McEnroe, «La distancia»

De manera inesperada para la mayoría, a dos años del fantástico ‘Esperanza’ de Ricardo Lezón en solitario, tres del ‘Lluvia y truenos’ en colaboración con The New Raemon y cuatro de ‘Rugen las flores’, el quinteto de Getxo ha encontrado espacio en «la distancia» que los mantenía separados para componer y grabar otra maravillosa colección de canciones que les confirma necesarios y sin parangón en nuestro panorama musical.

De nuevo apoyado Gonzalo Eizaga en Raúl Pérez para la producción, conceden mayor protagonismo al piano situándolo a la par de su característica pericia con las guitarras y de la ineludible presencia vocal de Lezón, para apropiarse de un conjunto que transmite un curioso y melancólico placer. Las letras vuelven a ser brillantes y determinantes a la hora de contagiar ese fuerte sentimiento poético, así como muestran otra vez una enorme habilidad para comedir los pasajes más intensos de sus canciones sin caer en el sentimentalismo.

Desde Seré tú ya avanzan el papel del piano y los delicados arreglos, para a contnuación presentar su particular belleza épica en la enorme La distancia del lobo y una calmada calidez en la preciosa Asfalto (libres los animales). Aligeran el tempo en La gran belleza, con mayor protagonismo guitarrero y un emocionante final, y lo suavizan en la desnuda Luz de gas, cerrada con un bello pasaje instrumental. En Cerezas obedecen a la sección rítmica y al piano para ir ganando luego gravedad e intensidad y en la romántica La vereda contrastan las sombrías guitarras con la luminosidad lírica. Luciérnagas retoma la calma y la intimidad con acierto antes de la acogedora El buen invierno, sugerente y ágilmente extendida hasta el final.

De nuevo oscilantes entre el desamparo y la esperanza y tan románticos como siempre, vuelven a esconder múltiples matices bajo una superficie de apariencia sencilla. A destacar la aportación vocal de Jimena Lezón como complemento femenino a la voz de su padre y, una vez más, la sensibilidad que destila todo el disco. Un logro más de esta banda que, con pasos en apariencia pequeños, va completando una trayectoria particular y de admirable calidad.

Sobriedad y contención de Ricardo Lezón en el Menhir

Menhir, Logroño (La Rioja), 30 de marzo de 2019

Llegaba Ricardo Lezón a Logroño casi un año después de su concierto en Bodegas Olarra, y en esta ocasión lo hacía al Menhir en una propuesta acústica. A unos pocos metros, en el Stereo, las coordenadas eran totalmente diferentes, siguiendo su ritmo imparable de conciertos, en este caso con el Swing de Dr. Maha’s Miracle Tonic, de los que vimos el final de su actuación. Pero volvamos al Menhir, que ha presentado recientemente su programación para las próximas semanas, en la que aparece Alex Ubago, una propuesta sorprendente para los sonidos a los que nos tienen acostumbrados en el Menhir. Ricardo Lezón encaja en los mismos y llegaba para presentar su fantástico Esperanza (2017), trabajo firmado en solitario dejando descansar a unos McEnroe que también habían pasado años atrás por el Menhir y que publicarán nuevo trabajo en unas semanas. El Menhir contó con un público entregado al concierto de Lezón, que fue lo previsto, una actuación en la que repasó buena parte de Esperanza pero también hubo espacio para canciones de McEnroe, muy celebradas, y para alguna otra de formaciones anteriores.

Lezón se mostró muy contenido en su actuación, pocas interacciones con el público, y justificación aludiendo a su origen norteño, es de Getxo, aunque tras su concierto departió con todas las personas que se acercaron a felicitarlo por su concierto. Con su guitarra acústica y la presencia de un músico de acompañamiento para apuntalar levemente su sonido, Lezón basó su actuación en el poderío de sus letras y en el ambiente generado, intimista e introspectivo, dejando de lado cuerdas y vientos que aparecen en Esperanza. Convincente y emocionante, sonaron fantásticas «Ella baila», para mí su mejor canción, la muy sentida «Lobos», «Arena y Romero» en la que se echaba de menos la voz de su hija Jimena y esa épica del final pero se solventaba con la fuerza de su letra, «La paz salvaje» encajaba más con el ambiente al igual que «Noche en Noviales». Además, desnudó «Gracia» del trabajo conjunto entre The New Raemon y McEnroe Lluvia y truenos (2016) y en el bis finalizó con «Las Mareas» del disco de McEnroe de su disco Las orillas (2012), celebradísima por buena parte del público.

