propio estilo con la calmada Young Up y sus bonitos juegos vocales.

Vuelve a ser una experiencia única adentrarse en un disco de la canadiense, un carrusel de sensaciones expuestas con sencillez y economía, una experiencia exigente pero siempre recomendable. Poco a poco se ha ido desprendiendo de etiquetas hasta alcanzar un estilo único y excitante que huye de la tibieza, que te puede gustar o no pero nunca te dejará indiferente.

[embedyt] http://www.youtube.com/watch?v=9Yw1pih-vNw[/embedyt]