Costó pero llegó en 2004: «Lo mejor de Radio Futura. Paisajes eléctricos»

Como ocurre con El Último de la Fila, Radio Futura siempre han sido muy celosos de su legado. Esto ha provocado que, lejos de lo que viene siendo habitual, sus discos no se han reeditado, no hay directos ni recopilatorios que estiren la nostalgia, ni otros materiales que harían las delicias de los fans. Pero Radio Futura, que se habían separado en 1992, sacaron un recopilatorio en 2004, un doble disco con un DVD con actuaciones, titulado Lo mejor de Radio Futura: paisajes eléctricos. Más de una década…casi nada, aunque en 1998 habían sacado Memoria del porvenir, en el que hacían una relectura de sus canciones. No sé el grado de implicación de los integrantes de la banda, pero no cabe duda que fue un disco cuidado y bien diseñado. No vamos a descubrir a Radio Futura a estas alturas de la película, la banda de Santiago y Luis Auserón y Enrique Sierra, es una de las icónicas del Rock español y abrieron algunas vías de lo que se denominó el «Rock latino». Como ya señalábamos en la entrada que dedicamos el otro día a Nuevas mezclas, Radio Futura no contaron con un testigo claro, aunque en su caso podría establecerse una línea de unión con Los Rodríguez, que no tardarían en convertirse en el fenómeno que prometían, aunque el grupo de Calamaro, Rot, Infante y Vilella era más stoniano. Además, Radio Futura se separaron cuando parecía que todavía podían ofrecer mucho más. Poco después, Santiago Auserón se transmutaría en un Juan Perro que alcanzaría también un elevado reconocimiento de crítica y público.

Radio Futura también ejemplifican una evolución de su sonido y de la propia banda. Esos inicios en plena «movida madrileña», con la primera encarnación con Herminio Molero y Javier Furia y ese disco de debut, Música moderna (1980), con ese hit que es «Enamorado de la moda juvenil». Sin embargo, la efervescencia de ese sonido Pop no era lo que estaban buscando los hermanos Auserón y Sierra y Molero y Furia dejaron la banda. En ese momento, la dirección cambia hacia otros lares de mayor profundidad como demostraría el salto dado con el single «La estatua del jardín botánico», una canción clásica ya, profunda y con ecos a Bowie y compañía. A partir de ahí, la banda, iría conquistando los ochenta con discos imprescindibles como La ley del desierto/La ley del mar (1984), De un país en llamas (1985) y La canción de Juan Perro (1987). La trilogía se resumió en un disco en directo de 1989 que ya comentamos en Los Restos del Concierto. Para entonces, canciones como «El tonto Simón», «Escuela de calor», «Han caído los dos», «Annabel Lee», etc., eran coreadas y bailadas en bares y conciertos, no dejaron de sonar en la radio. En 1990, Radio Futura avanzan hacia ritmos más latinos e incluso con toques aflamencados en el exitoso Veneno en la piel. Aquello supuso un salto hacia adelante que les colocó en una posición que llevó a la disolución de la banda. En 1992, con la publicación de un recopilatorio en el que revisaban canciones, de forma ecléctica, así como incidían en la exploración de sonidos latinos, llegaría el fin de la banda. Fue Tierra para bailar y pilló por sorpresa a sus seguidores y seguidoras. Desde entonces, Radio Futura han sido objeto de homenajes, discos de versiones, y las recopilaciones señaladas, aunque esta que nos ocupa nos parece muy completa y poderosa con veintiún canciones. Vamos a repasarlas.

«La estatua del jardín botánico» es el comienzo imprescindible, esa canción que anunció su nuevo rumbo. Un tono afectado, introspectivo, una letra que huía de la vacuidad de sus primeros años, con una forma de cantar de Auserón que se convertiría en una seña de identidad. Pero en «Oscuro affaire» muestran ya un poderío con las guitarras, así como el peso de influencias como el Funk en el bajo, siendo una canción que también se inserta en ese contexto de la época. «Escuela de calor» es otro clásico, aquí consiguen de nuevo un sonido muy propio, un Rock que tiene un riff adictivo y una letra de nuevo muy bien lograda. En «El viento de África» ya se observa que van hacia un eclecticismo y a la incorporación de diferentes sonidos, aquí incluso parecen remitirse a los Talking Heads, y Auserón destaca como cantante. De «No tocarte» solo se puede decir que es otro de sus hits atemporales, canción en la que vuelven a mostrar su evolución. «En alas de la mentira» se observa una mayor ambición, parecen querer buscar un tono más introspectivo a la par que vuelven a jugar con diferentes influencias en su sonido. Llega el turno de «Han caído los dos», también imbatible, con ese tono oscuro y de «peligro» que tiene y que le da el toque diferencial. «La vida en la frontera» responde a los cánones de la época, a la par que Radio Futura iban perfeccionando su sonido. Y, con «La negra flor» retornan a la mezcla, al mestizaje, aquí incorporando sonidos Reggae y latinos. «A cara o cruz» es más Rock, otra canción tremenda en la que cuentan con unos teclados muy bien traídos. El cierre del primer CD de la recopilación es para «El canto del gallo», sonido Reggae con vientos incluidos.

