Chuck Prophet, «The Land that Time Forgot»

Es Chuck Prophet uno de esos grandes artistas que han quedado fuera del foco más luminoso de la escena del Rock. El ex integrante de Green on Red lleva una carrera en solitario desde el comienzo de la década de 1990 trufada de grandes discos en los que explora sonidos de raíces norteamericanas, transitando de un estilo a otro. Destacando trabajos de su última hornada como el inmenso Temple Beautiful (2012) o Night Surfer (2014), llega ahora The Land that Time Forgot, título expresivo y expansivo, en el que la apuesta es por el sonido del Rock & Roll más clásico, incluso con tonos Soul, un disco muy bien armado en el que Prophet demuestra de nuevo su talento como compositor de grandes canciones, parte de ellas escoradas hacia una melancolía y nostalgia que es muy propia de esta época que nos ha tocado vivir. Y todo ello con unas guitarras que también son protagonistas imprescindibles.

El comienzo es para la festiva y expansiva «Best Shirt On», una canción muy clásica que incorpora tonos Soul, coros y vientos incluidos, una de las mejores de todo el disco. La explícita «High as Johnny Thunders» es un medio tiempo más nostálgico y melancólico, el sonido del saxofón marca un tono muy de Springsteen con el tono de voz característico de Prophet. En «Marathon» destaca el juego de dos voces que se marca con Stephanie Finch, su mujer, un diálogo fantástico que se ve impulsado por unas guitarras que aparecen con sus riffs en el momento preciso así como por la sección rítmica. Y brutal es «Paying My Respects to the Train», una canción enormemente melancólica y crepuscular, muy norteamericana, y que para mí también está entre lo mejor del disco. «Willie and Nilli» incide en un tono más atmosférico e incide en las líneas de la canción anterior. En «Fast Kid» vuelve a acelerar con las guitarras como protagonistas.

La segunda parte comienza con un retorno a la pausa y al sonido más clásico con «Love Doesn’t Come From the Barrel of a Gun», otra letra interesante que se ve reforzada por el tempo. Y «Nixonland», explícita de nuevo, sigue en la misma línea aunque todavía más crepuscular a través de su voz.  No deja esa senda con «Meet Me at the Roundabout», una canción más intimista y que se acerca a sonidos de raíces y acústicos. Otra de las cimas del disco aparece al final, «Womankind» tiene más fuerza rockera y se acerca al Soul, destacando de nuevo las guitarras. El cierre se acerca con la crepuscular e intimista, predominante el tono en el disco, «Waving Goodbye», y acaba con la todavía más introspectiva si cabe «Get Off the Stage».

A Chuck Prophet le ha salido un buen disco, puede que menos contundente que los anteriores, pero con algunas canciones maravillosas, en la línea de uno de esos valores seguros del Rock actual.

 

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