«Useless Trinkets», la rica trastienda de Eels

A estas alturas, quien haya venido siguiendo este blog es posible que se haya dado cuenta de que Eels es una banda a la que tengo especial aprecio, y si no es así aprovecho para afirmarlo. A lo largo de estos casi diez años son varias las entradas que les hemos dedicado entre reseñas, artículos y aniversarios, y las que vendrán, espero. Cuando nos propusimos distraer este confinamiento con una nueva sección dedicada a los recopilatorios, he de decir que el primero que me vino a la cabeza fue este por su riqueza y singularidad.

Publicado en 2008 a la vez que el grandes éxitos «Meet the Eels: Essential Eels, Vol.1 (1996-2006)» con el que conmemoraban sus diez años de carrera; reunieron cincuenta canciones entre caras b, rarezas, bandas sonoras e inéditos, en un doble cedé al que añadieron un deuvedé de su actuación en Lollapalooza en 2006.

Habían practicado con acierto diferentes géneros populares, experimentando con acierto y puliendo su sonido hasta completar un rico bagaje, y parecían querer cerrar una etapa que abarcaba seis discos; desde su presentación en 1996 con «Beautiful Freak» hasta el fantástico «Blinking Lights and Other Revelations» que acaba de cumplir quince años (y al que debemos una entrada). Y lo hicieron juntando gran parte del material que habían grabado al margen de sus discos oficiales; así que versiones, diversiones, remezclas, directos, demos… encontraron un lugar desde el que ser compartidos y complementar las canciones que sus seguidores ya conocían de sobra, y a fe que el resultado fue de una calidad y una variedad que merecía la pena.

Diferentes grabaciones (en ocasiones varias para un mismo tema) de clásicos de la banda como Novocaine For the Soul, Susan’s House, Hospital Food, I Like Birds, My Beloved Monster, Dog Faced Boy, Souljacker o Mr. E’s Beautiful Blues, convivían con canciones navideñas como Everything’s Gonna Be Cool This Christmas o Christmas Is Going To the Dogs en un festín de ideas y ensayos con diferentes niveles de elaboración. También versionaban clásicos como I Put a Spell On You, Can’t Help Falling In Love o I Could Never Take Place Of Your Man junto a un montón de temas inéditos que conformaban el grueso principal de las cincuenta incluidas.

Dentro de este amplio grupo coinciden una mayoría de interpretaciones íntimas de Mark Oliver Everett (compositor, vocalista y único miembro permanente) apenas acompañado de su piano o guitarra, como Dog’s Life, Manchester Girl, Flower, Animal, Altar Boy, Bad News, Funeral Parlor, Birdgirl On a Cellphone, Useless Trinkets, Jennifer Eccles, Sky Writing, Taking a Bath Rust, Sad Foot Sign, Living Life, The Bright Side o After the Operation junto a otras más elaboradas, amables e incluso animadas, como Rotten World Blues, Mighty Fine Blues, Eyes Down, Estranged Friends, Her, The Bright Side, I Want To Protect You o Saw a UFO, algunos entretenimientos como Vice President Fruitley, Waltz Of the Naked Clowns o Jelly Dancers y unos pocos directos como If I Was Your Girlfriend, Open the Door, Dark End Of the Street o The Cheater’s Guide To Your Heart.

Lo que viene a ser un totum revolutum repleto de curiosidades, un regalo para sus seguidores más fieles que daba por concluida una etapa de su carrera e inauguraba un silencio que se prolongaría durante cuatro años, hasta el 2009 en que regresarían publicando en dos años la fantástica trilogía compuesta por «Hombre Lobo», «End Times» y «Tomorrow Morning». También en 2008 Everett publicaría en su país una más que recomendable autobiografía que llegaría a España al año siguiente bajo el título de «Cosas que los nietos deberían saber», con lo que complementaba la recapitulación de su obra musical con la de su propia vida, en un conjunto que daría una perspectiva completa de la riqueza e inquietud de uno de los músicos norteamericanos más interesantes y divertidos de los últimos años.