De todos es sabido que, a estas alturas (bueno, y desde siempre), nuestro admirado Neil Young hace lo que quiere, y no hay nadie ni nada que le pare al bueno de Neil. Sin detenerse y sin aplicar en ocasiones grandes controles de calidad, como le pasó con otro disco de versiones, «Americana» (2012). En esta ocasión, Neil Young se ha juntado con Jack White, que ha coproducido el disco y publicado en su discográfica Third Man Records, para grabar una anomalía como es «A Letter Home». Enamorados ambos de las antiguas tecnologías de grabación y muy críticos y combativos con los formatos modernos y postmodernos, incluso Young ha creado el Pono como alternativa a los mp3 y a los sistemas de descargas, reivindicaron el pasado grabando «A Letter Home» en una cabina analógica de tecnología electro-mecánica de 1947, que es la que aparece en el disco y que se encuentra en la sede de la discográfica de White en Nashville.
Entre lo vintage y lo lo-fi, Young y White han logrado un disco de versiones notable, que supera el desafío con un sonido acústico, sólo se acompaña de una guitarra y una harmónica en la mayor parte del disco, y que suena a ese tono de la portada. En «A Letter Home» vamos a encontrar grandes temas del cancionero del country, del folk y del rock, en parte un homenaje a canciones y artistas que han marcado a Neil Young. Está Bob Dylan, sobresaliente la versión «Girl From The North Country» y también Bruce Springsteen, menos conseguida en ese formato «My Hometown», y eso que tenía muchos temas para elegir. Hay espacio para Willie Nelson por partida doble con «Crazy» y «On The Road Again», que tiene su punto. Y también para The Everly Brothers con «I Wonder If I Care As Much».
El resto de nombres también son destacados en la tradición de la música americana y sus aledaños. El canadiense Gordon Lightfoot también hace doblete con las brillantes «Early Morning Rain» y «If You Could Read My Mind»; de Phil Ochs abre el disco «Changes», un buen comienzo; y de Tim Hardin toma «Reason to Believe», que tiene uno de los toques más vintage de todo el disco, con el piano como protagonista. Completan este trabajo «Needle of Death» de Bert Jansch y «Since I Met You Baby», de Ivory Joe Hunter.
Neil Young sigue siendo fiel a sí mismo y se junta con otra mente muy inquieta, la de Jack White, para realizar este curioso trabajo, que seguramente no pasará de ser considerado como una anécdota en la carrera de ambos. Habrá gente a la que le parezca algo superficial o banal, otros lo verán como demasiado vintage, pero no hay duda que Young sigue marcando su camino. A nosotros nos ha servido para descubrir canciones que no conocíamos, y con eso ya nos vale, como por ejemplo «Needle of Death»: