El Columpio Asesino, «Ataque celeste»

El Columpio Asesino es uno de esos grupos que, dentro de la categoría del «indie» o cómo se quiera llamar, siempre aparecen en lo más alto de todas las listas de los críticos, pero que no han acabado llegando al gran público de la misma manera que otras formaciones como, por ejemplo, León Benavente, con los que han sido comparados. El Columpio Asesino lleva una carrera larga, casi dos décadas, y han publicado seis discos, algunos tan destacados como Diamantes (2011), un trabajo de mucha fuerza con una canción como «Toro», todo un himno, que los sitúo un poco más en el mapa. También fue muy reconocido su penúltima entrega que llevaba por título el melancólico Ballenas muertas en San Sebastián (2014). Su regreso en este 2020 ha sido por todo lo alto con uno de los discos más atractivos del panorama nacional, Ataque celeste. Han pasado de Mushroom Pillow a Oso Polita Records, de Last Tour, y adelantaron otra canción de impacto, «Huir», que resume el sonido de este disco, bases electrónicas y una potencia que bebe de reminiscencias Punk, aunque se imponen las primeras. Letras que también tienen un punto hipnótico y que son directas, no entran en postureos, compuestas por Álvaro Arizaleta.

El comienzo es para la ya señalada «Huir», tremenda. Sonido electrónico para un comienzo pausado que va creciendo, Cristina Martínez canta de forma directa y la letra se te clava. «Preparada» ahonda en la electrónica y es otra de las canciones más conseguidas del disco, muy adictiva. En «Sirenas» no abandonan esa senda, incluso se puede decir que la intensifican, pero con un punto más duro si cabe. «Mi general» es más ambienta, reduciendo un poco el tempo del disco.

«Lechuzas, cuters y somníferos» cuenta con Álvaro Arizaleta en las voces, regresando a las bases electrónicas más potentes. «Tu último relato» retoma el punto más atmosférico e incluso melódico, combinándose las voces de Martínez y de Arizaleta. «Siempre estás tú» es muy hipnótica con la forma de cantar de Martínez y un sonido electrónico más sutil en su comienzo que luego va creciendo. Y el cierre va para la instrumental «Ataque celeste», como fin de fiesta.

Disco corto, ocho canciones, que te deja con ganas de más, siendo uno de esos discos que te ganan desde la primera escucha. Lo dicho, estará entre los mejores discos nacionales del año, al tiempo.