La estrella fulgurante de Jewel y su debut «Pieces of You»

En los años noventa, y antes ni te cuento, era normal que discos que triunfaban en Estados Unidos tardasen en llegar a España. Primero, no era tan fácil porque, obviamente, Internet no estaba (o el que había era muy primigenio). Si querías conocer lo que sonaba al otro lado del Atlántico tenías que contar con una antena parabólica y ver la MTV, o que un amigo la tuviese. A veces se colaban algunos números 1 o artistas que triunfaban a lo grande en ese país en los vídeos de las cadenas televisivas. Pero tampoco estábamos en el rollo del «Americana» y cuando una banda o artista tenían potencial, pues eran las discográficas las que lo movían. Es lo que ocurrió con el Grunge y lo alternativo. Había artistas que quedaban en un tercer plano, Tom Petty & the Heartbreakers por ejemplo, o los propios The Black Crowes. Podías comprar sus discos incluso en las grandes superficies, pero no eran para nada populares. Otros, quedaban en un cuarto plazo, caso de Hootie & The Blowfish que vendían millones y millones de discos. Sin embargo, Jewel sí que tuvo una mayor presencia en las listas españolas pero cuando ya había triunfado en Estados Unidos. Jewel era una jovencísima cantautora en aquellos años que en la portada de Pieces of You (1995), tenía cara de niña y que cautivó con sonidos acústicos y Folk y con una serie de singles imbatibles. Con una voz maravillosa, Jewel también tenía canciones que se plasmaron en ese primer disco que contó con la producción de Ben Keith (Neil Young) y en el que participaron músicos del calibre de Spooner Oldham y Tim Drummond. Detrás del disco estaba la discográfica Atlantic, la de Ahmet Ertegun que en aquella primera mitad de los noventa lo habían petado con los ya mencionados Hootie & The Blowfish, que luego se quedarían en una promesa incumplida. En el caso de Jewel, venía de tocar la guitarra en clubes, en ocasiones con su padre, y atesoraba canciones que acabarían en su debut. Además, Pieces of You combina grabaciones en estudio y otras en directo en una cafetería de San Diego en la que son su voz y su guitarra las que copan el escenario, grabándose incluso los aplausos y vítores del público.

El comienzo es para una fantástica «Who Will Save Your Soul», un Folk pero que cuenta con otros elementos más modernos y con una producción de Keith ajustada, como en el resto del disco. Entra en el terreno más íntimo de la grabación en el café con «Pieces of You», delicadísima y con una voz cristalina. Sigue en ese ambiente con «Little Sister», una de las mejores canciones del disco, en la que incluso frasea. «Foolish Game» mantiene la racha del comienzo del disco, aquí la producción vuelve a ser la justa para tener ese toque perfecto, con un sonido más épico e incluso dramático. En «Near Your Always» añaden unas cuerdas pero sigue siendo la voz de Jewel la protagonista. En «Painters» se va por encima de los seis minutos para una canción más convencional, con las cuerdas como complemento. «Morning Song» es un Folk minimalista de nuevo en el que incorpora el piano y que nos recuerda al comienzo del disco.

La segunda parte comienza con la fantástica «Adrian», siempre me gustó esa canción que se va más allá de los siete minutos y que tiene una intensidad emocional que te llega. En «I’m Sensitive» se anima un poco la canción, dentro del sonido de Jewel. Y llega el turno para la impecable «You Were Meant for Me», un hit tremendo compuesto junto a Steve Poltz, como «Adrian», que tiene un tono acústico maravilloso y en la que su voz vuelve a destacar. «Don’t» también es impresionante en la que juega con sus diferentes registros vocales y en la que muestra un mayor grado de madurez. Vuelve al directo y al minimalismo con «Daddy» y en «Angel Standing By» parece apostar por un tono más espiritual en una canción más atmosférica. El cierre es para «Amen», una canción más barroca y afectada, intensa y con cuerdas de nuevo.

Como decíamos, Jewel vendió millones y millones de discos, fue un fenómeno en esos años. Sin embargo, igual el éxito le vino muy pronto, su siguiente disco, Spirit (1998), tuvo muchas menos ventas pero también estuvo destacado en listas. Pero, el gran cambio llegó con This Way (2001) en el que se abría a los sonidos más Pop, acelerándose incluso estéticamente en el más electrónico 0304 (2003). La gran esperanza del Folk de unos años antes intentaba subir a las ligas del Pop. A partir de ese momento, Jewel ha seguido con sus diferentes facetas y publicando discos, el último en 2015 con una vuelta a los sonidos de sus inicios. No hemos seguido su carrera, más allá de la sorpresa que supuso su giro al comienzo del siglo XXI y no se convirtió en la «nueva Sheryl Crow», pero su debut queda para enmarcar.

 

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