The Presidents of the United States of America o de esos grupos que no pueden dejar de caerte simpáticos

Cuando hacemos aniversarios o efemérides de discos, muchas veces nos centramos en debuts o en discos claves de un artista o banda. Pero, en otras ocasiones, también nos gusta recordar algunos de esas bandas y discos que quedaron enterrados prácticamente en el olvido. Es el caso del grupo que nos ocupa, un grupo cuyo nombre no podía estar más lejos de lo que hacían, son The Presidents of the United States of America (PUSA). Y es que el trío que formaba PUSA irrumpieron en ese 2005 con un disco de debut homónimo, aprovechando el tirón de lo «alternativo», pasando del Grunge a ese Punk de nueva hornada que representaban Green Day y Offspring, aunque PUSA eran mucho más divertidos y no parecían tomarse muy en serio a sí mismos, cosa que se agradecía tras el nihilismo de los años anteriores. Ojo, esto no quiere decir que no tuviesen calidad, que la tenían, pero no tuvieron la suerte de mantenerse en la cima tras vender más de tres millones de discos de su primer trabajo. A PUSA podría encuadrarse en esos grupos que caen simpáticos como los Spin Doctors de comienzos de los noventa; los Deee Lite que eran una fiesta; los Big Soul y su contagioso «Hippy Hippy Shake» (¡cómo olvidarlo!); o los posteriores Save Ferris que trataron de subirse a la onda de No Doubt pero que iban más allá en el Ska. Ya, ya, sé que de estos grupos no nos solemos acordar. Por eso queríamos traer aquí a PUSA, el trío compuesto por Chris Bellow, cantante de la banda y bajista, además del compositor de las canciones; el guitarrista Dave Dederer; y el batería Jason Finn. En aquel debut no había ni trampa ni cartón, canciones de guitarra-bajo-batería, aceleradas y cortas, no llegaban a los cuarenta minutos con trece canciones, algunas de ellas tan adictivas como «Lump», «Peaches» o «Kitty». Así que nos vamos a 1995, cuando bailábamos en algunos bares con canciones de PUSA.

«Kitty» era el comienzo del disco, melódica y machacona, era un poderoso comienzo con un tramo final explosivo. El Punk vinculado a melodías Pop seguía presente en la destacada «Feather Pluckn», que sigue fiel al esquema que seguirá en todo el disco, guitarras aceleradas y estribillos coreables, aunque aquí ya el bajo destaca. Con «Lump» llega un hit tremendo, de nuevo un Punk Pop que te atrapa y que no te podías quitar de la cabeza (esos ecos de The Beatles). Un tono más sombrío, cortesía del peso del bajo, aparece en «Stranger» aunque luego sigue la línea ascendente de todas las canciones. Curiosa es «Boll Weevil» que se adentra en sonidos más bailables y Funk, y que funciona. «Peaches» es el otro gran hit del disco, otra canción de Punk Rock que comienza tranquilo pero que luego avanza como una apisonadora. Imposible también sacársela de la cabeza. Y «Dune Buggy» es más melódica, de nuevo con el bajo como protagonista.

La segunda parte se hace ya un tanto larga y reiterativa, la fórmula daba para lo que daba, pero cabe destacar que «We Are Not Going to Make It» es un Punk muy divertido. Y se lanzan a una corta versión de «Kick Out the Jams» de MC5, sin complejos. En el tramo final, más contenida queda «Body», aunque dentro de los parámetros que manejan, mientras que «Black Porch» comienza con un tono Swing para acelerar de nuevo a medida que avanza la canción. «Candy» es una canción que hace algunas concesiones al Grunge, no en vano eran de Seattle, aunque luego se lo llevan a su terreno. Y el cierre es para «Naked and Famous» donde colabora a la guitarra todo un Kim Thayil de Soundgarden, de nuevo una canción de la época, aunque no tan sombría.

Escuchando estas semanas este disco, y el segundo publicado un año después, todavía me siguen sonando frescos. Pero PUSA no alcanzaron el éxito de su predecesor y fueron cayendo en el olvido, a pesar de ir tirando en esos años de recopilatorios y directos, incluso sonó una versión de «Video Killed the Radio Star». No llegaría un disco con material nuevo hasta el año 2000, ya fuera de una major como Sony. Sus discos fueron espaciados pero ya casi nadie se acuerda de ellos, que se separaron en 2016. Una pena, era un grupo divertido y que contaban con algunas canciones muy grandes, aunque para no pocas personas se quedarán en la etiqueta de «One Hit Wonder».