El segundo disco presenta tres canciones del directo, la primera «Annabel Lee», que es otro de sus clásicos, una canción con fuerza y un sonido Pop que es la adaptación de un poema de Edgar Allan Poe. «Luna de agosto» suena poderosísima en directo y en «Paseo con la negra flor» se acercan de nuevo al Reggae acelerando al final hacia sonidos más Rock. El cambio de registro, en parte, llega con la imprescindible «Veneno en la piel», esas guitarras de ritmos latinos para todo un éxito de aquel lejano 1990. «Condena de amor» es un tema más Rock, una canción buenísima, y «Al otro lado» se centra en un sonido más pesado y contundente. «El tonto Simón» aparece con la revisitación Reggae de 1992, del ya señalado Tierra para bailar, y le quedan muy bien esos vientos fantástico. «Semilla negra», también la versión extraída de ese mismo disco, incide en los ritmos latinos y sale igualmente destacada y reforzada. No ocurre lo mismo, en mi opinión, con la minimalista aquí «Corazón de tiza», que tiene otros arreglos que le lastran. Entiendo que igual estaban muy quemados de una canción que también fue omnipresente en ese verano de 1990, pero me quedo con la original. Y el final es para la más latina «El puente azul», del Tierra para bailar.

Allí terminó Radio Futura, en ese 1992 de los grandes acontecimientos. Santiago Auserón se lanzaría con Juan Perro y su debut como tal, Raíces al viento (1995), exploraría los ritmos cubanos en un trabajo sobresaliente. Luego, Auserón continuaría con su carrera en solitario como Juan Perro con La huella sonora (1997), Mr. Hambre (2000), etc., pero tampoco hay que olvidar su papel en la recuperación de todo un Kiko Veneno en 1992 con Échate un cantecito. Con su hermano Luis publicaría en 2006 Las malas lenguas, un disco de versiones del Soul y el Rock clásico adaptadas al español que, lamentablemente, no tuvo un gran recorrido. Por su parte, Enrique Sierra inició varios proyectos. Lamentablemente, en 2012 fallecería en Madrid.

Radio Futura siguen siendo una de las bandas de referencia del Rock español, un sonido impecable, unas canciones imbatibles. Son discos y canciones que no han envejecido para nada y que fueron una influencia muy destacada para sonidos, bandas y artistas que vendrían más adelante. Siempre es bueno recuperarlos.

 

‘Annabel Lee’ de Radio futura

Como sencillo de continuación de la mítica 37 Grados y abriendo la cara B de ‘La Canción de Juan Perro’, el mayúsculo disco con el que Radio Futura impulsaba en 1987 la fusión de los ritmos latinos con el rock anglosajón, aparecía Annabel Lee, esta magnífica adaptación del poema del mismo título que Edgar Allan Poe escribió tras la muerte de su esposa (o eso apuntan una mayoría de versiones).

La letra fue adaptada por Santiago Auserón, que también creó una fantástica línea melódica junto a su hermano Luis Auserón, y fue presentada con un videoclip grabado para el no menos histórico programa La bola de cristal, en el que participaban los dos hermanos además del guitarrista Santiago Sierra, junto a la actriz Cristina Marcos en el papel de la protagonista adulta, y que probablemente aún es recordado por muchos de quienes pegaban el estirón por aquel entonces.

Maravillosas tanto la adaptación lírica como la interpretación musical, influida por la oscuridad y profundidad de un post-punk en plena ebullición, de una banda irrepetible y habituada a crear canciones atemporales que han llegado hasta hoy traspasando modas y enlazando generaciones, como el amor de los protagonistas del poema de Poe.

