Exquirla, ‘Para quienes aún viven’

Para quienes aún viven de Exquirla se ha convertido en uno de los discos que más me ha impactado de lo que va de año. Y es que no puede dejar indiferente la unión de Niño de Elche y Toundra, dos propuestas que beben de diferentes fuentes pero que aquí se unen en un explosivo, intenso, épico y emocionante trabajo. Comparado desde el minuto uno con el clásico Omega (1996) de Enrique Morente y Lagartija Nick, aunque también se señala que no está en ese nivel superlativo, sí que es una unión de nuevo entre un cantaor, muy heterodoxo eso sí, como es Niño de Elche, y una banda instrumental de Rock – Metal progresivo como son Toundra. Si el primero alcanzó mayor visibilidad con el disco Voces del extremo (2015), los segundos se consolidaron con (IV) (2015). En Para quienes aún viven se han basado en la épica, contundente y reivindicativa poesía de Enrique Falcón, concretamente en su reconocida obra La Marcha de los 150.000.000 (2009), un llamamiento al estado de las cosas con un fuerte componente ideológico. Pasión, sentimiento, épica y angustia es lo que podría definir este sobresaliente disco con un Nicho de Elche que muestra su poderío y se mece en una base instrumental a cargo de unos Toundra que adoptan un papel secundario, lo cual no quiere decir que no sean fundamentales y que sus texturas no te dejen huella, al contrario. Temas épicos, la mayoría superando los ocho minutos e incluso los diez, pero que no se hacen largos.

‘Canción de E’ comienza con el recitado del propio Falcón a la par que el fondo instrumental va subiendo en intensidad, la que piden unos versos soberbios y ese ‘E comió por fin tierra’ se te queda clavado con fuerza y a mitad de la canción, Falcón da paso al lamento de Niño de Elche, un preludio de lo que vendrá a continuación y esas guitarras del final con una base rítmica poderosa. ‘Destruidnos juntos’ se enlaza directamente con ‘Canción de E’, lo que da una sensación de continuidad, una canción más melódica pero sin bajarse de la épica en ningún momento gracias a esa batería y a esas guitarras, y que alcanza el clímax al final en una última estrofa fascinante. ‘Hijos de la rabia’ es un tema más ecléctico, poderoso, donde el poema avanza en un listado de lugares que suenan lejanos y termina con ese llamamiento, ‘Avanzad con nosotros, hijos de la rabia’, que da lugar a uno de los momentos instrumentales más bellos de todo el disco para girar de nuevo hacia esa potencia de la última estrofa ya señalada. Como un breve interludio funcionaría ‘Interrogatorio’ pero con unos versos muy expresivos, siguiendo la tónica del disco.

La piel de gallina se te pone con ‘El grito del padre’, un breve poema que tiene una entrada instrumental larga y que, cuando entra Niño de Elche, estremece con la contundencia de unos pocos versos y una interpretación por su parte llevada al límite y que contrasta con una contención instrumental, dotándole de una gran personalidad a la canción, hasta que Toundra elevan la tensión. Emocionante, minimalista y acústica es ‘Contigo’, que da paso a un final demoledor, más de veinte minutos repartidos entre dos temas. El primero, ‘Un hombre’, tremendísimo poema, épica y emocionante, un tema que ya en la primera escucha te ha dejado noqueado, una letra que ya con el verso ‘Un hombre está muriendo y no hace ruido, un hombre’, lo dice todo, una denuncia de la sinrazón que Exquirla llevan todavía más lejos especialmente en el final. Y, para concluir, siguen esa misma línea con la estremecedora ‘Europa muda’, otro poema durísimo y de denuncia con referencias a Sarajevo, con versos tan impactantes como ‘Devolved el cadáver a mis hijos, El cadáver de mis hijos a la madre, La madeja de mi niño partido en dos’, y que tiene dos partes bien diferencias, una primera muy enérgica y potente frente a una segunda al servicio de unas estrofas durísimas y desgarradoras, con un sonido más acústico y contenido que sirve de nuevo como contraste hasta que al final del tema la épica se corona de nuevo.

En fin, no puedo dejar de escuchar este soberbio Para quienes aún viven, a pesar de su dureza. Se ha señalado que no es el Omega y que, en ocasiones, a Niño de Elche no se le entiende bien, pero no tengo la primera referencia y lo segundo no lo he detectado. Yo lo recomiendo a todo el mundo, uno de los discos del año.

 

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