«American Idiot» o el resurgir de Green Day

Green Day había sido uno de los grupos capitales postgrunge. Su Punk Rock accesible y comercial logró dar el pelotazo cuando el Grunge expiraba a mediados de los noventa. Fue con Dookie (1994), que también recordamos en su momento, cuando Billie Joe Amstrong, Mike Dirnt y Tré Cool dieron el pelotazo. Pero, como ya contamos, no eran unos recién llegados, era su tercer disco tras haber funcionado de forma underground hasta la fecha, aunque Dookie lo publicó Warner. Aprovechando la corriente, Green Day se dieron prisa en publicar sus dos siguientes discos, Insomniac (1995) y Nimrod (1997), con buenos resultados de ventas. Pero la relevancia de Green Day parecía ir disminuyendo, su siguiente trabajo fue Warning (2000) donde ya iban demostrando una mayor versatilidad. En ese momento se produjo un parón en su producción y salieron algunos recopilatorios, en medio de una crisis del grupo por el futuro de la formación. Por lo tanto, cuando Green Day anunciaron una «Ópera Punk» para 2004 poco menos que había que echarse a temblar…Pero Amstrong, Dirnt y Cool acertaron de pleno con un disco tremendo, de plena actualidad y que es una de las cimas de su carrera con Dookie. Que una década después de este último hubiesen dado en el clavo con un disco urgente y directo, ambicioso, y con canciones de Punk Rock pero también con un sonido más épico, es un punto a favor de Green Day. Además, no hay que dejar de destacar la crítica que American Idiot era a la administración de George W. Bush y la invasión de Irak en 2003, un posicionamiento ineludible para un grupo como Green Day. En American Idiot encontramos algunos hits fantásticos, canciones un tanto alargadas dentro del concepto, y uno sonido que recuerda a los The Clash más eclécticos. La producción fue para el habitual Rob Cavallo, que llevaba con ellos desde Dookie, y que también trabajó con Goo Goo Dolls, Avril Lavigne o My Chemical Romance. Además, también hay que destacar la estética del disco y de sus integrantes, ese negro y rojo dominante. Fue una sorpresa en un 2004 y Green Day alcanzaron el número 1 en Estados Unidos y colocaron más de dieciséis millones de discos vendidos en todo el mundo, una barbaridad en un periodo en el que la industria musical iba de capa caída. Con un personaje como Jesus of Suburbia como hilo conductor del disco, un anti héroe de clase media baja del que se narra su situación pero bajo el prisma del contexto que le ha tocado vivir, la administración Bush y la guerra de Irak como ejes centrales, American Idiot también recuerda al modelo tomado por The Who para Tommy (1969).

«American Idiot» da comienzo al disco de forma potente, recordando a Dookie y toda una declaración de intenciones, primer single del disco que ya llamó la atención. A continuación se lanzan con una de las dos canciones que abarcan diferentes tomas, en este caso una «Jesus of Suburbia» repartida en cuatro actos en los que van pasando de sonidos más melódicos a otros más Punk, funcionando de forma coherente. «Holiday» es otro de los hits del disco, una canción fantástica con un tono épico y contundente. Y la épica continúa con el medio tiempo más melódico que también fue uno de los grandes éxitos del disco, «Boulevard of Broken Dreams», otra letra con una gran carga de profundidad. En «Are We the Waiting» siguen ahondado en el tono épico aunque en este caso apuestan por coros y estribillos que van a lo «más fácil». «St. Jimmy» es una apuesta por el sonido más Punk, acelerando el tempo del disco. Y en «Give Me Novocaine» vuelven al sonido más melódico, un medio tiempo con un barniz más Pop, una canción también de temática premonitoria con lo que ha ocurrido en Estados Unidos unos lustros después.

En «She’s a Rebel» retornan al Punk Pop, otra canción que les funciona con esas guitarras características. «Extraordinary Girl» es una canción que rompe un poco con el tono del disco, que viene del Rock de los sesenta y con un punto muy beatleliano. Pero con «Letterbomb» vuelven al Punk Pop más melódico para dar entrada al final del disco que continúa con la soberbia «Wake Me Up When September Ends», una balada épica y muy emotiva, una grandísima canción que fue acompañada por un no menos impactante vídeo. «Homecoming» es la otra canción compuesta por cinco cortes, de nuevo con sonidos diferentes, Dirnt aborda las voces en la muy Punk «Nobody Likes You» y Cool lo hace en «Rock and Roll Girlfriend», llegando de nuevo la épica al final con «We`re Coming Home Again». Con «Whatsername» llega el cierre del disco, una canción con un cierto tono de dramatismo.

Green Day recuperaron buena parte de su prestigio con este American Idiot, con una triunfal gira. Pero, realmente, fue un espejismo, Green Day nunca volverían a llegar a este nivel y sus pasos posteriores serían irregulares, incluido algún episodio de Amstrong sobrepasado con un ataque de ira en el escenario en 2012 que le llevó a rehabilitación. Musicalmente, Green Day se «vinieron arriba» como suele decirse. Primero apostaron por el concepto de Ópera Rock con su siguiente trabajo, 21st Century Breakdown (2009), que aunque contó con una muy buena recepción del público no es menos cierto que estaba varios peldaños por debajo de American Idiot. Pero la cosa se complicó con su siguiente paso, un triple lanzamiento en el último tercio de 2012 compuesto por ¡Uno!, ¡Dos! y ¡Tré!, una apuesta arriesgada y excesiva que no funcionó. Su último trabajo de estudio, Revolution Radio, es de 2016 remontó el vuelo, fue número 1 de nuevo aunque para entonces el aura de Green Day ya estaba lejos de lo logrado con un disco como American Idiot.