«Escuela de calor. El directo de Radio Futura», un clásico de la última etapa de Radio Futura

Hace tres décadas, Radio Futura publicaron un disco en directo que muchos recordamos porque fue también la forma de introducirnos en el mundo de Radio Futura en nuestra adolescencias. Escueladecalor. El directo de Radio Futura era un trabajo que venía a resumir la acelerada carrera de Santiago y Luis Auserón y Enrique Sierra, que habían pasado de ser referentes de la «Movida» y de la modernidad con Música moderna (1980) y el adictivo «Enamorado de la moda juvenil» a transformarse en referentes de la música popular española de los ochenta. Se tomaron cuatro años para publicar el clásico La ley del desierto/La ley del mar (1984), enlazando luego con De un país en llamas (1985) y La canción de Juan Perro (1987). Fue una trilogía que les otorgaría su prestigio y que cerrarían con el directo que nos ocupa hoy, grabado en Valencia en 1988 y que contó con Javier Monforte a las guitarras, Pedro Navarrete a los teclados y Óscar Quesada a la batería. Es un disco corto, once canciones, que recogen sus clásicos más relevantes de esos tres discos y que también van mostrando la evolución de la banda hacia otros sonidos, especialmente aquí el Reggae y ciertas bases latinas que luego explotarían en sus últimos años, y no les quedaban muchos, en 1992 vendría su separación. Pero, como decíamos, este directo nos sirvió a muchos para profundizar en la discografía de unos Radio Futura que ya atesoraban canciones que estaban en la cultura popular como «El tonto Simón», «Escuela de calor» y «La estatua del jardín botánico».

El disco se abría con «Escuela de calor», que fue el single del disco y del que recuerdo sus imágenes, poco que decir de este clásico de la música popular española. Como en el resto del disco, el tema se aceleraba y las guitarras tenían un gran peso. En «Han caído los dos» adoptaban un tempo más sinuoso aunque no dejaban de lado la fuerza del directo, mientras que en «A cara o cruz» destacaban las guitarras y los cambios durante la canción, así como el toque del órgano. «En el chino» incidían en las guitarras y los teclados» y en «Luna de agosto» también se producía una aceleración del tempo con respecto a la grabación original. «El tonto Simón» era, sin duda alguna», una de las canciones más populares de Radio Futura y en ella apuestan por un toque Reggae, aunque a lo largo de la canción van jugando con las guitarras y destaca ese final más rumbero sin olvidar la presencia de la armónica.

La segunda parte del disco comenzaba con «No tocarte» en la que apuestan por un desplazamiento hacia el Rock. Por su parte, en «El canto del gallo» regresan al Reggae y también a los sonidos a los que iría derivando posteriormente Radio Futura, esa apertura a influencias más latinas. En este disco, ese hecho se constata con la gran interpretación que hacen de una «Semilla negra» que tendría su reinterpretación en el último disco de la banda, Tierra para bailar (1992). En «Paseo con la negra flor» se van por encima de los siete minutos, haciendo gala del eclecticismo pero también de nuevo hay una presencia de esa cadencia Reggae. El cierre es para otro gran clásico del grupo, «La estatua de Jardín Botánico», que publicaron en 1982 como single y que bebía de los sonidos Pop de la época y de la Nueva Ola, una canción rupturista en su momento y que en este directo no se deja de lado su dramatismo aunque no es menos cierto que en la instrumentación hay más aceleración y contundencia, aunque la voz de Auserón sigue otorgándole ese punto original.

A Escueladecalor se le puede achacar su reducido número de canciones, once, para lo que es un disco en directo. Es un trabajo basado en sus dos discos anteriores, tanto De un país en llamas como La canción de Juan Perro aportan cuatro canciones cada uno, por dos de La ley del desierto/La ley del mar, junto a la ya mencionada «La estatua del Jardín Botánico». Recuerdo haberme comprado aquella casete y disfrutar de un disco que me acercó al mundo de Radio Futura. El año siguiente, 1990, llegaría Veneno en la piel, otro clásico en el que ahondarían en los sonidos latinos mezclados con el Rock y el Pop y que traería hits como la propia «Veneno en la piel», «Corazón de tiza» o «El amigo desconocido». Pero a Radio Futura le quedaba poco tiempo, el disco de Tierra para bailar contaba con versiones y remezclas y, a partir de ahí, cada uno por su lado, con Santiago Auserón apostando claramente por sonidos más latinos ya como Juan Perro; con recopilaciones (destaca la de 2004, Paisajes eléctricos, en mi opinión muy completa y documentada) y homenajes en forma de versiones; proyectos comunes de los hermanos Auserón que no llegaron muy lejos; etc. Obviamente, también hay que destacar el fallecimiento de Enrique Sierra en 2012.

Escueladecalor. El directo de Radio Futura es una forma de recordar la trascendencia de una de las formaciones fundamentales de la música española. Un disco corto, muy corto, pero que es el testimonio de una época, en la que Radio Futura estaban en la primera línea de la música española. Su temprana separación, hablamos de poco más de una década de carrera, les permitió mantener intacto su prestigio. Siempre nos quedarán sus grandes canciones, que siguen manteniendo su vigencia e impronta.