«We Are the Pigs», Suede

Hace unos meses, celebrábamos en Los Restos del Concierto el veinticinco aniversario de Dog Man Star, segundo disco de Suede. Cuando esta semana llega el momento de verlos en el BBK Live, nos adentramos en una de sus mejores canciones dentro de nuestra sección del verano de 2019, «Canciones literarias». Y lo hacemos volviendo a George Orwell, que se convertirá en uno de los escritores en los que más se han inspirado numerosos artistas y bandas para sus canciones. Al ya citado 1984, obra muy presente, le seguirá Homenaje a Cataluña vinculado a la Guerra Civil española, pero hoy es el turno de Rebelión en la granja y «We Are the Pigs» de Suede.

«We Are the Pigs» fue el primer single de Dog Man Star y aunque la inspiración puede considerarse relativa, no es menos cierto que es explícita en la forma aunque igual no en el fondo. Brett Anderson y Bernard Butler se lanzaron con una brutal canción que llamaba a la rebelión utilizando la potente imagen de Rebelión en la granja de Orwell y el trasfondo de esa obra. Orwell, uno de los escritores más relevantes de su generación, distópico y claramente marcado por su visión del sistema y del capitalismo pero no menos crítico con la transformación del comunismo y la deriva del stalinismo hacia el totalitarismo, presentó en esta obra una reflexión aguda sobre la condición humana, la estructura social y esa crítica hacia el autoritarismo.

Anderson, muy consciente de la estructura de clases como reflejó en su autobiografía, y Butler, juegan con el concepto de los «cerdos» para llamar a la acción y a la rebelión de forma directa, la letra es constante en esa dirección acompañada de un sonido épico. Ahora bien, si queremos un disco que se basase directamente en Rebelión en la granja en toda su extensión, ese fue obra de Pink Floyd y su Animals (1977), el de la icónica portada de la estación Battersea, una imagen poderosísima. Aquí Roger Waters, compositor del disco, no ceja en su denuncia siguiendo la línea orwealliana para crear uno de sus clásicos, justo dos años antes del no menos relevante The Wall (1979).

Pero nos quedamos con Suede y su «We Are the Pigs», no es que la conexión sea tan directa pero no es menos cierto que estaba en la mente de Anderson y Butler, al menos como imagen y pretexto. Y, por cierto, el vídeo también tuvo su controversia por las imágenes explícitas que mostraba.

 

«Dog Man Star» o cómo Suede demostraron que iban en serio

Cuando todavía el BritPop ni estaba y casi ni se le esperaba, en aquel lejano ya 1992, una banda irrumpía en el panorama británico: Suede. Su debut con un disco de título homónimo desempolvaba el sonido más Glam de un David Bowie renacido en la figura de Brett Anderson. Hace unos meses, Anderson publicó sus recomendables memorias hasta el momento en el que Suede comienzan a asomar hacia el estrellato, fue en Mañanas negras como el carbón (Contra) y que aquí ya reseñamos. Suede también publicaron un discazo en 2018, The Blue Houry los veremos en el BBK Live en el próximo mes de julio. Pero nos toca regresar al pasado y, de nuevo, a un 1994 excelso, cuando Suede tardaron un año y medio en demostrar que su debut no había sido una casualidad sino que había madera de una banda clásica. Pero, a su vez, era el final de la primera etapa de Suede, que también comentamos en Los Restos del Concierto, ya que en 1995 Bernard Butler, la otra mitad compositiva de Suede junto a Anderson, dejaría la formación por diferencias con el propio Anderson. En 1994, el BritPop ya estaba emergiendo, Blur y Pulp eran una realidad, Oasis irrumpirían y los Elastica de Justine Frischmann (ex novia e ex integrante de Suede) ya rodaban. Por su parte, Anderson y Butler, junto a la base rítmica formada por Mat Osman a bajo y por Simon Gilbert a la batería, apostarían por una línea continuista, con ese sonido Glam y con esas reminiscencias vinculadas al Art Rock, y es que las pretensiones artísticas de Anderson venían de lejos. igualmente, Ed Buller repetiría en la producción. Y les salió un disco tremendo, otro clásico firmado conjuntamente con Anderson y Butler, otra pareja de banda británica como tantas otras y con las mismas tensiones (¿verdad Morrissey – Johnny Marr?), que dejaría unos cuantos singles de gran calado.

Para comenzar, una teatral «Introducing the Band» con un sonido asfixiante que daría paso a la descomunal «We Are the Pigs», donde las guitarras se imponen con fuerza y contundencia. Un single soberbio a la que le seguía «Heroine», una canción épica y nostálgica y con un Butler imponente a las guitarras. Y la épica continuaba con «The Wild Ones», otra de las canciones que se convertirían en clásicas en Suede, con la forma de cantar de Anderson en falsete y ese estribillo. La parte más experimental aparece con una «Daddy’s Speeding», con sección de cuerdas incluida. La huella de Bowie está más presente en una «The Power» que comienza en acústico y que también cuenta con sección de cuerdas.

La segunda parte incide en esa línea con otro de nuestros momentos favoritos de todo el disco, «New Generation», con las guitarras volviendo a ganar protagonismo y con la voz de Anderson adoptando sus tonalidades características. En «This Hollywood Life» apuesta por unas guitarras más rockeras, incluso más «sucias», que contrastan con la voz aguda de Anderson. «The 2 of Us» es una canción más intimista aunque también con el sonido épico característico, y aportando el punto más teatral con ese piano protagonista. Por su parte, «Black or Blue» sigue por el lado más teatral y afectado, es una canción casi sin instrumentación más allá de unas cuerdas de fondo, y con Anderson recurriendo de nuevo al falsete. Para el final dejan una canción como «The Asphalt World», más de nueve canciones para otra de nuestras canciones favoritas del disco, destacando la guitarra de Butler. El final es para la parte más teatral de Anderson con «Still Life», que vuelve por sus fueros y con unas cuerdas que van creciendo.

En fin, Dog Man Star es otro de los grandes discos de la primera mitad de los noventa del siglo XX. Anderson y Butler conformaban una pareja compositiva impresionante y duraron como Suede únicamente esos dos discos. Luego, Anderson supo remontar a Suede con Richard Oakes en sustitución de Butler e incorporando a Neil Codling, publicando otro disco soberbio, Coming Up (1996), aunque esa es otra historia. Suede siempre fueron por su lado, mientras que el BritPop conquistaba el mundo de la música popular los dos siguientes años e, incluso sin Butler, nunca nos han dejado indiferentes. Dog Man Star, otro gran disco de 1994, y van…