Aquellos años 80 pre «Grunge»: Hüsker Dü

Para la mayoría de la gente que nos apuntamos al «Grunge» en 1991, ese año supuso el punto de inflexión con la irrupción de Nevermind de Nirvana y todo lo que ocurriría en esos tres años. Como dice mi querida amiga Begoña Yebra de Radio Euskadi, nos volvimos «intensitos», y con toda la razón. Aquellas bandas que tiraban de guitarras poderosas y sonidos melódicos, de rabia y fuerza pero también de una cierta pesadumbre, tenían unos hermanos mayores que habían abierto el camino, la mayoría desde sellos independientes y en el «underground», creando el camino para llegar al mainstream. Parte consiguieron subirse a esa ola y lograron reconocimiento, visibilidad y ventas. Los casos de Pixies, Sonic Youth o Dinosaur Jr. pueden ser los más evidentes. Otros, se quedaron en el camino bien porque se habían separado «antes de tiempo» o bien porque sus principios pues les impedían vincularse a ciertos modelos. Hace ya ocho años, pudimos disfrutar de un libro fascinante sobre estos años ochenta como fue Nuestro grupo podría ser tu vida (Contra, 1993) de Michael Azerrad. Allí estaban las bandas mencionadas pero también los otros, desde los Minor Threat a los Butthole Sufers o Beat Happening, por no hablar de nuestros adorados The Replacements. Allí también estaba la banda que nos ocupa, unos Hüsker Dü que son el ejemplo de cómo llegar antes de tiempo a los sitios. La banda de Bob Mould, Grant Hart y Greg Norton, separados en 1988, son capitales para entender el sonido que luego cristalizaría en el «Grunge» y aparecerían siempre como una influencia de las bandas posteriores. Teníamos ganas de recuperar algún disco de Hüsker Dü, tanto a modo de homenaje como de reconocimiento de aquella época, que Azerrad describe de forma clara y sin idealizaciones en su imprescindible obra. Como otras bandas, Hüsker Dü también dieron el salto a una major, en su caso a Warner con el disco que nos ocupa, el Candy Apple Grey de 1986. Las discográficas estaban observando que algo pasaba y no dejarían de lado la oportunidad, como se vio luego. Candy Apple Grey era el quinto disco del terceto de Minneapolis tras varios trabajos en la independiente SST (Black Flag, Dinosaur Jr., Meat Puppets, Minutemen, Sonic Youth, Soundgarden, Screaming Trees) que habían despertado el interés de la crítica y de una base de seguidores que iba creciendo. Discos seminales como Zen Arcade (1984) o New Day Rising (1985), urgentes y cañeros para una banda que iría perfilando su sonido hacia direcciones más Power Pop y acústicas, sin perder las esencias. Sin embargo, discos como Candy Apple Grey siguen sonando con fuerza y sin perder vigencia. Vamos con ellos.

El disco son diez canciones que combinan la furia Punk Rock con guitarras punzantes con sonidos más acústicos. Con seis canciones de Bob Mould y cuatro de Grant Hart, comienzan con «Crystal» que es un trallazo de Rock con guitarras furiosas y con Mould desgañitándose. Hart aporta «Don’t Wanna to Know If You Are Lonely» que deja la velocidad anterior para acercarse a sonidos más Power Pop y melódicos. Vuelve Mould con «I Don’t Know for Sure» que retorna al comienzo, más canónicos y con Mould de nuevo con toda la rabia. En esa intercalación de canciones, Hart retorna con «Sorry Somehow» que es una canción de nuevo en la que se escora al Power Pop y con unas guitarras muy logradas. Mould sorprende con la acústica e intimista «Too Far Down», muy cruda y emocionante.

La segunda parte comienza en el mismo tono con otro tema de Mould acústico que se va por encima de los seis minutos, «Hardly Getting Over It» también convence. Hart presenta una más rockera «Dead Set on Destruction» que es una canción que se sale de las aportadas por Hart anteriormente. «Eiffel Tower High» (Mould) regresa a las canciones Punk Rock del inicio. El cierre desciende levemente el nivel del disco con «No Promise Have I Made» de Hart, muy intensa y atmosférica, y con «All This I’ve Done For You» que es de Mould y en la que las guitarras urgentes son las protagonistas.

Hüsker Dü tendrían tiempo de un disco más, Warehouse: Songs and Stories que publicarían un año después, en 1987. Sin embargo, como bien cuenta Azerrad, la situación interna de la banda ya era muy complicada con Grant luchando contra sus adicciones, lo mismo que Mould, y con otras tensiones. El caso es que, como hemos señalado, en 1988 se separaron y sus integrantes siguieron caminos diferentes. Bob Mould creó Sugar y luego ha contado con una carrera en solitario muy valorada, además de ser reconocido como influencia clave por gente como los Foo Fighters, con los que ha colaborado. Grant Hart no lograría una trayectoria como la de Mould, falleciendo en 2017 a los cincuenta y siete años. Y, finalmente, Greg Norton contaría con una carrera mucho más discreta. Imprescindibles Hüsker Dü.