«Head Music», el paso firme de Suede o la adaptación a los nuevos tiempos

Suede habían salido airosos de la salida de la banda de Bernard Butler en 1994. La tensión entre Brett Anderson y Butler alcanzó su límite tras la publicación de su exitoso Dog Man Star (1994). Anderson, Mat Osman y Simon Gilbert reclutaron a un jovencísimo Richard Oakes, contaba con apenas dieciocho años, para sustituirlo y con su tercer disco, Coming Up (1996), continuaron en la senda del éxito con un gran disco y canciones como «Trash», «Beautiful Ones», «Saturday Night» o «Lazy», entre otras. Anderson y Oakes formaban la nueva dupla compositiva y Suede habían incorporado a Neil Codling a la formación, haciéndose cargo de los teclados. El sonido de Suede no variaba mucho, seguía siendo inconfundible, pero iba dejando de lado el sonido más Glam de sus comienzos. Pero el contexto estaba cambiando, el Brit Pop empezaba a decaer y el Rock iba dejando paso a sonidos más electrónicos que marcaban la época. Para su cuarto disco, Suede también se verían afectados por esas tendencias, aunque sin dejar de lado su identidad. Cuando llegó Head Music (1999), sus coetáneos estaban en fase reiteración, Oasis, o experimentación, Blur. Head Music no contenía singles potentes como sus tres primeros discos y, si lo comparamos con ellos, es el peor de los cuatro pero no deja de ser un trabajo notable con grandes canciones. Es cierto que algunas canciones pudieron ser recibidas de forma tibia en 1999, y es que había diferencias, pero Head Music ha envejecido muy bien y sigue sonando con fuerza dos décadas después. La crítica también valoró de forma muy positiva el disco en el que el peso compositivo se inclinaría hacia Anderson y Codling casi se situaría a la altura de Oakes en su aportación. Otra novedad importante fue que la producción fue para Steve Osborne que sustituía a Ed Buller, que se había encargado de esa tarea en la trayectoria de la banda. Osborne le da otro matiz y es que en su bagaje aparecía su participación en Pop (1997) de U2 y el Without You I’m Nothing (1998) de Placebo. Head Music sería su única colaboración con Suede y su carrera posterior abarcaría a Doves, Elbow, Starsailor, entre otros.

«Electricity» da comienzo al disco, una canción de Anderson, Oakes y Codling que tiene un cariz más guitarrero, aunque luego entra le épica, y que ya apunta diferencias con los discos anteriores, especialmente una mayor aceleración. «Savoir Faire» es uno de los temas que más rompe con la trayectoria de Suede, y que a mí no me convence mucho, hay sonidos más electrónicos y una forma de cantar de Anderson que apunta hacia su lado más crapulista. Con «Can’t Get Enough» se recupera el tempo, incluso aparecen reminiscencias del Glam aunque estamos ante una canción más Pop. Y con «Everything Will Flow» el paso es para las guitarras y la épica, aportada por la sección de cuerdas que destaca claramente, y con un Anderson cantando en plan más afectado. «Down» comienza sin apenas instrumentación pero luego junta todos los elementos de Suede para quedar en una canción menor. No ocurre así con una de las grandes sorpresas del disco, y para mí una de las mejores canciones de su carrera, como es «She’s in Fashion». Con su combinación de las cuerdas y las guitarras, la forma de cantar de Anderson y ese tono Pop tan manifiesto, le quita toda la afectación del sonido de Suede para quedar como una canción encajable en Suede. Lo dicho, una canción fascinante. La primera parte del disco termina con una «Asbestos» que es un tema más oscuro, cortesía de las guitarras, que funciona pero tampoco destaca.

«Head Music» inicia la segunda parte del disco, canción que gana mucho con las escuchas y que en cierto sentido está escondida, con de nuevo unas guitarras poderosas. Siguen en esa misma línea con la más animada «Elephant Man», con un Anderson que canta de fondo. En «Hi-Fi» apuestan más por la experimentación, esa batería metalizada es una de sus señas diferenciales, y no acaba de encajar del todo. No pueden escapar a la épica y al barroquismo que se manifiesta en «Indian Strings», donde Anderson hace una gran interpretación, y no deja ese camino en la más conseguida «He’s Gone». El cierre es para «Crack in the Union Jack», canción de menos de dos minutos que es un medio tiempo también épico pero que pasa desapercibido.

Head Music mantuvo a Suede en lo más alto, es un disco notable y todavía la banda no había entrado en el final de su primera parte, que se manifestó en el siguiente trabajo, el minusvalorado A New Morning (2002) que, sin ser un mal disco, será el más flojo de su trayectoria. Suede están tocando en algunos de sus conciertos «She’s in Fashion», «Can’t Get Enough» o «Everything Will Flow», aunque no suelen ser de las habituales, junto a las canciones de A New Morning. No sabemos qué nos depararán en el BBK, esperemos que al menos suene alguno de estos temas, junto al resto de sus clásicos y de su último trabajo, el destacado The Blue Hour (2018).