The Farewell Drifters, «Tomorrow Forever»

1390084236_front Hace casi dos meses que llegó a nuestras manos este disco y confieso que es uno de los que más me ha gustado en este periodo. No puedo dejar de escucharlo en casa, en el coche, en el trabajo…De nuevo la mano de Fernando Navarro nos guió a descubir a esta banda de Nashville (Tennessee), que parece haberse convertido en el epicentro postmoderno, y paradójico por la búsqueda de las raíces y/o la legitimidad, de una parte de la música americana. The Farewell Drifters se enmarcan en la senda de grupos como los ya asentados The Avett Brothers, los triunfantes The Lumineers, y es díficil que no se busquen conexiones con Mumford & Sons. En este caso, los sonidos del folk son omnipresentes y su tercer trabajo que es este «Tomorrow Forever» tiene momentos muy destacados. Con la mandolina como elemento central, también hacen su aparición los violines y el lap steel, entre otros instrumentos de carácter más tradicional. Y todos ellos, junto con la voz de Zach Bevill y numerosos coros, al servicio de temas muy interesantes. Y es que algunas de estas canciones parecen estar construidas para ser cantadas en grupo.

El inicio ya marca con «Modern Age», que como otros temas mejora en su avance y destaca en su estribillo. Le sigue la más rockera «Bring ‘Em Back Around», que no baja el ritmo, y la más lenta «Brother», que es casi como una plegaria, aunque demuestra que los temas más pausados no son el fuerte de estos chicos, como sucede en el resto del disco, ya que son composiciones que no resisten la comparación con las más rápidas. Y una muestra es la soberbia «Coming Home», que también se aleja levemente de los cánones folk. «Tomorrow Forever» es la canción por la que conocimos a The Farewell Drifters, y aquí sí que se refleja en todo su esplendor el punto folk, un tema que es una fiesta.

Con «Motions» vuelven a lo lento, y decae el nivel del trabajo, pero a continuación presentan «Tennessee Girl», un tema que tiene su punto pop y que es una delicia. Una de nuestras favoritas es «Neighborhoods Apart», que crece y crece hasta llegar a su punto culminante épicamente. «Relief» es un tema casi desnudo y «To Feel Alive» es otra de las canciones más relevantes, siguiendo ese esquema de inicios más pausados y explosiones instrumentales y de voces, en este caso más derivada hacia el rock. «The Day You Lef» es de lo más flojo del disco, otro tema lento que se inserta justo antes de finalizar con la sobresaliente «Starting Over».

Descubrimiento tardío y de nuevo gracias a Fernando Navarro por darlos a conocer. Aunque el disco presenta algunos altibajos, los momentos buenos o muy buenos son bastante más numerosos. Nos los apuntamos para seguirlos y, de momento, continuamos disfrutando con «Tomorrow Forever» y cantando al final de «Starting Over» «Someday you’ll find me walking in the morning down, Someday you’ll find me following the morning sun».

Neil Young, «A Letter Home»

NYDe todos es sabido que, a estas alturas (bueno, y desde siempre), nuestro admirado Neil Young hace lo que quiere, y no hay nadie ni nada que le pare al bueno de Neil. Sin detenerse y sin aplicar en ocasiones grandes controles de calidad, como le pasó con otro disco de versiones, «Americana» (2012). En esta ocasión, Neil Young se ha juntado con Jack White, que ha coproducido el disco y publicado en su discográfica Third Man Records, para grabar una anomalía como es «A Letter Home». Enamorados ambos de las antiguas tecnologías de grabación y muy críticos y combativos con los formatos modernos y postmodernos, incluso Young ha creado el Pono como alternativa a los mp3 y a los sistemas de descargas, reivindicaron el pasado grabando «A Letter Home» en una cabina analógica de tecnología electro-mecánica de 1947, que es la que aparece en el disco y que se encuentra en la sede de la discográfica de White en Nashville.

