Arlo Parks, «Collapse in Sunbeams»

El comienzo de 2021 trajo el debut de Arlo Parks, artista londinense que fue alzada a los altares por la crítica. Incluso había comparaciones con Amy Winehouse. Estas cuestiones, ya sabemos, tienen sus riesgos porque se generan expectativas y se alimenta el «hype», y luego pasa lo que pasa. El caso es que Arlo Parks presentó un disco muy bueno, Collapse in Sunbeams, que se basaba en un sonido pausado, sutil, con tonos en ocasiones nostálgicos que va entrando con esa combustión lenta de las cosas que necesitan su tiempo. Parks tiene una gran voz y sus letras transmiten mensajes, pero igual las comparaciones con Winehouse, aunque hay algunas reminiscencias de su debut (tampoco muchas), puedan ser un tanto exageradas. Es decir, que no hay un Soul vintage en el disco de Parks. Sin embargo, sí que hay una actitud muy propia de su tiempo. Parks se muestra muy empoderada y también con las ideas claras sobre lo que quiere transmitir. El disco, además, entra muy bien en las primeras escuchas y va ganando con las siguientes, lo que le permite superar ciertos temores que podían hacer que se considerase como el «hype» de comienzos de año, que habíamos indicado al comienzo del artículo. Luego está por ver, obviamente, toda la trayectoria que pueda llevar. Pero, como punto de partida y comienzo, es muy recomendable.

Comienza con el recitado de «Collapse in Sunbeams» que da paso a una «Hurt» que es un R&B fantástico, hipnótico en el que la voz destaca y también las bases. En «Too Good» se acerca a un NeoSoul muy urbano, con influencias del Hip Hop y en el que frase. Más delicada y melódica se muestra en «Hope» y llega el turno para una «Caroline» en la que casi podríamos hablar de una Sade posmoderna, con un tono muy ambiental. Cambia el tempo en «Black God», unas texturas más protagonistas y fraseando en un tono muy atmosférico.

Se acerca a los noventa, aunque ella nació en 2000, con «Green Eyes» que es más luminosa y sigue contando con ese fraseo característico que es una de sus señas de identidad. «Just Go», una de las mejores canciones del disco, incide en esa luminosidad pero el tono cambia para acercarse a una Lily Allen que era lo que sonaba cuando era niña. El único momento «valle» del disco, y son canciones notables, lo marcan «For Violet», un tema más oscuro con el tono de su voz más grave y con unas bases electrónicas que le dan un aspecto más ambiental, y «Eugene» que, siendo más Pop, no abandona el tono apesadumbrado aunque luego va creciendo y tiene un ritmo muy atractivo. Con «Bluish» regresa a la luminosidad aupada por su voz y el cierre es para otra de las gemas del disco, «Portra 400», de nuevo un R&B actualizado y melódico donde es su fraseo el que marca el ritmo.

Como hemos comentado en el inicio de este artículo, no sabemos la trayectoria que desarrollará Arlo Parks pero lo que queda claro es que este Collapsed in Sunbeams merece ser tenido muy en cuenta. Muy hipnótico e introspectivo pero sin caer en el ensimismamiento.