Angel Olsen, «Whole New Mess»

Angel Olsen ha regresado con un nuevo disco tras el espléndido y oscuro All Mirrorspublicado hace un año. Con Whole New Mess, Olsen revisita parte de ese trabajo en modo intimista y muy confesional, un disco de arquitectura escueta y que incide en el lado más reservado de una artista que ha crecido en los últimos años. No estamos ante un trabajo que suponga un avance en su carrera sino ante un disco que es como un paréntesis. Ciertamente, las tonalidades de la voz de Olsen y el sonido muy intimista que decíamos, nos sitúa ante un trabajo que resulta hipnótico, otra cuestión es si estas revisiones desnudas aportan algo al cancionero de Olsen, y la respuesta es que sí, que esa desnudez incide en una cierta vulnerabilidad de un disco tan complejo como All Mirrors. Hay también algunas sorpresas, pocas, pero también muy interesantes. Un disco que trata de volar alto.

Comienza de forma menos directa con la atmosférica «Whole New Mess», marcando la dirección con el minimalismo de su voz y la guitarra. Sigue agudizando la voz en «Too Easy (Bigger than Us)», que ya estaba en su antecesor, ganando peso las guitarras a medida que avanza la canción. «(New Love) Cassette» retorna al tono más ambiental y a un sonido si cabe más desnudo aunque mete una guitarra más electrificada como contraste. «(We Are All Mirrors)» es otra revisitación que aquí queda más desnuda y cruda, muy angustiosa, siendo una de las mejores canciones del disco. Luego llega «(Summer Song)» que no ceja en la estructura del disco y que forma un combo con la anterior muy atractivo. En «Waving, Smiling» toma un tono más Pop, casi se sale de la línea de todo el conjunto, siendo más lo fi y clasicista.

La segunda parte comienza con una más ambiental «Tonight (Without You)» en la que juega con las voces y los efectos. En «Lark Song» se decanta por un cambio de registro de nuevo, sonidos más acústicos sin dejar esos esqueletos desnudos. «Impasse (Workin’ for the Name)» avanza hacia una PJ Harvey en estas tonalidades, juega con una especie de letanías que luego crece con las guitarras. Más clasicista resulta, como de los cincuenta o sesenta del siglo XX, «Chance (Forever Love)», que también estaba en el disco anterior. Y el cierre es para una de las mejores canciones del disco, la revisión de «What It Is (What It Is)», un cambio importante al escorarse al Folk más melódico, deja de lado un tanto el tono ambiental, y la voz es más cristalina.

Disco que se deja escuchar en los días grises de este otoño tan complejo, canciones minimalistas que se basan en la calidad de la composición y, especialmente, en la forma de cantar de una Angel Olsen que está en plena forma.

Angel Olsen, «All Mirrors»

En la última década, numerosas voces femeninas están destacando desde visiones más eclécticas y arriesgadas. Una de ellas es Angel Olsen, que abarca como Cat Powe, Sharon Van Etten, Laura Marling, etc., paletas que van desde el Folk a sonidos más eléctricos. All Mirrors es su cuarta entrega que ha sido reconocida por la crítica especializada como uno de los discos del año, a la altura de su anterior disco el también muy valorado My Woman (2016). A nosotros se nos escapó ese disco a pesar de haber estado en la lista de pendientes, pero All Mirrors no y es un disco para enmarcar. Allí encontramos la poderosa voz de Olsen que tira de sonidos atmosféricos, intensos, intimistas y orquestales para evolucionar hacia ámbitos que le llevan a una PJ Harvey más contenida. Ya esa portada, esa imagen suya en blanco y negro, es impactante, contrastando con la luminosidad de My Woman, donde también el centro es para la propia Olsen pero con otro gesto. El disco está producido por la propia Olsen y John Congleton, que ha trabajado con diversos y numerosísimos artistas y bandas, y está caracterizado por un sonido muy ambiental y atmosférico, con una fuerte presencia de la sección de cuerdas, así como con programaciones más sutiles, y en el que Olsen juega con los matices de su voz. Hay una tendencia hacia un barroquismo muy contenido, aunque el tono del disco se aleja de texturas más abigarradas, contando con una coherencia y unidad.

El comienzo es para la muy atmosférica «Lark», Olsen canta como susurrando al comienzo y luego va subiendo, tónica habitual en bastantes canciones, contrastando y apoyándose en las cuerdas. La estructura se repite en «All Mirrors», también muy conseguida y en la que la instrumentación al principio es más sutil, la base electrónica hace acto de presencia y las cuerdas siguen siendo un elemento esencia. En «Too Easy» se decanta hacia el Pop más melódico, pierde parte de su trascendencia y épica aunque continúa con ese tono electrónico, a la par que va modulando su voz a medida que va avanzando la canción. «New Love Cassette» es más ecléctica, baja el nivel y es más ecléctica pero las bases electrónicas se imponen. Con «Spring» llega una de sus mejores canciones, más convencional, es un Pop melódico y clásico en el que su voz es una maravilla, una canción muy atractiva. Finaliza la primera parte con una «What It Is» en la que vuelve a cambiar de textura, con una percusión diferente y lanzada a sonidos más electrónicos pero es la canción que se ajustaría a sonidos rockeros más canónicos, aunque no deja de experimentar, en este caso con las cuerdas.

La segunda parte comienza con «Impasse», en donde retorna a los sonidos más ambientales y atmosféricos que monopolizaban los primeros temas de disco, funcionando su voz como una letanía en la primera parte, junto a una instrumentación mínima y sutil, para avanzar con más potencia en la segunda parte. «Tonight» es más orquestal, las cuerdas son las protagonistas y su voz queda en un segundo plano, siendo una canción delicada y emocionante. «Summer»ahonda en el eclecticismo y la complejidad, su voz se agudiza y tiene una melodía interesante. En cuanto a «Endgame», sigue la estructura de parte de las del disco, con un inicio suave y minimalista, con cambios en la tonalidad de su voz, y avanzando hacia sonidos más experimentales. El cierre es para otra de las canciones más relevantes del disco, «Chance», más melódica y con un inicio minimalista e instrumental con su voz en un segundo plano, con el piano protagonista, para ganar de nuevo en intensidad con el poderío de su voz y su elegancia hasta convertirse en una canción Pop, destacando igualmente las cuerdas del final que le dan un toque de cierre fantástico.

All Mirrors no es un disco que seguramente entre a la primera pero, no cabe duda que tiene una honda personalidad y que Angel Olsen tiene una dirección interesante y su disco es muy adictivo.