Entre lo vintage y lo lo-fi, Young y White han logrado un disco de versiones notable, que supera el desafío con un sonido acústico, sólo se acompaña de una guitarra y una harmónica en la mayor parte del disco, y que suena a ese tono de la portada. En «A Letter Home» vamos a encontrar grandes temas del cancionero del country, del folk y del rock, en parte un homenaje a canciones y artistas que han marcado a Neil Young. Está Bob Dylan, sobresaliente la versión «Girl From The North Country» y también Bruce Springsteen, menos conseguida en ese formato «My Hometown», y eso que tenía muchos temas para elegir. Hay espacio para Willie Nelson por partida doble con «Crazy» y «On The Road Again», que tiene su punto. Y también para The Everly Brothers con «I Wonder If I Care As Much».

El resto de nombres también son destacados en la tradición de la música americana y sus aledaños. El canadiense Gordon Lightfoot también hace doblete con las brillantes «Early Morning Rain» y «If You Could Read My Mind»; de Phil Ochs abre el disco «Changes», un buen comienzo; y de Tim Hardin toma «Reason to Believe», que tiene uno de los toques más vintage de todo el disco, con el piano como protagonista. Completan este trabajo «Needle of Death» de Bert Jansch y «Since I Met You Baby», de Ivory Joe Hunter.

Neil Young sigue siendo fiel a sí mismo y se junta con otra mente muy inquieta, la de Jack White, para realizar este curioso trabajo, que seguramente no pasará de ser considerado como una anécdota en la carrera de ambos. Habrá gente a la que le parezca algo superficial o banal, otros lo verán como demasiado vintage, pero no hay duda que Young sigue marcando su camino. A nosotros nos ha servido para descubrir canciones que no conocíamos, y con eso ya nos vale, como por ejemplo «Needle of Death»:

James, «La Petite Mort»

La_Petite_Mort_-_album_cover

Incombustibles después de más de treinta años de carrera James regresan con un nuevo disco tras cuatro años de silencio. Lejos quedan ya los noventa en que encadenaban éxitos como adelantados del desmantelado Brit-pop a pesar de lo cual mantienen intactas sus señas de identidad entre otras cosas porque su numerosa formación de siete miembros apenas ha sufrido variaciones importantes. Autodidactas desde sus inicios, sus nuevas canciones conservan la vitalidad que siempre les ha caracterizado aunque ya no obtengan la misma repercusión que en el pasado.

Lo cierto es que, superada la cincuentena por varios de sus componentes, en este disco siguen desprendiendo una enorme energía tanto la voz de Tim Booth como las interpretaciones del conjunto. Con mayor presencia de una electrónica cercana al dance en algunos de sus temas, la banda de Manchester le quita hierro a la muerte en este nuevo trabajo que se inicia con  Mark Hunter al piano en Walk Like You antes de las variaciones finales de violín y la característica trompeta de Andy Diagram. Curse Curse es un bailable tema de dance pop de ritmo ascendente con curiosa mención a Messi y la Copa del Rey incluída. A continuación llega el primer sencillo, la enérgica y positiva Moving On que contiene varios de los rasgos que les han granjeado el éxito (magnífico vídeo, por cierto).  La sencilla y animada canción de ruptura que le sigue, Gone Baby Gone, sigue con la positiva tónica general antes de que Frozen Britain airee con éxito la vertiente más rock de la banda. Interrogation se inicia tímidamente para crecer y ganar fuerza al ritmo de la batería. Bitter Virtue es la más pausada y casi acústica en toda su extensión. El piano abre los dos temas siguientes, las irregulares All In My Mind y Quicken The Dead  aunque con bonitos estribillos antes de que All I´m Saying recupere la versión disco para poner el punto final.

Será difícil que James reediten los momentos álgidos de su carrera pero continúan componiendo con la calidad que siempre lo han hecho. Sobre todo la primera parte de La Petite Mort conserva la fuerza que siempre han desprendido sus sencillas canciones, temas animados y bailables con estribillos pegadizos y la enorme energía en la voz de un Booth por el que parecen no pasar los años.