Belako, «Render Me Numb, Trivial Violence»

En Los Restos del Concierto somos muy de Belako. La banda de Munguía se ha consolidado como una de las formaciones más jóvenes y ya no sorprende la calidad que alcanzan en sus discos y directos. Atrás deben quedar las referencias, que todos los hemos hecho, a su juventud. Ahora llega su tercer disco tras su fantástico debut, ese Eurie (2013) con el que nos sorprendieron, así como tras su siguiente paso, un notable Hamen (2016), un Render Me Numb, Trivial Violence con el que sigue los parámetros de su sonido, esa influencia del post punk y de la new wave, pero con algunos matices como una mayor presencia de los sintetizadores y los teclados en detrimento de las guitarras, que siguen estando muy en primera línea, así como temas más ambientales y experimentales. Cristina Lizarraga cambia la tonalidad de su voz en función de las canciones, Josu Billelabeitia continua con su buen trabajo en las guitarras, mientras que la sección rítmica con Lore Billelabeitia al bajo y Lander Zalakain a la batería sigue mostrando esa contundencia que se ha convertido en una seña de identidad.

El comienzo es contundente, «Maskenfreiheit» es una canción de mucha fuerza con ese bajo del inicio y unos teclados incisivos, y sigue en esa línea con la contundencia de «Lungs», uno de los mejores temas, con una sensación de urgencia, con la voz de Lizarraga fantástica y con unas guitarras afiladas. En «Two Face Simulation» tornan en sonidos más oscuros, sonidos más postindustriales que incluso se acompañan con un cierto virtusismo a la guitarra. Pero llega otro de los temas más destacados, el ya conocido hace meses «Over the Edge», una canción brutal de rabia que estalla y con la sección rítmica en plena forma. En «Nice Church» se abonan a sonidos más electrónicos y experimentales, con un comienzo muy bailable, estallando el tema en su segunda mitad. A continuación llegan una serie de temas más experimentales, como queriendo ir más allá, que para mi gusto representan la parte del disco que menos me ha convencido, en «Stumble» destacan el bajo y la guitarra mientra que «Stumble II» parece apostar por crear un sensación más ambiental.

«5 Strangers in a Box» sigue esa dirección, hay como una apertura a nuevos sonidos. «Render Arp» es un interludio que da paso a la recuperación del tono del primer tercio del disco, con una «Render Me Numb» que es mi canción favorita, sonidos post punk, esas guitarras metalizadas, la voz de Lizarraga y el in crescendo de todo el tema, una locura que también conocíamos desde hace unos meses y que se pudo disfrutar en directo. En «The Find Thinker» derivan hacia sonidos bailables, electrónicos y festivos y les queda muy bien, mientras que para «Something to Adore» apuesta de nuevo por las guitarras. El cierre queda para un tono más melódico y ambiental con «Hegodun Baleak 2», un tema también con un tono más angustioso, culminando con «Maskenfreiheit II», un cierre de poco más de un minuto en el que inciden en esos sonidos más ambientales y experimentales.

En definitiva, Belako no bajan el ritmo, un disco que se disfruta desde la primera escucha y aunque esa parte central, pero eso es cuestión de gustos, nos ha convencido menos, nos encontramos ante un disco notable con toda la furia a la que Belako nos tienen acostumbrados. Que no pare.

 

 

«Memorial Device» de David Keenan

David Keenan ha publicado una interesante novela titulada Memorial Device (Sexto Piso), nombre de un ficticio grupo de la localidad escocesa de Airdrie. Cercana a Glasgow, y con pinta de no ser un lugar muy atractivo, Airdrie se convierte en un personaje central de la novela. Tomando como eje central a ésta y a la banda que da título a la novela, Keenan construye el relato de la escena post-punk de la primera década de los ochenta en ese entorno. Una de las cuestiones más interesantes es cómo Keenan construye el relato a partir de las numerosísimas voces que formaban dicha escena. Pero, por otra parte, también complejiza el mismo porque en no pocas ocasiones te pierdes en el marasmo de personajes. Aunque hay dos que destacan por si mismos, Ross Raymond que es el encargado de aglutinar todos los testimonios para un libro sobre la escena musical de Airdrie, y Johnny McLaughlin, que alcanza un protagonismo fundamental, no es menos cierto que luego otros van tomando un papel clave como los integrantes de Memorial Device, especialmente Lucas Black que era el cantante de la banda, entre otros.

El escenario que nos presenta Keenan es el de una gris Escocia donde un grupo de gente se atrevió a soñar, siguiendo la estela del Punk, de la New Wave, de Joy Division, etc., e imbuidos del ‘Do It Yourself» (DYT), pero que acabó como acabó, de forma muy poco favorable. El libro, que en muchas ocasiones te despierta una sonrisa pero que en otras se hace un tanto sobreactuado, aunque seguramente es lo que quiera transmitir el autor, cuenta también con mucha experimentación, sexo y drogas, así como con una mezcla entre el pasárselo bien, vivir el momento y alcanzar la trascendencia. En definitiva, una atractiva obra que cuenta con algunos altibajos pero que destaca en su planteamiento y su coralidad.