Echamos en falta «Chet Baker» al final, otra de las canciones más destacadas de Esperanza, pero nos fuimos con emoción del Menhir. Luego pasamos al Stereo donde Dr. Maha’s Miracle Tonic estaban cerrando su actuación con una estética y sonidos de otra época y que nos devolvieron a la realidad tras la inmersión en los sonidos de Lezón. Acierto del Menhir con el concierto de Lezón, en la senda de otras noches que recordaremos como las de Josh Rouse, The New Raemon o Julián Maeso, entre otras.

Ricardo Lezón, ‘Esperanza’

En las últimas semanas Esperanza de Ricardo Lezón se ha convertido en uno de los discos de los que mejor se ha hablado en los medios especializados y en Redes Sociales. Y no es para menos. Nosotros no conocíamos mucho a los getxotarras McEnroe y la primera vez que nos aproximamos a ellos en Los Restos del Concierto fue con el disco conjunto de 2016 con The New Raemon titulado Lluvia y truenos. Y nos gustaron mucho las canciones de Lezón en un disco fantástico. Pero Esperanza, el debut en solitario de Lezón, ha sido un golpe en la mesa. Es un trabajo soberbio, sobrio, con esa voz característica de Lezón y con canciones que se mueven entre la oscuridad, la nostalgia y la melancolía pero a las que tampoco les falta un tono luminoso. Es un disco que igual no entra a la primera pero que, a las pocas escuchas, ya se te ha colado dentro, especialmente algunas canciones que comentaremos, y que no puedes dejar de escuchar, y que cada vez que lo escuchas más adictivo se vuelve. Como he visto en Redes Sociales, a la vez que el disco de Lezón han salido los fantásticos trabajos de Josele Santiago y de José Ignacio Lapido, de los que ha dado cuenta en Los Restos del Concierto Javier Castro, pero yo también me quedo con el de Lezón.

Y es que el comienzo de ‘Chet Baker’ ya abre de forma soberbia el disco, una canción donde destacan unos vientos  que encajan como un guante al tono del tema y a la interpretación de Lezón. Con ‘Arena y romero’ el nivel se mantiene por todo lo alto, muy dramático y con un sonido que emociona, además de contar con la aportación de su hija Jimena Lezón, complementando su voz, y con un final en ascenso que refuerza esa emoción. ‘La paz salvaje’ no baja el nivel, igual es un tema más accesible, con un tono más Pop y melódico, siendo uno de los aciertos del disco. En ‘El momento’ opta por un tono más nostálgico, las guitarras son protagonistas y Lezón prácticamente recita en algunos momentos. Y el mejor tema del disco, que ya adelanto que estará entre mis canciones del año, es ‘Ella baila’, una canción que te vuelve a emocionar y que tiene una letra fantástica, y un final maravilloso con esas cuerdas que le dan una gran intensidad.

La segunda parte comienza con ‘Lobos’, también más accesible y con ese ritmo acompasado de la batería, es un tema más melódico en el que también vuelve a colaborar su hija. ‘Lamento’ retoma el tono general del disco siendo otra de las grandes canciones del mismo, un tema que tiene mayor instrumentación, especialmente en su tramo final, y con otra gran letra. ‘La primavera de Praga’ funciona en su minimalismo y el cierre es para ‘Noche en Noviales’ en la que mantiene en parte el tono del tema anterior y que es un tema también oscuro pero maravilloso.

No se pierdan este fantástico Esperanza de Ricardo Lezón, una de las sorpresas de este otoño que no fue y que se ha convertido en invierno. Fantástico trabajo que esperemos ver pronto en directo por tierras riojanas.